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La increíble épica

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lunes, 17 de diciembre de 2012

Harry Potter and the Sorcerer's Stone

Argumento


Harry Potter es una película basada en la heptalogía de novelas fantásticas escrita por la autora británica J. K. Rowling, en la que se describen las aventuras del joven aprendiz de mago Harry Potter y sus amigos Ron Weasley y Hermione Granger, durante los siete años que pasan en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. El argumento se centra en la lucha entre Harry Potter y el malvado mago lord Voldemort, quien mató a los padres de Harry en su afán de conquistar el mundo mágico. Desde el lanzamiento de la primera novela, Harry Potter y la piedra filosofal en 1997, la serie logró una inmensa popularidad, críticas favorables y un enorme éxito comercial alrededor del mundo. Para diciembre de 2007, se habían vendido más de 400 millones de copias de los siete libros, los cuales han sido traducidos a más de 65 idiomas, entre los que se incluyen el latín y el griego antiguo. El séptimo y último libro, Harry Potter y las Reliquias de la Muerte fue lanzado mundialmente en inglés el 21 de julio de 2007,mientras que en español se publicó el 21 de febrero de 2008.
La editora Bloomsbury Publishing tiene los derechos de publicación en inglés para el Reino Unido y el resto de Europa, mientras que la editorial Scholastic los tiene para Estados Unidos y la Editorial Salamandra los tiene para el idioma español y su distribución por España e Hispanoamérica.
La historia comienza con la celebración del mundo mágico. Durante muchos años, había sido aterrorizado por el malvado mago lord Voldemort. La noche anterior, el 31 de octubre, Voldemort descubrió el refugio escondido de la familia Potter y mató a Lily y James Potter. Sin embargo, cuando intenta matar a su hijo de 1 año, Harry, la maldición asesina Avada Kedavra se vuelve sobre sí mismo. El cuerpo de Voldemort resulta destruido, pero su espíritu sobrevive: no está muerto ni vivo. Por su parte, a Harry sólo le queda una cicatriz con forma de rayo en la frente, el único remanente físico de la maldición de Voldemort. Harry es el único superviviente de la maldición asesina, y a raíz de la misteriosa derrota de Voldemort, el mundo mágico comienza a llamarlo «el niño que sobrevivió.

Algunas Curiosidades

La autora JK Rowling escribió los primeros párrafos y dibujos en servilletas en un viaje a Escocia por el expreso de King’s Cross. Más tarde, los escribiría en máquina de escribir. Muchas editoriales, hasta llegar a Bloomsbury, rechazaron a Harry.

Al comenzar la saga, JK Rowling era tan pobre que tuvo que mecanografiar dos veces el manuscrito de La Piedra Filosofal, pues no podía pagar para que lo mecanografiaran o lo fotocopiaran.

En el Reino Unido, el título es Harry Potter and the Philosopher Stone (Harry Potter y la Piedra Filosofal), y en Norteamérica es Harry Potter and the Sorcerer’s Stone (Harry Potter y la Piedra del Hechicero). Por lo tanto, en la película en su versión original, cada vez que hablaban de la piedra debían rodar la escena dos veces con los dos nombres.

En la editorial de los libros de Harry Potter en el Reino Unido, Bloomsbury, le pidieron a JK Rowling que cambiase el título Harry Potter y la Piedra Filosofal y pusiese Harry Potter and the School of Magic (Harry Potter y la Escuela de Magia), como ocurió en el caso de la versión francesa. Sin embargo, ella no accedió.

El nombre del Espejo de “Oesed”, al revés significa “Deseo”, un nombre adecuado para el objeto ya que muestra el deseo más profundo del corazón de quien lo ve. Igualmente, en el libro en Inglés, el nombre del espejo es “Erised”, que al revés es “Desire”. En las primeras ediciones en Español, la traductora no se percató de que el nombre y las palabras del espejo estaban escritas en Inglés al revés, así que al principio éste seguía llamándose Espejo de Oesed.


Fotos


 
                                                                                                        
Duración: 152 min

País: UK / USA

Lenguaje: Inglés
Presupuesto: $125,000,000
Ganancia: $974,755,371

martes, 11 de septiembre de 2012

Let The Right One In


Basada en la novela del sueco John Ajvide Lindqvist que también se encargó de convertir su obra en un guión, 'Déjame entrar' relata la historia de Oskar, un niño solitario, de apariencia triste y acosado por sus compañeros de colegio. Un bicho raro de los suburbios de Estocolmo cuyo entretenimiento es coleccionar los recortes de prensa sobre los asesinatos y sucesos más sangrientos.
Oskar sufre en silencio el acoso escolar continuo que le infringen unos compañeros de su clase, quienes le llaman “cerdito”. Su frustración por no poder responder a las humillaciones se hace explícita por medio de un cuchillo que lleva siempre consigo y en su atracción por las noticias de crímenes. Los primeros minutos de la historia son inquietantes, porque vemos, por un lado, a un preadolescente objeto de bullying y, por otro, a un supuesto futuro serial killer brutal.

Eli vive en el piso de al lado de Oskar y tiene una enigmática relación con un hombre mayor que la acompaña, protege y alimenta, Hakan (Per Ragnar), mientras que Oskar vive con su madre, separada de su padre al que visita de vez en cuando. La relación madre-hijo se ve separada por los espacios (Oskar y su madre hablan desde habitaciones separadas o vemos a Oskar reflejado en el espejo mientras habla con su madre situada detrás de él) y por la conducta del chaval (Oskar se inventa una explicación a su rasguño fruto de un nuevo abuso de sus compañeros). Es una sensación de separación del mundo a través del expresivo uso del espacio fílmico.

“No podemos ser amigos” Le advierte Eli a Oskar en su primer encuentro. Los motivos estriban en la particularidad de la niña, en su naturaleza, porque Eli no es una niña humana, es un vampiro. Pero nada ni nadie puede impedir lo que se acaba convirtiendo en un amor platónico, ni siquiera un muro y una pared, porque encuentran la manera de comunicarse a través de ella, golpeando con los dedos la pared, usando el código Morse. Bellísima parábola del siempre duro tránsito de la infancia a la adolescencia donde vemos el miedo: de Oskar por recibir otra paliza o humillación y de Eli por no conseguir sangre para sobrevivir. Y también vemos el despertar erótico al inicio de la adolescencia, por ejemplo, en la escena en la que Eli entra en la habitación de Oskar a la hora de dormir. La muchacha primero le pide permiso para entrar y luego se despoja de su ropa y comparte cama con Oskar. Ambos mantienen una conversación sobre “ir en serio” en su relación. Aquí, además, apreciamos la necesidad de una invitación al hogar (un elemento clásico del vampirismo), que da título a la obra y que juega a ser también una petición de afecto.

La historia se presenta en perfecta armonía con los elementos clásicos del tema del vampirismo tradicional. El primer elemento, como apuntaba, es el hecho de que el vampiro no puede entrar en una casa si no ha sido invitado a hacerlo y vemos sus consecuencias cuando Oskar invita a la muchacha a entrar con gestos y no con palabras como debe ser, jugando con ella para ver qué pasa. Eli entra escéptica y se produce uno de los momentos más sangrientos. Los otros elementos clásicos son el miedo y la vulnerabilidad a la destructora luz solar (magistral e impactante una de las secuencias del hospital, cuando la mujer mordida arde en llamas), el reposo diurno del vampiro (en una bañera que hace las veces del tradicional féretro), la necesidad de beber sangre para sobrevivir, la transformación por el mordisco de un vampiro, la facilidad para trepar por las paredes de los edificios y volar (esto último lo hace fuera de campo), la inmunidad al frío helador o el hecho de que la niña, según Oskar, huela raro. Otro ejemplo menos importante es la intolerancia de los gatos a la presencia del vampiro. También vemos un elemento característico de tantos otros vampiros de la literatura y el cine en la forma en la que Eli atrae a sus víctimas solicitándoles ayuda, como en el momento en el que finge indefensión bajo un puente para atraer la bondad de un hombre que acaba siendo su cena. Esta escena, al igual que otra en la que sube a un árbol con el rostro vampiro, muestra a Eli sola y acorralada; es presa y cazador. Así pues, Eli es un vampiro clásico, no una personificación posmoderna de la sexualidad prohibida o un alma angustiada por el peso de la culpa como tantas otras encarnaciones vampíricas. Por otra parte, se discute la representación de Eli en la vida de Oskar. Una teoría sería que Eli es la encarnación de la rabia de Oskar, como si fuera un mismo personaje.

La obra se apoya sobre la diferencia de los personajes principales con respecto al resto sin perder de vista la cotidianidad en que todos se mueven (Horror con situaciones cotidianas). La irrupción de Eli y su acompañante, Hakan, en el contexto de normalidad nos permite contrastar las características de ambos.

El vampiro cambia su ubicación clásica para insertarse en el gélido paisaje sueco, en sintonía con el estado de ánimo de los protagonistas. Un paisaje que además nos transmite nostalgia (la nieve caer desde el negror de la noche).

También apreciamos un retrato naturalista de la Suecia de principio de los ochenta, concretamente de una zona del país que vive una existencia tan gris como la habitual en las regiones de la Unión Soviética. La ciudad dormitorio, el bar enturbiado por el humo de los cigarros y el alcohol, lleno de gente hablando de lo mismo sin llegar a nada, las calles y el parque vacío de personas o el color gris plomizo de los paisajes son ejemplo de ello. Por otra parte, la decoración y los muebles del interior de los apartamentos, así como los vehículos de la calle o las ropas que llevan los personajes nos ayudan a adivinar la época en la que sucede la acción: años 80, concretamente 1982, cuando el país vive un momento de turbulencia política con la pérdida de las elecciones de los conservadores y la vuelta del Partido Socialdemócrata de Olof Palme.

Resulta admirable la habilidad de Tomas Alfredson para ofrecer un relato tradicional de vampirismo con una sensibilidad contemporánea sin caer en clichés de la llamada posmodernidad. Alfredson no es un autor de género, él mismo lo ha admitido en varias entrevistas. Es un autor de obras cinematográficas y prueba de ello es su peculiar enfoque personal de todas las secuencias, ricas en planos cortos donde apreciar el detalle y llenas de gran intensidad dramática. Apenas muestra el horror de situaciones como la protagonizada por Hakan en el parque en la que cuelga boca abajo a un hombre para extraerle la sangre como a un cerdo. Aquí no vemos explícitamente como lo degolla, aunque sí le vemos de espaldas frente al sujeto y, sobretodo, oímos la sangre caer. A continuación viene un plano de corta duración donde apreciamos la sangre cayendo. Esos momentos son breves pero intensos y muy acertados, porque no se trata de ser visceral, como en muchos films de Hollywood que tienden a la sobreexposición para provocar.

Cada plano, cada encuadre y su montaje invocan un aire de desesperación romántica. Es una obra muy visual (no cuenta todo con los diálogos) con una estética sobria y minimalista de luces y sombras (rojo sobre blanco), y también contiene una estupenda dirección del sonido (las tripas de la hambrienta vampiro, el movimiento del cubo de Rubik de Oskar o los dedos de uno de sus agresores de clase golpeando la mesa).

Para el guión, Tomas Alfredson contó con el propio autor de la novela en la que se basa. De hecho, después de la visita de 15 directores interesados en su libro, el autor, John Ajvide Lindqvist, eligió a Alfredson y éste lo eligió a él para hacer la adaptación al cine. La historia de Ajvide Lindqvist es un melodrama sobre la diferencia (tema clásico del género fantástico) que habla de cómo el amor y la esperanza nos pueden sacar de la oscuridad; cuando uno se encuentra hundido y de repente una mano salvadora tiende a ayudar. Eli, esa mano salvadora, acompaña a Oskar en sus miedos y lo libera, le hace verse desde una perspectiva totalmente opuesta a la de víctima. Se produce lo que vendría a ser un efecto Pigmalión: Eli espera más de Oskar, creando un clima emocional mayor con él.

Terrorífica, perturbadora y oscura a la vez que tierna, fascinadora y elegante, “Déjame Entrar” combina la realidad más cruda con la fantasía y se nos presenta como un cuento atípico a la vez que poético sobre la amistad en la que solo se necesita que uno invite al otro para que dos empiecen una relación afectiva.


Supe de la existencia de “Déjame entrar” de Tomas Alfredson por el Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges 2008. Sin embargo, no pude disfrutar de esta obra de culto sueca hasta que la adquirí en DVD junto a la novela. En los comentarios del director y el escritor, Tomas explica una anécdota bastante graciosa. En un festival de terror de Inglaterra, la mayoría del público era gente hardcore, con piercings y tatuajes por todas partes, gente muy dura. Al acabar la proyección de su película muchos estaban desechos, algunos con lágrimas en los ojos. El escritor John Ajvide Lindqvist, por su parte, menciona la gran acogida que tuvo en un festival de España. “La gente, unas 1400 personas en una enorme sala, aplaudían cada fotograma. Una locura”, relata. ¿Tal vez se refiere a Sitges donde fue ganadora moral del certamen llevándose el Méliès de oro a la mejor película europea fantástica?

“Déjame entrar” cautiva por su melancólico paisaje, oscuro y glacial, que casa muy bien con una historia de tristeza y soledad, la que protagonizan Oskar y Eli. Ambos son el uno para el otro. Ambos sienten lo mismo. Y ambos se necesitan. Todo ello nos lo reflejan magistralmente los jovencísimos Kare Hedebrant y Lina Leandersson que debutan en la gran pantalla dando vida a Oskar y Eli, respectivamente. Lo que demuestra que un buen casting supone el 90% de la cinta, como bien comenta Alfredson. El film fue el más laureado del año 2008, cosechando alrededor de 42 premios y multitud de nominaciones en festivales de todo el mundo, entre los que destaca el premio a la Mejor Película Europea en Sitges 2008, sendos Premios del Público en las Semanas de Cine Fantástico de Málaga y San Sebastián, premio a la Mejor Película en el Festival de Tribeca, premio a mejor película y mejor fotografía en el Festival de Göteborg, mejor director, guión y fotografía en los Premios Guldbagge (Suecia), mejor película internacional en los premios Saturn de 2009 y nominada a mejor película en habla no inglesa en los premios BAFTA de 2009. Cuesta creer que en un primer momento el realizador pensara que su película era muy regional, muy sueca, y aunque es cierto que es pausada y un tanto lenta para lo que están acostumbrados el público de ciertos países, cuanto más específico es algo más universal. “Déjame entrar” es una historia que traspasa fronteras. La podemos localizar en cualquier suburbio de una ciudad de Alemania, Estados Unidos o Japón.

Aunque se habla de una relación de amor y amistad entre los protagonistas también hay otro elemento: la necesidad. Eli necesita a Oskar como sustituto de Hakan, ya viejo, cansado y torpe, al igual que Oskar necesita a Eli para sentirse querido (no conecta con sus progenitores y tampoco tiene amigos) y fuerte (junto a Eli es valiente). Esta ley de dependencia puede suponer, por un lado, que esté unida al amor y, por otro lado, que esté solamente unida a la amistad, lo que vendría a ser amor de Oskar hacia Eli y no viceversa. Personalmente soy partidario de la primera opción (amor, amistad y necesidad) más coherente con la novela y con las fuentes de inspiración del autor: su propia infancia y condición, la obra “Carmilla” de Sheridan Le Fanu y la película “The Crying Game” (“Juego de lágrimas”).

Centrándome en Hakan, quiero comentar que este personaje lo relacioné en un primer momento a otro de los muchos amores de Eli. Me pareció que Hakan y Eli se conocieron cuando el primero era un preadolescente como Oskar, lo que significaría que el joven estaría siguiendo los pasos de Hakan hasta que él también se hiciera viejo y torpe, y fuera sustituido por otro. La escena de Oskar apuñalando el tronco de un árbol, al principio del film, da a pensar que tal vez en un futuro sea él quien se encargue de desangrar a su víctima como un cerdo para alimentar a la chica. De hecho, es en esta escena donde Eli intuye que ha encontrado a su nuevo sirviente. Sin embargo, en una escena en la que Hakan le pide a Eli que no vuelva a ver al muchacho, éste parece tener otras intenciones. Después de leer el libro descubrí que Hakan es un pederasta al que conoció Eli tiempo atrás para que fuera su protector a cambio de dejarse manosear. El tema de la pederastia se queda fuera de la película porque Alfredson vio más interesante el acoso escolar. El propio realizador llegó a sufrir bullying en su infancia y su película resulta una muestra original de realismo social, más que un film de vampiros. Alfredson también ha dejado claro en alguna entrevista que no se inspiró en ningún cineasta ni en ninguna película en particular, sino en la pintura y en la música.

En el libro, Hakan vuelve a por Eli para violarla convertido en un vampiro zombie, instantes después de sacrificarse y de caer al vacío desde la ventana de su habitación. El sacrificio de Hakan es doble: en la escena anterior vemos como se derrama el ácido en la cara para que no le puedan identificar con Eli y en la siguiente escena se ofrece a alimentarla de su propia sangre. Esto refleja el amor y la lealtad que siente por la niña. Lo más triste es que Hakan sabe que Eli ha encontrado un sustituto en Oskar y se retira como buen caballero, aunque en el fondo es un pederasta. El rostro quemado de Hakan es su verdadero rostro, el de un monstruo, un pederasta.

Es curioso ver a Eli a lo largo del film como luce sonrosada en los momentos en que está bien alimentada y como se va deteriorando según pasan los días sin comer. La observamos demacrada y sus miradas le delatan. Esta indefensión viene acompañada de cierta fragilidad e inocencia. Eli no es monstruo que mata por placer, los monstruos son los compañeros de Oskar, especialmente el líder del grupo que disfruta con lo que hace e implica a sus amigos en su sadismo, porque ellos en realidad no encuentran satisfacción en el tormento de Oskar. Eli mata para vivir. ¿A caso no matamos nosotros o colaboramos en ello para comer? En la escena del puente, después de beber la sangre de un hombre le tuerce el cuello para que no se transforme en vampiro (es consciente del horror que supone su naturaleza) y llora sobre el cadáver, demostrando su malestar por no poder evitar matar para sobrevivir. Cualquier atisbo de maldad en el comportamiento de la muchacha solo reside en la mente del espectador, como queriendo decir que si él fuera Eli mataría a diestro y siniestro y seduciría a quien fuera con tal de que le sirviera para sus propósitos. Esta es la realidad de los seres humanos, ver cumplidas las fantasías más oscuras de la mente. Por eso tiene tanto éxito la sangre fácil y la perversidad barata de gran parte de los productos de terror venidos o contagiados de Hollywood.

Otro punto interesante de la novela, es el hecho de que los vampiros tienden a suicidarse, especialmente los recién transformados. En la película lo vemos reflejado en la mujer solicitando a un enfermero que suba la persiana a sabiendas de que la luz solar la quemará y, por tanto, matará.

Una de las escenas más bella y melancólica de la película es aquella en la que Oskar observa la nieve y la noche a través de la ventana de su dormitorio, al principio del film. Una sensación de semi-seguridad que personalmente he experimentado; cuando estas despierto en el momento en el que todos duermen y puedes hacer lo que te dé la gana.

Si esta historia tenebrosa contiene un ejemplar y notable talento para la síntesis y multitud de imágenes bellas, toda la banda sonora que envuelve dicha historia es excelente; nos transmite tristeza y compasión y dota de fuerza dramática a las imágenes. El compositor Johan Söderqvist mezcla el sonido de los sintetizadores, que enfatizan la sensación de frialdad y soledad, con la orquestación más clásica en donde destacan el violín, la guitarra y el piano. “Eli and Oskar”, “Oskar in love” y “Main Theme” son sin duda los mejores track de la banda sonora.

La secuencia más espectacular la encontramos en el momento final de la piscina, donde lo explícito y lo implícito (el fuera de campo) van en una sola dirección. Esta secuencia, cargada de humor oblicuo, supone la mejor manera de resolver un momento formidable de gore sofisticado. Es el momento donde todo estalla y también el principio del viaje de Oskar y Eli a un nuevo mañana. Curioso como después de salvar Oskar a Eli, en la secuencia del apartamento, ésta es ahora quien le salva a él; es esa mano amiga que te salva cuando uno se encuentra hundido. La secuencia del apartamento –cuando Oskar salva a Eli- está relacionada al momento anterior de intimidad que mantienen los jóvenes en donde Eli le dice: “Ponte en mi piel por un momento”. Esta transferencia moral de uno a otro se cumple cuando Oskar besa la boca ensangrentada de Eli en lo que es una comunión. Ambos ya están listos para partir. Como le diría Eli a través de una nota: “HUIR ES VIVIR; QUEDARSE, LA MUERTE. UN BESO, ELI” (en referencia a “Romeo y Julieta”).

Dos momentos del film nos indican la elección final de Oskar de despedirse de sus progenitores y huir con Eli. Primero se despide del padre cuando lo visita por última vez en su casa. A la reunión se une el vecino. Según comenta el realizador, hubo gente que le preguntó si el vecino era el amante del padre y puso como motivo de la separación la homosexualidad de éste. Personalmente, yo intuí algo terrible en la escena. Llegué a pensar que Oskar podría ser víctima de abusos sexuales por parte del vecino amigo del padre, o incluso de ambos, al igual que Eli se deja abusar por Hakan a cambio de sangre. Sin embargo, ni una idea ni otra son las pretendidas por Alfredson, quien le llama la atención la falta de costumbre de otros países de que el vecino venga de visita a casa. Después Oskar se despide de su madre, entrando en su habitación y encendiendo la luz un breve instante mientras ella duerme profundamente.

Otra idea del libro respetada en el film sueco son las dudas sobre el género de Eli. Hasta en tres ocasiones se nos hace referencia a que Eli es un chico, y en la tercera escena vemos que además está castrado. “Yo no soy un chico” o “¿Y si no fuera un chico?” le dice Eli a Oskar, al que parece no importarle. En un capítulo del libro se descubre como hace 200 años Eli -su nombre real es Elias- fue separado de su familia, torturado (castrado para luego beber la sangre de los genitales) y convertido en vampiro. Desde aquel momento adoptó la identidad de fémina y se viste como tal. La voz de Eli, en la película, no corresponde con la de la actriz Lina Leandersson (demasiada dulce para un personaje andrógeno) y es doblada por un actor o actriz (no recuerda su género) que casualmente se llama Elif.

Por otra parte, el hecho de que Eli tenga 200 años dota al personaje de madurez sin dejar de mostrarnos la eterna niñez del mismo. En dos escenas podemos apreciar el origen o el aspecto real que tendría Eli si envejeciera. Por un lado, cuando el chico se corta la mano para unirla a la de Eli como hermanos de sangre, y ésta se tira al suelo para chupar la sangre derramada. Y, por otro, cuando ella le pide a Oskar que se ponga en su lugar.

Pero que Eli o Elias sea chico o chica, vampiro o humano, asesina o víctima de su naturaleza no importa. Todo encaja en el rompecabezas de su relación, como en la escena donde Eli le enseña a Oskar como completar el cubo de Rubik. Son el uno para el otro. Oskar, por su comportamiento con la muchacha, parece decir: Da igual qué eres, solo sé que quiero estar contigo siempre. No quiero que nada nos separe. Tú y yo, y nadie más. Es el efecto de la inocencia del primer amor, un amor Shakespeare, que no entiende de géneros ni de naturalezas. Chica o chico, Eli o Elias, Oskar la quiere y su amor parece ser correspondido.

Después de la impactante escena de la piscina, volvemos a ver la nieve cayendo dándonos paso a un epílogo bipolar (triste y feliz a la vez): Oskar viaja en un vagón de tren. Junto a él, su maleta y una caja en la que en su interior se resguarda Eli. La chica desde dentro golpea la caja diciéndole algo al chico con el uso del código Morse, a lo que éste le responde mediante el mismo método. ¿Saben lo que le dice Oskar a Eli? “Un beso”.

Una obra maestra, un clásico del terror moderno, un film de culto. No se me borrará nunca de la memoria.

jueves, 26 de julio de 2012

Baby Blues



Baby Blues - 2008


85 minutos    Drama - Horror - Thriller   
Director: Lars Jacobson, Amardeep Kaleka
Escritor: Lars Jacobson
Actores: Colleen Porch, Aiden Kersh y Ridge Canipe

 

Argumento

Baby Blues es una película dirigida por Lars E. Jacobson. Baby Blues es una excelente película que esta basada en hechos reales  y es un slasher bastante fuerte en que una madre se vuelve loca, desencadenando una serie de asesinatos bastante brutales y lo peor de todo es que comienza su matanza con sus propios hijos, para las personas sensibles puede ser bastante desagradable ya que se ven muchos maltratos lo que hace que la película sea mas interesante, buenos actores y mucha violencia, le pongo 7 sobre 10. 

Fotos

 
Actores
Colleen Porch
Mamá
Aiden Kersh Aiden Kersh
Bebé Nathan
Ridge Canipe Ridge Canipe
Jimmy
Sean Johnson Sean Johnson
Jake
Holden Thomas Maynard Holden Thomas Maynard
Sammy
Kali Majors
Cathy
Joel Bryant
Papá 
Gene Witham
Lester
Tanner Ethan Todd Tanner Ethan Todd
Niño en Carro
 Chip Lane
Padre del Niño
Kenny Banes Kenny Banes
Capataz
Tom Fendley Tom Fendley
Oficial de Policia
Alan Nesbit Alan Nesbit
Psicologo
Noelle Monteleone Noelle Monteleone
Residente
Jeffrey Hill Jeffrey Hill
Residente



Generos: Drama - Horror - Thriller
 
Sitio Oficial: Official site

Conocida También Como: Cradle Will Fall 

Lugares de Filmación: Savannah, Georgia, USA

 

sábado, 11 de septiembre de 2010

The Children


Argumento

Esta película esta fuertemente influenciada por películas como "El Pueblo de los Malditos", "¿Quien Puede Matar a un Niño?", "Los Chicos del Maíz" o incluso "El Señor de las Moscas", Shankland, que en esta ocasión también se encarga del guión, le ha añadido a la cinta ese toque sobrenatural "Shaymaliano" muy al estilo de "El Incidente", introduciendo el factor "místico" o "fantástico" de manera sutil y a partir del cual, poder construir una historia a priori tan increíble como esta, y digo "a priori", porque si uno se pasa por cualquier escuela pública de nuestro país, el panorama puede que no diste tanto de lo que vamos a encontrar en "The Children".


No cabe duda de que "The Children" es una efectiva película de terror, un trabajo coherente y creíble si pasamos por alto la trampa argumental de su propio planteamiento (pues que los crios son unos seres aterradores y potencialmente peligrosos, tanto para nuestra salud mental como física, es un hecho demostrado, ahora bien, de ahí a convertirse en un ejército perfectamente organizado de pequeños "Damiens" mata adultos, hay un trecho) que sin explicación alguna, lo deja todo a nuestra personal interpretación. Las virtudes de la cinta son varias, pero lo que más me ha llamado la atención, es la fidelidad con la que el film retrata a dos familias de clase media, consiguiendo constantemente que tengamos que mirar nuestro propio ombligo al reconocer como propios, todos y cada uno de los valores que aquí se retratan, tales como el amor, la amistad, la envidia o la hipocresía, todos estos elementos presentes en cualquier familia (en menor o mayor medida) consiguen que nos sintamos partícipes de la historia y es que Tom Shankland, maneja a la perfección todos estos elementos a partir de los cuales, da pie una trama consistente que potencia aún más, si cabe, a unos personajes perfectamente construidos con los que resulta fácil identificarse.

En este mismo sentido, "The Children" también describe de forma casi poética, el amor incondicional de un padre hacia su hijo, muchas veces irracional (como en el caso que nos ocupa) y que en la película tiene un peso específico, pues Shankland lo utiliza como pretexto en varias ocasiones para justificar lo injustificable y cargar a la cinta de una alta dosis de "moralidad" que, sin duda alguna no entenderemos los que no tenemos hijos, claro está, por que yo (y hablo desde mi nula comprensión de la situación, por que no tengo hijos), si veo venir hacia mi, a dos adorables niñitos con cuchillo en mano dispuestos a degollarme, llamadme insensible, pero la última cosa que se me ocurriría sería quedarme quieto y dejarles hacer... garrotazo en la cabeza y a otra cosa mariposa. Pero bueno, lo dicho, que el director ha sabido sacar mucho jugo de este tipo de situaciones.

La misteriosa atmósfera y la inquietante fotografía son otros de los grandes logros de un filme que por otro lado, tampoco escatima en crudeza, conteniendo algunas escenas bastante fuertes, no por que sean extremadamente violentas, sino porque no estamos muy habituados a la violencia infantil en el cine, ridículo tabú que por lo general, Shankland se pasa por el forro de los cojones.

Conclusión, "The Children" es una película que no inventa nada nuevo, que difícilmente consigue sorprender al espectador y que resulta incluso, demasiado previsible, pero que al mismo tiempo consigue mantener una atmósfera "incómoda" durante todo el metraje, y que destaca por la gran fidelidad a la hora de recrear a la familia de clase media así como por su crudeza. 


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