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La increíble épica

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miércoles, 21 de noviembre de 2012

Hulk

 
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Hulk – 2003

Director: 

 Ang Lee

Escritor: 

 Stan Lee y Jack Kirby

Actores: 

 Eric Bana, Jennifer Connelly y Sam Elliot
Calificación: 8/10




Argumento


El científico Bruce Banner tiene un caracter bastante fuerte . Tras su brillante historial de investigador en el campo de la tecnología genética se oculta un pasado doloroso y casi olvidado. Su ex-novia, la también brillante investigadora Betty Ross, se ha cansado de esperar a que Bruce rompa su bloqueo emocional, resignándose a convertirse en una observadora interesada de la discreta vida del científico. Desde su posición de observadora, Betty asiste a un accidentado episodio de la revolucionaria investigación de Banner. Se produce una explosión y Bruce toma una decisión heroica que le lleva a salvar una vida, y a permanecer intacto en apariencia pese a que su cuerpo ha absorbido una dosis letal de rayos gamma. Y sin embargo los efectos se hacen notar pronto.
Esta película le gusto a algunos y a otros les parecío horrible, dire que lo que más me gustó es la cantidad de acción que tiene, el problema me parece que es la exageración del poder de este mutante, es como si nada pudiera con él, excepto el amor de su querida Betty, la verdad me divirtió bastante respetando la opinión ajena.

 
Fotos


 
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Presupuesto: $137,000,000
Ganancia: $132,122,995
País: USA
Lenguaje: Inglés – Español

Compañia Productora: Universal Pictures

Humans Vs Zombies

A todo el mundo le gusta los videojuegos, o por lo menos a la mayoria.

He crecido y me siguen gustando los juegos de rol. Pero como no tengo amigos me jodo y no juego. De estudios durante años aprendí que ser autodidacta es lo mejor y las noticias siguen siendo igual de aburridas y pésimas. Pero los tiempos cambian y los juegos de rol “reales” van evolucionando. Podríamos decir que el Paintball es una evolución o variante, ya que te metes en un lugar ficticio para interpretar un papel muy alejado del que estás acostumbrado al despertarte. Lo probé una vez y flipé. Pero es caro de cojones, así que me vuelvo a joder. Hace poco organizaron una especie de juego de zombies contra humanos (lo siento chicos organizadores, tengo una memoria cojonuda para olvidar) que tendría que haber sido la ostia, pero me volví a joder porque me enteré tarde.

Buenos a todo esto vengo para introduciros a “Humans Versus Zombies” en que un grupo de estudiantes más pendientes de jugar al juego del mismo título de la película pasan olímpicamente de las noticias en las que están informando que el país está en alerta roja por un virus zombie. Así que mientras nuestros muchachos se lo pasan teta con el juego, yendo a fiestas a la playa y ligarse a la tía más buena del campus, se verán golpeados, en este caso mordidos, sin ni siquiera darse cuenta de la gravedad del asunto hasta que es demasiado tarde.

La película no escatima en “sorpresas”: chicas y chicos cool, un lugar para refugiarse, la incredulidad inicial, el típico loco, mordeduras, zombies de los que corren... todo adornado con aires de serie z pero que al final me ha dejado con un sabor inmensamente dulce.
Supongo que leeréis muchas malas críticas de ésta película, pues yo voy a ser la excepción. Leí por ahí que está hecha por cuatro amigos, malas actuaciones, mal dirigida, que no aporta nada nuevo y que ni borrachos les había gustado.

A mi me da igual que la hayan hecho cuatro amigos o veinte, lo importante es el producto final. Cuando se tiene poco presupuesto se hace lo que se puede y creo que aquí lo han conseguido. Los efectos sí, son algo cutrillos ya que los recursos suelen ser eso de esconder el momento de la mordedura tras una columna o en la sombra para que acto seguido se vea una río de sangre. Me da igual. Tampoco buscaba gore sino diversión y estos amigos me la han dado. ¿Mal rodada? No lo creo, las he visto peores, puede que la palabra sería rodada por un amateur pero con planos sólidos y con un buen ritmo.

Lo de las malas actuaciones no estoy de acuerdo. El elenco protagonista es del todo creíble y me han parecido buenos. Sí encontramos clichés en cada personaje: el jugador de football americano, la tipa rebelde, la tía buena, el que se la quiere ligar pero es un nerd (olé el detalle de que vaya siempre acompañado de un libro de Guía de Supervivencia Zombie…el de Max Brooks no, supongo que por derechos, pero es gracioso), el vigilante de cole ex-soldado de Irak y atención a Jack Black. No es coña, pero es su puta viva imagen. Parece Jack Black disfrazado de Jack Black interpretándose a si mismo.

Y no sé que manía tiene mucha gente en querer emborracharse para ver películas. Pero bueno, este ya sería otro tema. Que cada cual mire las pelis como le apetezca.

Una película muy, pero que muy disfrutable solo para paladares que no exigen demasiado. Amantes de los zombies no os la podéis perder y si luego no os gusta encantado estaré de recibir vuestros abucheos. Porque si algo he aprendido al escribir críticas es que nadie puede hacerme cambiar de opinión sobre mis gustos por muy bizarros que a veces puede ser.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Haute Tension

 
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Haute Tension – 2003

Director: 

 Alexandre Aja

Escritor: 

 Alexandre Aja y Gregory Levasseur

Actores: 

 Cecile De France, Maiwenn y Philippe Nahon
Calificación: 8/10


Argumento

Película super sangrienta y que esta muy bien realizada, Marie, una joven de 20 años, es invitada a pasar unos días en la casa de los padres de su mejor amiga. Allí, en una granja aislada, rodeada de campos de maiz, Marie y su amiga piensan encontrar la tranquilidad necesaria para estudiar. Pero no será más que una ilusión; la primera noche llega a la casa una furgoneta conducida por un implacable asesino que masacra uno por uno a los miembros de la familia. Marie decide actuar para salvar a su amiga. Empieza un trepidante duelo entre ella y el asesino.
Fotos
















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miércoles, 7 de noviembre de 2012

Bait

El cine de tiburones sigue adelante, películas como 2 Headed Shark Attack, Sand Sharks y Mega Shark Vs. Crocosaurus y bueno, algunas buenas y otras no tanto.

Cuando ves  películas de tiburones ya sesabe masomenos como va aser la cosa, una playa bonita, jóvenes locos, fiestas, un barco, y claro u buen bicho, pero "Bait" no es común y corriente y si bien tiene la típica intro con el primer ataque de escualo, su posterior argumento sorprende y cambia totalmente de tercio en lo que a situación peligrosa se refiere.

Contaros esta situación novedosa ya os estropearía la primera sorpresa y única.

Esta cinta australiana, desde ahí siempre llega buen material, tiene algo que últimamente escasea en las películas: diversión. Aunque los personajes son los mismos de siempre, las situaciones ya sabemos de antemano que pasará e incluso se espera la muerte del tiburón por una explosión, error, por primera vez no muere así, y es que parece ser que todas las pelis terminen con una explosión en la boca del pez, pero no en "Bait", aquí los tiburones, porque hay dos, mueren de formas bien distintas. La primera mola, la segunda es ridícula. Ridícula de esas que provocan vergüenza ajena que hace que mires a tu compañera de visionado tan solo con el gesto de encorvar los hombros y decir: “bueno, no todo podía ser maravilloso”.

Pero no sólo es la muerte de un tiburón la que hace encogerte los hombros ya que nos encontramos con lo que Def con Dos llamaba “Pánico a una muerte ridícula”. Y es el novio, o no novio, amigo o compañero de la protagonista (es que no me enteré muy bien que pintaba ahí el tipo, la verdad). Dejad que os la cuente porque es digna de ser mencionada y recordada y de cómo inventarse una situación para cargarse un personaje que sobra. Primero miremos dos precedentes. El primero lo encontramos en “Los Simpsons”, cuando Homer se recubre de sartenes, ollas, tapaderas y de más elementos de cocina para ir a cazar osos y la segunda en “Troll Hunter” cuando el cazador se enfunda una armadura para ir a cazar el troll de debajo el puente. En ambas ocasiones resultan, más o menos, victoriosos. Bueno, por lo menos, sobreviven.

…..

 Bien pues hay un cable eléctrico que cuelga de la pared y está a punto de tocar el agua. Tienen que bajar los plomos o todos quedarán chamuscados. Hasta aquí muy bien, correcto, creíble. Así que metámonos en la situación de los protas y pensemos… cable, electricidad, caja de plomos… y sí… buscamos un pringado. Encontrado. Lo recubrimos de hierro y latas, cogemos un tubo para que pueda respirar, lo tiramos al agua y veréis que el tiburón, un enorme tiburón blanco no podrá morderle. Brillante idea. Así que vemos al pobre pardillo dentro del agua, ataviado con un disfraz de carnaval y de golpe pasa el tiburón… ¡Y no le hace nada! Así que el chico sigue, pero el tubo de aire no alcanza, así que haciéndose el héroe se saca el tubo empieza a correr por debajo del agua, apaga el interruptor y ¡Ay amigo! Ahora con el peso de las latas y el hierro no puede subir a la superficie. Muerto. Como digo hay que verlo. Incluso da pena.

Una película entretenida, que te hará reír sin querer. Seguro que no pasará a los anales de la historia pero sí que la recomiendo para pasar un rato divertido y para volver a ver a Julian McMahon, el hermano “mefolloatododios” de Nip/Tuck. Y como no para ver a todos los pivones que salen… ¿es que en Ausralia están todas buenas o qué?
Y bueno, no hay nada más que contar a salvo de su contra, que diría que dura un poco más de lo que debería y que hay demasiados personajes y poco explotados, o mal. Les falta chispa, carisma, tanto da que mueran, que vivan o que se pongan a jugar a las cartas.

A destacar la mala actuación del protagonista principal, lamentable.

viernes, 21 de septiembre de 2012

The Barrens

La trama de esta va asi,  con  su reticencia, Richard Marlow lleva a su esposa Cynthia y a sus hijos Danny y Sadie al pinar de Barrens para pasar un fin de semana acampando en familia, pero a  medida que llegan al bosque, se encuentran diversos animales ensangrentados, todo empeora cuando llega la noche y un niño del camping desaparece en el bosque, aún asi, Richard insiste en adentrarse más en el bosque hasta el lugar donde solía acampar con su padre.

Bien es comprensible el sentimiento familiar del protagonista que quiere recuperar parte de su infancia e inculcarles a sus dos hijos lo importante que es tener un refugio, un lugar en el que sentirte seguro e ir siempre que quieran.

El más pequeño lo sigue con los ojos cerrados, pero la chica adolescente solo quiere estar conectada con el móvil y sus amiguitos y pasa bastante de acampadas familiares con una madrastra que no soporta.

Y es que esta película trata sobre todo de la familia, de como el señor Vineyard se lleva a toda la familia de camping con tres objetivos: el de que sus hijos vean y disfruten de la naturaleza, unir más los lazos familiares y esparcir las cenizas de su difunto padre en el lugar en el que él de pequeño había disfrutado tanto.

Hasta aquí parece que os hable de un drama familiar de estos chungos de telenovela, así que nos falta el toque que tanto nos gusta: lo sobrenatural.

En este caso Darren Lynn Bousman apuesta por una historia de un monstruo. Una historia que me ha molado. La del Demonio de Jersey, un bípedo volador con pezuñas similar a un canguro con cara de caballo, cabeza de perro, alas de murciélago, cuernos, brazos pequeños, garras y una cola bifurcada. Vaya que si lo ves te cagas encima, fijo.

Ahora que tenemos una segunda parte descrita nos podríamos encontrar con un típico drama familiar con monstruito que les persigue y corren, se esconden, tropiezan, se asustan y bla bla bla… o sea un survival o algo por el estilo.

Pero menos mal que Bousman se ha vuelto a poner las pilas y cambia lo que podría haber sido otro survival en una película de terror psicológico, mezclado con una pizca de thriller y un final sorpresa –si más no, lo pretende, ya que da demasiadas pistas para que el final no sea tan asombroso como hubiéramos querido-.y es que “The Barrens” nos adentra en la psique de un padre desesperado por salvar a su familia de una ¿paranoia? de la que tan solo él sabe la verdad.

¿Por qué Bousman se ha puesto las pilas? Porque las recargó y aprendió de las soporíferas tres partes de “Saw” que dirigió, para más tarde parir una obra maestra como es “Repo! The Genetic Opera”. Ahí no se puso las pilas, ahí se recargó con toda la central eléctrica entera. Con este musical gótico me dejó el listón demasiado alto y me di de bruces con sus dos siguientes películas. La sobrevalorada “Mother’s Day”, vale la DeMornay está de puta madre pero coño, hace el mismo papel que hizo en “La mano que mece la cuna” y la historia en sí es paupérrima.

Después nos soltó la innombrable “11-11-11”, un castigo de Dios sin lugar a duda. La de “The Devil’s Carnival” todavía la tengo que ver así que me guardo la opinión.

A ver, “The Barrens” no es una puta maravilla ni pasará a formar parte de ningún tinglado de lista de lo mejor del año ni mucho menos. Hasta bien entrada la película, más bien diría hasta bien terminada la película no pasa casi absolutamente casi nada. Se cuentan un par de historias, un par de ciervos muertos y ya. Es tan solo en la recta final cuando se desvela todo el misterio y es cuando la cosa se pone interesante. Así que bien pensado, y después de redactar esto, las pilas las ha dejado a medio cargar.

Sí, me suele pasar esto, que al escribir una crítica de una película a medida que avanzo en la escritura me voy acordando de si me ha dejado huella o no, y creo que ésta solo me ha dejado la huella de volver a ver a Mia Kirshner y porque no decirlo al tipo de “True Blood”, Stephen Moyer, el principal conductor de la película y del que no puedo decir nada en contra.

Recomendaría “The Barrens” a toda esta gente que empieza a muy temprana edad a ver películas del género, para que se vaya acostumbrando a la narrativa de la que suelen tirar muchos directores: familia con problemas, historias de terror al lado del fuego, el monstruo… o simplemente para los espectadores ya curtidos que quieran pasar un rato entretenido sin buscarle una quinta pata al gato. Primero porque no hay gatos con cinco patas y segundo porque al terminar la película seguro que queréis un disfraz del Demonio de Jersey para el próximo carnaval.

 

martes, 11 de septiembre de 2012

Byzantium


Argumento


Película que esta interesante, va asi, dos misteriosas jóvenes llegan a una pequeña ciudad inglesa, no se saben sus edades ni su relación. La mayor, Claire, empieza a trabajar en el pub local; mientras que la menor, Eleanor, va a la escuela.
Desde los mismos inicios del cine, el tema del vampirismo ha sido uno de los más recurrentes dentro, sobre todo, del género del terror. Nosferatu (1922), de F.W. Murnau, puede considerarse el primer gran éxito del subgénero, estableciendo muchos de los tópicos que se irían repitiendo en multitud de películas a lo largo de las décadas siguientes. Exceptuando las distintas versiones que conoció la novela de Bram Stoker Drácula y alguna cinta a contracorriente –la estimable El ansia (1983) de Tony Scott–, pocos títulos han sabido explotar con rigurosidad y elegancia el enorme potencial de la figura de estos melancólicos seres condenados a una inmortalidad tormentosa. El director irlandés Neil Jordan, que en ya había ofrecido una auténtica joya al cine fantástico con la reivindicable En compañía de lobos (1984), logró adaptar con gran éxito una popular obra de Anne Rice en la notable Entrevista con el vampiro (1994). Aquel título supo aunar el afán comercial de cualquier trabajo protagonizado por Tom Cruise o Brad Pitt, con ciertas ambiciones artísticas. Jordan realizó una elegante y magnífica revisión del mito, mostrando a unas criaturas más dignas de lástima que de terror, una suerte de héroes románticos que no entendían de sexos. En los últimos años, extraños (que no desdeñables) híbridos como 30 días de oscuridad (2007) o Daybreakers (2009) han explotado la faceta más espectacular del asunto, mientras que las adaptaciones de la saga Crepúsculo de Stephenie Meyer han arrasado entre el público juvenil, a la vez que han servido para darle un tono demasiado ligero y cursi a la figura de los chupasangres que flaco favor le hace al subgénero. El antídoto contra tal desprestigio llegó en 2008 desde Suecia con la magnífica Déjame entrar de Tomas Alfredson (y su posterior remake americano), que mostraba el tierno (y a la vez macabro) romance entre un introvertido niño víctima del bullying y una misteriosa vecina que resultaba ser una vampiresa. Ha tenido que volver Neil Jordan para devolver al cine vampírico todo el esplendor perdido conByzantium, filme que recupera el mejor pulso del realizador, últimamente no muy acertado con sus proyectos.

Fotos




Let The Right One In


Basada en la novela del sueco John Ajvide Lindqvist que también se encargó de convertir su obra en un guión, 'Déjame entrar' relata la historia de Oskar, un niño solitario, de apariencia triste y acosado por sus compañeros de colegio. Un bicho raro de los suburbios de Estocolmo cuyo entretenimiento es coleccionar los recortes de prensa sobre los asesinatos y sucesos más sangrientos.
Oskar sufre en silencio el acoso escolar continuo que le infringen unos compañeros de su clase, quienes le llaman “cerdito”. Su frustración por no poder responder a las humillaciones se hace explícita por medio de un cuchillo que lleva siempre consigo y en su atracción por las noticias de crímenes. Los primeros minutos de la historia son inquietantes, porque vemos, por un lado, a un preadolescente objeto de bullying y, por otro, a un supuesto futuro serial killer brutal.

Eli vive en el piso de al lado de Oskar y tiene una enigmática relación con un hombre mayor que la acompaña, protege y alimenta, Hakan (Per Ragnar), mientras que Oskar vive con su madre, separada de su padre al que visita de vez en cuando. La relación madre-hijo se ve separada por los espacios (Oskar y su madre hablan desde habitaciones separadas o vemos a Oskar reflejado en el espejo mientras habla con su madre situada detrás de él) y por la conducta del chaval (Oskar se inventa una explicación a su rasguño fruto de un nuevo abuso de sus compañeros). Es una sensación de separación del mundo a través del expresivo uso del espacio fílmico.

“No podemos ser amigos” Le advierte Eli a Oskar en su primer encuentro. Los motivos estriban en la particularidad de la niña, en su naturaleza, porque Eli no es una niña humana, es un vampiro. Pero nada ni nadie puede impedir lo que se acaba convirtiendo en un amor platónico, ni siquiera un muro y una pared, porque encuentran la manera de comunicarse a través de ella, golpeando con los dedos la pared, usando el código Morse. Bellísima parábola del siempre duro tránsito de la infancia a la adolescencia donde vemos el miedo: de Oskar por recibir otra paliza o humillación y de Eli por no conseguir sangre para sobrevivir. Y también vemos el despertar erótico al inicio de la adolescencia, por ejemplo, en la escena en la que Eli entra en la habitación de Oskar a la hora de dormir. La muchacha primero le pide permiso para entrar y luego se despoja de su ropa y comparte cama con Oskar. Ambos mantienen una conversación sobre “ir en serio” en su relación. Aquí, además, apreciamos la necesidad de una invitación al hogar (un elemento clásico del vampirismo), que da título a la obra y que juega a ser también una petición de afecto.

La historia se presenta en perfecta armonía con los elementos clásicos del tema del vampirismo tradicional. El primer elemento, como apuntaba, es el hecho de que el vampiro no puede entrar en una casa si no ha sido invitado a hacerlo y vemos sus consecuencias cuando Oskar invita a la muchacha a entrar con gestos y no con palabras como debe ser, jugando con ella para ver qué pasa. Eli entra escéptica y se produce uno de los momentos más sangrientos. Los otros elementos clásicos son el miedo y la vulnerabilidad a la destructora luz solar (magistral e impactante una de las secuencias del hospital, cuando la mujer mordida arde en llamas), el reposo diurno del vampiro (en una bañera que hace las veces del tradicional féretro), la necesidad de beber sangre para sobrevivir, la transformación por el mordisco de un vampiro, la facilidad para trepar por las paredes de los edificios y volar (esto último lo hace fuera de campo), la inmunidad al frío helador o el hecho de que la niña, según Oskar, huela raro. Otro ejemplo menos importante es la intolerancia de los gatos a la presencia del vampiro. También vemos un elemento característico de tantos otros vampiros de la literatura y el cine en la forma en la que Eli atrae a sus víctimas solicitándoles ayuda, como en el momento en el que finge indefensión bajo un puente para atraer la bondad de un hombre que acaba siendo su cena. Esta escena, al igual que otra en la que sube a un árbol con el rostro vampiro, muestra a Eli sola y acorralada; es presa y cazador. Así pues, Eli es un vampiro clásico, no una personificación posmoderna de la sexualidad prohibida o un alma angustiada por el peso de la culpa como tantas otras encarnaciones vampíricas. Por otra parte, se discute la representación de Eli en la vida de Oskar. Una teoría sería que Eli es la encarnación de la rabia de Oskar, como si fuera un mismo personaje.

La obra se apoya sobre la diferencia de los personajes principales con respecto al resto sin perder de vista la cotidianidad en que todos se mueven (Horror con situaciones cotidianas). La irrupción de Eli y su acompañante, Hakan, en el contexto de normalidad nos permite contrastar las características de ambos.

El vampiro cambia su ubicación clásica para insertarse en el gélido paisaje sueco, en sintonía con el estado de ánimo de los protagonistas. Un paisaje que además nos transmite nostalgia (la nieve caer desde el negror de la noche).

También apreciamos un retrato naturalista de la Suecia de principio de los ochenta, concretamente de una zona del país que vive una existencia tan gris como la habitual en las regiones de la Unión Soviética. La ciudad dormitorio, el bar enturbiado por el humo de los cigarros y el alcohol, lleno de gente hablando de lo mismo sin llegar a nada, las calles y el parque vacío de personas o el color gris plomizo de los paisajes son ejemplo de ello. Por otra parte, la decoración y los muebles del interior de los apartamentos, así como los vehículos de la calle o las ropas que llevan los personajes nos ayudan a adivinar la época en la que sucede la acción: años 80, concretamente 1982, cuando el país vive un momento de turbulencia política con la pérdida de las elecciones de los conservadores y la vuelta del Partido Socialdemócrata de Olof Palme.

Resulta admirable la habilidad de Tomas Alfredson para ofrecer un relato tradicional de vampirismo con una sensibilidad contemporánea sin caer en clichés de la llamada posmodernidad. Alfredson no es un autor de género, él mismo lo ha admitido en varias entrevistas. Es un autor de obras cinematográficas y prueba de ello es su peculiar enfoque personal de todas las secuencias, ricas en planos cortos donde apreciar el detalle y llenas de gran intensidad dramática. Apenas muestra el horror de situaciones como la protagonizada por Hakan en el parque en la que cuelga boca abajo a un hombre para extraerle la sangre como a un cerdo. Aquí no vemos explícitamente como lo degolla, aunque sí le vemos de espaldas frente al sujeto y, sobretodo, oímos la sangre caer. A continuación viene un plano de corta duración donde apreciamos la sangre cayendo. Esos momentos son breves pero intensos y muy acertados, porque no se trata de ser visceral, como en muchos films de Hollywood que tienden a la sobreexposición para provocar.

Cada plano, cada encuadre y su montaje invocan un aire de desesperación romántica. Es una obra muy visual (no cuenta todo con los diálogos) con una estética sobria y minimalista de luces y sombras (rojo sobre blanco), y también contiene una estupenda dirección del sonido (las tripas de la hambrienta vampiro, el movimiento del cubo de Rubik de Oskar o los dedos de uno de sus agresores de clase golpeando la mesa).

Para el guión, Tomas Alfredson contó con el propio autor de la novela en la que se basa. De hecho, después de la visita de 15 directores interesados en su libro, el autor, John Ajvide Lindqvist, eligió a Alfredson y éste lo eligió a él para hacer la adaptación al cine. La historia de Ajvide Lindqvist es un melodrama sobre la diferencia (tema clásico del género fantástico) que habla de cómo el amor y la esperanza nos pueden sacar de la oscuridad; cuando uno se encuentra hundido y de repente una mano salvadora tiende a ayudar. Eli, esa mano salvadora, acompaña a Oskar en sus miedos y lo libera, le hace verse desde una perspectiva totalmente opuesta a la de víctima. Se produce lo que vendría a ser un efecto Pigmalión: Eli espera más de Oskar, creando un clima emocional mayor con él.

Terrorífica, perturbadora y oscura a la vez que tierna, fascinadora y elegante, “Déjame Entrar” combina la realidad más cruda con la fantasía y se nos presenta como un cuento atípico a la vez que poético sobre la amistad en la que solo se necesita que uno invite al otro para que dos empiecen una relación afectiva.


Supe de la existencia de “Déjame entrar” de Tomas Alfredson por el Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges 2008. Sin embargo, no pude disfrutar de esta obra de culto sueca hasta que la adquirí en DVD junto a la novela. En los comentarios del director y el escritor, Tomas explica una anécdota bastante graciosa. En un festival de terror de Inglaterra, la mayoría del público era gente hardcore, con piercings y tatuajes por todas partes, gente muy dura. Al acabar la proyección de su película muchos estaban desechos, algunos con lágrimas en los ojos. El escritor John Ajvide Lindqvist, por su parte, menciona la gran acogida que tuvo en un festival de España. “La gente, unas 1400 personas en una enorme sala, aplaudían cada fotograma. Una locura”, relata. ¿Tal vez se refiere a Sitges donde fue ganadora moral del certamen llevándose el Méliès de oro a la mejor película europea fantástica?

“Déjame entrar” cautiva por su melancólico paisaje, oscuro y glacial, que casa muy bien con una historia de tristeza y soledad, la que protagonizan Oskar y Eli. Ambos son el uno para el otro. Ambos sienten lo mismo. Y ambos se necesitan. Todo ello nos lo reflejan magistralmente los jovencísimos Kare Hedebrant y Lina Leandersson que debutan en la gran pantalla dando vida a Oskar y Eli, respectivamente. Lo que demuestra que un buen casting supone el 90% de la cinta, como bien comenta Alfredson. El film fue el más laureado del año 2008, cosechando alrededor de 42 premios y multitud de nominaciones en festivales de todo el mundo, entre los que destaca el premio a la Mejor Película Europea en Sitges 2008, sendos Premios del Público en las Semanas de Cine Fantástico de Málaga y San Sebastián, premio a la Mejor Película en el Festival de Tribeca, premio a mejor película y mejor fotografía en el Festival de Göteborg, mejor director, guión y fotografía en los Premios Guldbagge (Suecia), mejor película internacional en los premios Saturn de 2009 y nominada a mejor película en habla no inglesa en los premios BAFTA de 2009. Cuesta creer que en un primer momento el realizador pensara que su película era muy regional, muy sueca, y aunque es cierto que es pausada y un tanto lenta para lo que están acostumbrados el público de ciertos países, cuanto más específico es algo más universal. “Déjame entrar” es una historia que traspasa fronteras. La podemos localizar en cualquier suburbio de una ciudad de Alemania, Estados Unidos o Japón.

Aunque se habla de una relación de amor y amistad entre los protagonistas también hay otro elemento: la necesidad. Eli necesita a Oskar como sustituto de Hakan, ya viejo, cansado y torpe, al igual que Oskar necesita a Eli para sentirse querido (no conecta con sus progenitores y tampoco tiene amigos) y fuerte (junto a Eli es valiente). Esta ley de dependencia puede suponer, por un lado, que esté unida al amor y, por otro lado, que esté solamente unida a la amistad, lo que vendría a ser amor de Oskar hacia Eli y no viceversa. Personalmente soy partidario de la primera opción (amor, amistad y necesidad) más coherente con la novela y con las fuentes de inspiración del autor: su propia infancia y condición, la obra “Carmilla” de Sheridan Le Fanu y la película “The Crying Game” (“Juego de lágrimas”).

Centrándome en Hakan, quiero comentar que este personaje lo relacioné en un primer momento a otro de los muchos amores de Eli. Me pareció que Hakan y Eli se conocieron cuando el primero era un preadolescente como Oskar, lo que significaría que el joven estaría siguiendo los pasos de Hakan hasta que él también se hiciera viejo y torpe, y fuera sustituido por otro. La escena de Oskar apuñalando el tronco de un árbol, al principio del film, da a pensar que tal vez en un futuro sea él quien se encargue de desangrar a su víctima como un cerdo para alimentar a la chica. De hecho, es en esta escena donde Eli intuye que ha encontrado a su nuevo sirviente. Sin embargo, en una escena en la que Hakan le pide a Eli que no vuelva a ver al muchacho, éste parece tener otras intenciones. Después de leer el libro descubrí que Hakan es un pederasta al que conoció Eli tiempo atrás para que fuera su protector a cambio de dejarse manosear. El tema de la pederastia se queda fuera de la película porque Alfredson vio más interesante el acoso escolar. El propio realizador llegó a sufrir bullying en su infancia y su película resulta una muestra original de realismo social, más que un film de vampiros. Alfredson también ha dejado claro en alguna entrevista que no se inspiró en ningún cineasta ni en ninguna película en particular, sino en la pintura y en la música.

En el libro, Hakan vuelve a por Eli para violarla convertido en un vampiro zombie, instantes después de sacrificarse y de caer al vacío desde la ventana de su habitación. El sacrificio de Hakan es doble: en la escena anterior vemos como se derrama el ácido en la cara para que no le puedan identificar con Eli y en la siguiente escena se ofrece a alimentarla de su propia sangre. Esto refleja el amor y la lealtad que siente por la niña. Lo más triste es que Hakan sabe que Eli ha encontrado un sustituto en Oskar y se retira como buen caballero, aunque en el fondo es un pederasta. El rostro quemado de Hakan es su verdadero rostro, el de un monstruo, un pederasta.

Es curioso ver a Eli a lo largo del film como luce sonrosada en los momentos en que está bien alimentada y como se va deteriorando según pasan los días sin comer. La observamos demacrada y sus miradas le delatan. Esta indefensión viene acompañada de cierta fragilidad e inocencia. Eli no es monstruo que mata por placer, los monstruos son los compañeros de Oskar, especialmente el líder del grupo que disfruta con lo que hace e implica a sus amigos en su sadismo, porque ellos en realidad no encuentran satisfacción en el tormento de Oskar. Eli mata para vivir. ¿A caso no matamos nosotros o colaboramos en ello para comer? En la escena del puente, después de beber la sangre de un hombre le tuerce el cuello para que no se transforme en vampiro (es consciente del horror que supone su naturaleza) y llora sobre el cadáver, demostrando su malestar por no poder evitar matar para sobrevivir. Cualquier atisbo de maldad en el comportamiento de la muchacha solo reside en la mente del espectador, como queriendo decir que si él fuera Eli mataría a diestro y siniestro y seduciría a quien fuera con tal de que le sirviera para sus propósitos. Esta es la realidad de los seres humanos, ver cumplidas las fantasías más oscuras de la mente. Por eso tiene tanto éxito la sangre fácil y la perversidad barata de gran parte de los productos de terror venidos o contagiados de Hollywood.

Otro punto interesante de la novela, es el hecho de que los vampiros tienden a suicidarse, especialmente los recién transformados. En la película lo vemos reflejado en la mujer solicitando a un enfermero que suba la persiana a sabiendas de que la luz solar la quemará y, por tanto, matará.

Una de las escenas más bella y melancólica de la película es aquella en la que Oskar observa la nieve y la noche a través de la ventana de su dormitorio, al principio del film. Una sensación de semi-seguridad que personalmente he experimentado; cuando estas despierto en el momento en el que todos duermen y puedes hacer lo que te dé la gana.

Si esta historia tenebrosa contiene un ejemplar y notable talento para la síntesis y multitud de imágenes bellas, toda la banda sonora que envuelve dicha historia es excelente; nos transmite tristeza y compasión y dota de fuerza dramática a las imágenes. El compositor Johan Söderqvist mezcla el sonido de los sintetizadores, que enfatizan la sensación de frialdad y soledad, con la orquestación más clásica en donde destacan el violín, la guitarra y el piano. “Eli and Oskar”, “Oskar in love” y “Main Theme” son sin duda los mejores track de la banda sonora.

La secuencia más espectacular la encontramos en el momento final de la piscina, donde lo explícito y lo implícito (el fuera de campo) van en una sola dirección. Esta secuencia, cargada de humor oblicuo, supone la mejor manera de resolver un momento formidable de gore sofisticado. Es el momento donde todo estalla y también el principio del viaje de Oskar y Eli a un nuevo mañana. Curioso como después de salvar Oskar a Eli, en la secuencia del apartamento, ésta es ahora quien le salva a él; es esa mano amiga que te salva cuando uno se encuentra hundido. La secuencia del apartamento –cuando Oskar salva a Eli- está relacionada al momento anterior de intimidad que mantienen los jóvenes en donde Eli le dice: “Ponte en mi piel por un momento”. Esta transferencia moral de uno a otro se cumple cuando Oskar besa la boca ensangrentada de Eli en lo que es una comunión. Ambos ya están listos para partir. Como le diría Eli a través de una nota: “HUIR ES VIVIR; QUEDARSE, LA MUERTE. UN BESO, ELI” (en referencia a “Romeo y Julieta”).

Dos momentos del film nos indican la elección final de Oskar de despedirse de sus progenitores y huir con Eli. Primero se despide del padre cuando lo visita por última vez en su casa. A la reunión se une el vecino. Según comenta el realizador, hubo gente que le preguntó si el vecino era el amante del padre y puso como motivo de la separación la homosexualidad de éste. Personalmente, yo intuí algo terrible en la escena. Llegué a pensar que Oskar podría ser víctima de abusos sexuales por parte del vecino amigo del padre, o incluso de ambos, al igual que Eli se deja abusar por Hakan a cambio de sangre. Sin embargo, ni una idea ni otra son las pretendidas por Alfredson, quien le llama la atención la falta de costumbre de otros países de que el vecino venga de visita a casa. Después Oskar se despide de su madre, entrando en su habitación y encendiendo la luz un breve instante mientras ella duerme profundamente.

Otra idea del libro respetada en el film sueco son las dudas sobre el género de Eli. Hasta en tres ocasiones se nos hace referencia a que Eli es un chico, y en la tercera escena vemos que además está castrado. “Yo no soy un chico” o “¿Y si no fuera un chico?” le dice Eli a Oskar, al que parece no importarle. En un capítulo del libro se descubre como hace 200 años Eli -su nombre real es Elias- fue separado de su familia, torturado (castrado para luego beber la sangre de los genitales) y convertido en vampiro. Desde aquel momento adoptó la identidad de fémina y se viste como tal. La voz de Eli, en la película, no corresponde con la de la actriz Lina Leandersson (demasiada dulce para un personaje andrógeno) y es doblada por un actor o actriz (no recuerda su género) que casualmente se llama Elif.

Por otra parte, el hecho de que Eli tenga 200 años dota al personaje de madurez sin dejar de mostrarnos la eterna niñez del mismo. En dos escenas podemos apreciar el origen o el aspecto real que tendría Eli si envejeciera. Por un lado, cuando el chico se corta la mano para unirla a la de Eli como hermanos de sangre, y ésta se tira al suelo para chupar la sangre derramada. Y, por otro, cuando ella le pide a Oskar que se ponga en su lugar.

Pero que Eli o Elias sea chico o chica, vampiro o humano, asesina o víctima de su naturaleza no importa. Todo encaja en el rompecabezas de su relación, como en la escena donde Eli le enseña a Oskar como completar el cubo de Rubik. Son el uno para el otro. Oskar, por su comportamiento con la muchacha, parece decir: Da igual qué eres, solo sé que quiero estar contigo siempre. No quiero que nada nos separe. Tú y yo, y nadie más. Es el efecto de la inocencia del primer amor, un amor Shakespeare, que no entiende de géneros ni de naturalezas. Chica o chico, Eli o Elias, Oskar la quiere y su amor parece ser correspondido.

Después de la impactante escena de la piscina, volvemos a ver la nieve cayendo dándonos paso a un epílogo bipolar (triste y feliz a la vez): Oskar viaja en un vagón de tren. Junto a él, su maleta y una caja en la que en su interior se resguarda Eli. La chica desde dentro golpea la caja diciéndole algo al chico con el uso del código Morse, a lo que éste le responde mediante el mismo método. ¿Saben lo que le dice Oskar a Eli? “Un beso”.

Una obra maestra, un clásico del terror moderno, un film de culto. No se me borrará nunca de la memoria.

miércoles, 14 de marzo de 2012

The Last Dragon















Esta divertida película tuvo un costo de 10 millones de dolares, y recaudo solo en cines de los Estados Unidos mas de 33 millones, siendo un gran éxito de taquilla. Imaginemonos un film un poco rollo Karate Kid (1984) que fue un exito comercial de la hostia, ahora con actores negros, no blancos, que luchan entre ellos osea vease malo-poderoso contra joven-bueno e inexperto. Entre todo ello y muchas escenas en gimnasios de Harlem y peleas, tenemos Vanity (aquella belleza exotica que volvio loco a Julio Iglesias en su tiempo, y vivieron un recordado romance) animando la funcion, un monton de numeros musicales, ambientes discotequeros y video-clips, y encima numerosas escenas de films de Bruce Lee, del que el protagonista de esta aventura, es un fan aferrimo. Recapitulemos: mucha musica, mucha luz, mucha discoteca de los 80, peleas, artes marciales, bruce lee... ?Que mas puede faltar? Ah, si... Un grupo de blancos haciendo el payaso, en un sin fin de golpes comicos y transformistas, y encima... !Al final el bueno y el malo pelean y tienen poderes magicos! El malo se ilumina con un aura roja y el bueno con un aura dorada, y al darse de hostias, saltan rayos y chispas y su puta madre, en plan Dragonball. Total que el film, loco como pocos, unico e imposible, y con una combinacion de elementos alucinantemente dispar, logro encajar todo ello en un guion tan risible como insostenible, pero la jugada funciono. vaya que si lo hizo... Poderes magicos, artes marciales, peleas, musica, Vanity... Un film para mi de culto, porque es unico en verdad, y como no, bastante entretenido si se mira con simpatia y sin exigencias. UNA CURIOSIDAD MUY EXCENTRICA, llena de mucha musica y colores. 

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