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La increíble épica

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domingo, 2 de diciembre de 2012

La Tutora



Sí hacemos un poco de historia, podemos afirmar que el señor Friedkin, alcanzó la gloria en la década de los setenta con un portentoso policíaco titulado The French Connection, con la que consiguió la estatuilla al mejor director, una (por no decir, la) obra cumbre del género de terror como es El Exorcista (que le valió otra nominación a los premios Oscar) y un remake complejo y maldito de la obra El Salario del Miedo de Clouzot, titulada Carga Maldita (Sorcerer). La década siguiente sería un querer y no poder con más sombras que luces, aunque con un par de títulos buenos e interesantes, cómo fueron, A la Caza (Cruising) y Vivir y Morir en los Ángeles (To Live and Die in L.A.), aunque sin alcanzar ni mucho menos cotas pasadas, e inició una lamentable década de los noventa con el film que nos ocupa y que era el regreso (esperado, todo hay que decirlo, por una parte importante del público) al género fantástico y de terror que tantas alegría y dividendos le había reportado. (El motivo de este breve repaso, innecesario pensará alguno, es recordar que este tipo sabe lo que es contar historias y hacerlo con nervio y contundencia, y por lo tanto es algo que debemos exigirle).

La Tutora (The Guardian), debía ser la adaptación cinematográfica de la novela The Nanny de Dan Greenburg, famoso autor de relatos para niños estadounidense, y que versaba (mejor dicho, versa) sobre una niñera que es un vampiro y se alimenta de los niños que cuida. La cinta iba a ser dirigida en un principio por Sam Raimi, autor que se encontraba en un buen momento después de cosechar dentro del fantástico y terror dos rotundos éxitos, como Posesión Infernal (Evil Dead) y el posterior pseudo-remake Terrorificamente Muertos (Evil Dead II), pero al tener que elegir para la productora Universal entre filmar este trabajo o Darkman, se decantó, como todos sabéis, por esta última. El guión escrito por el propio Dan Greenburg y Stephen Volk, quedó huérfano hasta que llegó en forma de encargo a las manos de Friedkin. Este no estaba contento con el tratamiento dado a la historia y junto a Stephen Volk, reescribieron gran parte del guión, hasta el punto que Volk abandonó (ya que no reconocía el manuscrito original) y fue el propio Friedkin quien finalizó la escritura del mismo. “La Niñera” había mutado hasta el punto que apenas guardaba relación alguna con el guión original, y mucho menos con la novela. La niñera había dejado de ser una vampiresa para convertirse en...


¿Qué cuenta entonces La Tutora (por cierto, enésima mala traducción del título original)? ¿De qué trata la película? La sinopsis puede resumirse en que es la historia de una druida (sí, empezamos el festival de los despropósitos) que se hace pasar por niñera, para poder acceder a jóvenes recién nacidos que al cumplir las cuatro semanas de edad sacrifica en honor a (o vaya usted a saber qué, pues no se aclara en la película) los espíritus malignos que habitan en un gran árbol en las afueras de una zona residencial de Santa Mónica (California), los cuales toman la sangre de los bebes, y en su camino se cruza una joven pareja que se acaba de mudar de Chicago y tienen un neonato (¿Qué os parece el cóctel de agua, aceite y vinagre? A priori difícil de digerir, ¿verdad?).

A un guión de frenopático, se integra un equipo técnico y artístico de completos desconocidos, que no llegaron a labrarse una carrera muy brillante (siendo, tal vez, Miguel Ferrer el actor que más proyección a conseguido de cuantos aparecen en el film), una producción de serie B autoconsciente que por momentos se transforma en telefilm y comandado, todo ello, por un director que no es ni la sombra de lo que había sido y que claramente puso el piloto automático y se dejó llevar. El ejemplo más claro es lo poco cuidadoso de la planificación de las escenas, planos desde ángulos extraños, la nula o escasa tensión que se transmite por una inexistente, o inadecuada, utilización de la fotografía y el montaje para generar mal rollo y una banda sonora anodina que no aporta absolutamente nada y que no enfatiza los supuestos momentos álgidos (por no hablar de los continuos fallos de raccord). ¿Por qué la iluminación nocturna en el bosque parece sacada de un mal video-clip de la época? En definitiva, con todos estos mimbres, el conjunto se salda con una decepción enorme, indigna de quien nos aterrorizó (¡y de qué forma!) en 1973 con un exorcismo antológico, que creó escuela (y es estudiado y analizado en más de una).

En la parte interpretativa sólo la enigmática y morbosa Jenny Seagrove, que da vida a Camilla, la niñera-druida merece ser destacada y en el apartado técnico alguna escena violenta con algún ligero toque gore (desmembramiento). Tal vez por ello, Friedkin, intenta aprovechar la presencia inquietante de Seagrove para dotar al film de un cierto aire de sensualidad perversa que lamentablemente queda en unos semidesnudos sin mucho sentido y alarga las escenas violentas donde, o bien el “árbol maligno” o los coyotes (que se ve que son lobos, pero en la versión original se menciona que son coyotes), que acompañan a la malvada niñera en sus escapadas nocturnas, acometen embestidas contra aquellos que intentan impedir que lleven a cabo sus terroríficos planes.

Lo verdaderamente lamentable es que bajo tal cantidad de despropósitos e incoherencias (ver más abajo en la zona spoilers), en la idea primigenia se escondía una historia con grandes posibilidades (ahora es cuando más de uno esbozará una sonrisa socarrona), que básicamente se trunca en sus cimientos, es decir, en el guión. Como casi siempre, todo hay que decirlo.

Un par de años más tarde, en el año 1992, Curtis Hanson realizó una película sobre una niñera que se instala en la casa de un matrimonio para cuidar del hijo recién nacido y acaba resultando una psicópata vengativa, que pese a no contar con elementos fantásticos, era más aterradora, generaba más tensión y era mejor película que la que nos ocupa. Aquella película llevaba por título La Mano que Mece la Cuna (The Hand that Rocks the Cradle) y fue uno de los títulos taquilleros de aquel año. Algún guionista ligeramente avispado o simplemente sobrio vio que La Tutora podía reescribirse y convertirse en una película atractiva. La guionista que dio con la tecla adecuada fue Amanda Silver (o al menos una mucho más acertada).

Así que si no tenéis 11 años o similar (La primera vez que la vi tenía 14 años y debo reconocer que un par de escenas me llamaron la atención. Lástima que ahora no tenga esa edad), si consideráis El Exorcista una referencia indiscutible del terror y del cine en general y si tenéis cosas mejor que hacer un domingo por la noche (fregar los platos, estudiar, planchar la ropa del día siguiente, jugar al mus, clavar agujas a un/a muñeco/a en forma de ex pareja, etc.) que ver esta película en la programación de vuestro televisor, no perdáis el tiempo. Al menos es de agradecer que sólo dure 88 minutos, los cuales se pasan relativamente rápido entre una nada excitante secuencia inicial de presentación de la niñera maligna, un nudo anodino y un desenlace grotesco.

Si a pesar de lo mencionado os pica la curiosidad, al menos, tened la precaución de verla en versión original, pues el doblaje en castellano sí es verdaderamente terrorífico.

Zona spoilers:

¿Qué clase de padres contratan a una niñera para que se instale con ellos y cuide de su recién nacido y no comprueban las referencias de la solicitante del puesto? Evidentemente los de esta película.

¿Por qué si la druida-bruja-niñera tiene poderes para hacer desaparecer rastros de sangre y cadáveres (literal, desaparecen en cuanto pasa la mano por encima de ellos), no borra los mensajes del contestador? Pero es que aunque no tuviera dichos poderes, ¿por qué no los borra si sabe que dichos mensajes la incriminan?

¿Por qué el vecino arquitecto, cuando descubre que la niñera no es “normal”, llama a la familia y deja un mensaje a medias en el contestador? ¿Tanto cuesta terminar una frase?

¿Por qué se introduce una secuencia onírica innecesaria? ¿Tal vez para alargar la duración de lo debió ser un mediometraje?

¿Por qué la malvada niñera-druida para huir de los perseguidores corre y para perseguir a sus víctimas vuela?

En la escena en el hospital donde el bebe enfermo recobra las constantes vitales y el padre va a avisar al doctor de lo ocurrido, ¿Por qué la madre no ofrece ningún tipo de resistencia al intento de secuestro por parte de la niñera? ¿Y por qué cuando llega el padre (sólo) de nuevo a la habitación y desbarata la acción de secuestro, huyen con el bebe como locos?

¿Por qué ese final con un montaje en paralelo de la niñera-druida desnuda y con maquillaje en forma de corteza de arbusto que intenta secuestrar al niño y del padre armado con una moto-sierra, cual Ash de saldo, intentando cortar el árbol, me resulta totalmente ridícula?

Demasiados por qué sin respuesta e incoherencias para que pueda valorar positivamente esta película, pero tal vez lo que más resuena en mi cabeza es ¿Por qué hizo esta película señor Friedkin?


domingo, 4 de noviembre de 2012

Crítica: Frankenweenie

“Alicia en el País de las Maravillas” (2010) y “Sombras tenebrosas” (2012) constituyen dos de las obras más flojas de Tim Burton, quien regresa a sus orígenes para tomar de nuevo impulso; al cortometraje de 29 minutos “Frankenweenie” (1984), convertido en formato largometraje y animación stop motion al amparo de las nuevas tecnologías y el uso del 3D, con la finalidad de realzar su amor por los clásicos del cine de terror y fantástico. Pero también vuelve a “Vincent”, su corto de animación con esa misma técnica del stop motion.

La celebración de Halloween es una época muy propicia para ver “Frankenweenie” (2012) como lo es “Pesadilla antes de Navidad” o “La novia cadáver”. NIDO DE CUERVOS pudo disfrutar de su premier en el Festival de Cine de Sitges 2012 (doblada como todas las películas de la Sección Sitges Family).

Este viaje en el tiempo hacia los inicios de su carrera cinematográfica que supone “Frankenweenie” (2012) toma su trazo y sus formas de “Vincent”, y copia plano por plano muchas de las acciones, ampliando algunas de las ideas del cortometraje “Frankenweenie” En el film hay todo un conjunto de referencias al cine de terror y fantástico, así como el gusto a la serie B, que va de “Frankenstein” con el niño Víctor que pasa de hacer películas caseras con su perro a embarcarse en un experimento para resucitar a su mascota; vemos referencias a “La novia de Frankenstein” en la perrita de Elsa Van Helsing (nombre homenaje a “Drácula”), vecina de Víctor; a Vincent Price en la fisonomía del profesor de ciencias naturales; a “El jovencito Frankenstein” en la figura de uno de los compañeros de clase de Víctor; pasando por la fisionomía lúgubre de Boris Karloff en otro de los niños del grupo; hasta un homenaje al kaiju eiga (Godzilla) o a films como “Gremlins”. También se hace referencias a su propio cine como por ejemplo el vecindario, idéntico al de “Eduardo Manostijeras”, con las marujas cotillas acechando en cada esquina y el ambiente conservador y hostil donde lo desconocido y lo diferente es temido y odiado.

Victor Frankenstein es un joven adolescente al que le gusta hacer películas caseras con su perro Sparky, al que está muy unido. En la escuela, Victor tiene como compañeros de clase a Edgar E Gore, quien trata de ser su compañero de clase de ciencias; Elsa Van Helsing, una joven por la que se siente vagamente atraído; la chica rara, con los ojos abiertos como platos y siempre acompañada de un gato blanco; Hassor, un chico inteligente; Toshiaki, un japonés que quiere como sea ganar el concurso de ciencia en el que todos ellos participan; y Bob, el regordete del grupo. Su profesor de ciencias es el Sr. Rzykruski, la voz de la razón, del sentido común y de la verdad.

Un día, durante un partido de béisbol, Sparky es atropellado por un coche cuando intenta hacerse con la pelota. Víctor quiere mucho a su perro (“No lo quiero en mi corazón, lo quiero a mi lado”, le dice a su madre) y se da cuenta de que quizás aplicando la ciencia pueda devolverle la vida.
 
Durante más de dos años, animadores, marionetistas, diseñadores, escultores, técnicos y artistas realizaron un trabajo de artesano que avanzaba segundo por segundo. Varios equipos de animadores (33 en total) trabajaron simultáneamente en diversas escenas con los mismos personajes (se crearon 18 Víctors y 15 Sparkys). Incluso había un taller de reparación de marionetas con 150 empleados.

La dirección artística corrió a cargo de Rick Heinrichs, colaborador habitual de Burton (incluso en los cortos “Vincent” y “Frankenweenie”), quien empezó a trabajar en el proyecto en el año 2009, encargándose de construir los decorados a escala, habiendo un total de 200. Todos los decorados casan muy bien con el estilo de las marionetas. El decorado más espectacular es el cementerio de animales donde Sparky es enterrado. En las lápidas podemos ver nombres de algunos de los perros, gatos y demás mascotas fallecidas de los animadores que trabajaron en el film.

El debutante Peter Sorg (iluminador en “Los mundos de Caroline” y “La novia cadáver”) se encargó de la dirección fotográfica en donde la animación en blanco y negro da profundidad y se juega con las sombras de forma muy interesante.
 
Dicho esto, cabe apuntar que “Frankenweenie” no aporta sorpresa, esto es, la narración resulta algo mecánica y cada elemento ha sido estudiado sin frescura. A pesar de ello, parece que en la animación es donde Burton se siente más cómodo y hay que celebrar su vuelva; su vuelta a los orígenes.

LA ESCENA: La resurrección de Sparky y el discurso del profesor Rzykruski contra los padres de la escuela en la que trabaja.

LO MEJOR: La historia, la apuesta en escena y la música de Danny Elfman.

LO MENOS BUENO: Una narración algo mecánica.


domingo, 14 de octubre de 2012

Crítica: Excision

A veces es necesario una escisión que lo explique todo. Una escisión no es mas que una ruptura, una separación forzosa que nos muestra lo que queremos ser y lo que realmente somos. La escisión es el principio.

Es lógico entonces que Excision comience con una escisión, con una división de Pauline (la GRAN protagonista) donde se la ve desdoblada en aquello que la consume y aquello que desea, en lo que siente que es y lo que siente que necesita ser.

Primera escena en pantalla y la belleza lo inunda todo. Dos Pauline, una se desangra, la otra disfruta de la vista, ambas se miran a los ojos, ambas se entienden, las dos se complementan, las dos se necesitan, ninguna es nada sin la otra, y tú como simple mirón, sientes que el proceso por el que estas dos Pauline van a pasar juntas, va a ser doloroso.

"Excision" muestra la vida de una joven chica que sueña con estudiar medicina. Nos muestra su día a día, la relación con sus padres, con sus compañeros de clase, con los chicos, en definitiva, nos enseña a Pauline (la chica en cuestión) y su entorno. Nada fuera de lo normal, si no fuera porque Pauline no es una chica como el resto, ella es especial, ella es única, y esos dos adjetivos nos hay que tomarlos como la clase de adjetivos que nos gusta que nos pongan a cada uno de nosotros cuando alguien hace referencia a nuestra persona, no, no son de esa clase de adjetivos que nos hacen sonreír. Pauline es única porque lo que siente, lo que quiere, lo que necesita es único. Su mundo, aquel en el que quiere vivir y no vive, está íntimamente ligado a la sangre, la muerte y el sexo, y es por ello, que a medida que se va descubriendo a sí misma, al mismo tiempo que los espectadores también lo vamos haciendo con ella, se da cuenta de qué es lo que realmente quiere, y es de esa clase de personas que lucha por conseguirlo, aunque todo lo que desee entre en la categoría de cosas difíciles, incluso imposibles.

Una vez mas nos enfrentamos a una película que mezcla la realidad y los sueños de una manera soberbia. Es así como la Pauline real no es mas que la chica rara que no tiene amigos y que se esfuerza en no tenerlos, la chica que dice lo que piensa, la chica que no se preocupa por su aspecto, la chica, que dentro de su perturbación, muestra una inteligencia por encima de la media, envuelta en unas imágenes tristes, sin brillo y en constante contraste con la presentación del resto de personajes. En la otra cara de la moneda, tenemos a la Pauline que ella sueña ser, una mujer de una belleza hipnótica, inundada por la sangre, con una mirada fría y excitante al mismo tiempo, siempre rodeada de muerte, y es esa muerte y esa sangre de olor fuerte, lo que le descubre el sexo y el placer. Ese mundo de los sueños es eléctrico, brilla, muestra un contrapunto cromático preciosista que te hace querer lamer a ti también la pantalla, pero dejamos ese disfrute a la pequeña Pauline.

Pauline no es nadie sin sus sueños, y como he dicho anteriormente, intenta verlos cumplidos, y justo en ese punto, justo cuando los sueños se hacen realidad, es cuando todo combina a la perfección y "Excision" se hace importante, se hace muy poderosa, porque la realidad de esos sueños son terroríficos, y porque todo está contado de un modo enfermizo visualmente, pero tan sumamente atractivo que hipnotiza.

"Excision" muestra también un claro mensaje antireligioso, al presentar a su protagonista manteniendo conversaciones con un dios en el que no cree, pero un dios al que solicita consejo e incluso pide ayuda, porque sí, en todo momento, Pauline es muy consciente de su desequilibrio, al que según ella ha contribuido en gran medida, la supuesta ayuda recibida por el reverendo William (interpretado por John Waters). Pauline cree que la iglesia y la enfermedad no son buenas socias, pero insiste en hablar con ese dios del que reniega.

En realidad lo que Richard Bates Jr. (director), hace todo el rato es presentar la dualidad de las cosas, contraponerlo de un modo salvaje y obsceno. Empieza con la misma Pauline, sigue con la relación con sus padres (quienes, lejos de lo que pueda parecer, lo único que pretenden es que su hija se comporte con normalidad), con sus compañeros de clase (no es Pauline la pobrecita chica marginada por sus aspecto o sus rarezas, no, no es esa clase de chica, Pauline está sola porque no tiene empatía, porque no puede desarrollar ningún sentimiento de amistad, solo de necesidad). Bates Jr. no se queda ahí, y enseña también ese contraste en el sexo, donde la necrofilia simboliza el placer y el despertar sexual en el mundo de los vivos, un mero trámite escatológico y no disfrutado por ambas partes.

Este antagonismo culmina con la propia relación a la que se enfrenta Pauline ante la vida y la muerte, pues muerte es vida y vida es muerte (como se demuestra en su parte final).

Y queridos, si la parte visual es deliciosamente perturbadora, el guión es fascinante, pues enfatiza con gran acierto, la mezcla de los dos universos de Pauline. El guión es una patada en la boca del estómago, y está ejecutado con maestría con Annalyne McCord, cuyo papel como Pauline será recordado para la eternidad, porque esta actriz, que posee una belleza fuera de toda duda, consigue incomodar solo con su aspecto, con su mirada, con su pronunciación, y eso tiene un mérito que hay que reconocer, teniendo en cuenta que está acostumbrada a interpretar papeles de muy diferente índole. Junto con ella, secundarios de lujo , como la ex actriz porno Tracy Lords (con sus eternas uñas rojas...), Malcolm MacDowell, Marlee Matlin o Roger Bart.

En definitiva, "Excision" es directa, sugerente, diferente, agresiva y meditada (de hecho, es la extensión lógica de un corto del mismo director, Richard Bates Jr., que ya tenía el mismo nombre). Una película de corta duración que engancha desde el principio, atrapa por completo en el desarrollo y termina de una manera magistral. Y en nuestra mente Pauline, porque la escisión es el principio.

Me gusta empaparme en sangre, porque adoro el contraste del rojo en mi piel blanca: Las imágenes oníricas, el guión y AnnaLynne McCord que nos regala un personaje para el recuerdo.

La sangre sabe a óxido y me deja mal sabor de boca: Eché en falta una buena banda sonora que ayudara al dramatismo y apoyara la fuerza visual de determinadas imágenes, y que en ocasiones, la realidad de Pauline está narrada de una forma demasiado pausada.

Obligación para verla: Alta


jueves, 11 de octubre de 2012

Chained


Interesante película, una mujer, Sarah, y su hijo Tim, toman un taxi para volver a casa, con la mala suerte de que el conductor, Bob, es un asesino en serie que lleva tiempo empleando su trabajo para cumplir con un oscuro hobby: violar y matar a mujeres indefensas. Pero esta vez el asesino tendrá que decidir que hacer con el hijo de su víctima y no se le ocurre mejor idea que encadenarlo y convertirlo en su sirviente. El chico deberá mantener la casa limpia, comerá de las sobras, limpiará la sangre de las víctimas y ayudará a enterrarlas bajo la casa. Luego se encargará de recortar del periódico las noticias sobre desapariciones de las chicas para luego pegar el recorte en un álbum. Así pues, el niño se convierte en el esclavo particular del asesino quien le apoda Rabbit.

Pasan los años, y el chico ya es un hombre. Ha llegado el momento de ver en qué se ha convertido tras tantos años de violencia. Y esto es lo que plantea el film. ¿El síndrome de Estocolmo convierte a Rabbit en otro nuevo serial killer? o por el contrario el joven hará lo posible por escapar de un terrible destino: el de seguir los pasos de su secuestrador, quien le ha tomado cierto cariño y al que trata de forma particular como un hijo. El chico comprenderá que la única salida para permitirle cierta libertad es seguir sus pasos.

Jennifer Lynch vuelve a Sitges con una película que va más allá del clásico film de asesino en serie. En el cine americano hay tradición por los serial killer pero el asesino que nos presenta “Chained” es diferente. Se podría decir que termina adoptando al chico, con el que comparte sus crímenes y su insignificante existencia. Toda la acción transcurre en el interior de la casa. Cuando llega a casa Rabbit tiene diez segundos para abrir la puerta a su secuestrador y siempre llega con otra nueva chica a la que torturar y violar. Luego viene el ritual de siempre; limpiar la sangre y enterrar el cadáver. Vincent D’Onofrio esta colosal en el papel del secuestrador asesino.

Uno de los elementos más interesantes de “Chained” es ver la acción desde el punto de vista del secuestrado y no del secuestrador. Nunca vemos los asesinatos. Tras abrirle la puerta Rabbit, el asesino no tarda en meterse en la habitación para complacerse a gusto con su víctima. No vemos lo que sucede dentro, solo oímos gritos. Esto es mucho más terrible que si el film fuera explícito en las torturas y el asesinato. Mucho más terrible porque nos da que pensar; nos imaginamos que lo puede estar pasando dentro. Después observamos como Rabbit debe afanarse por limpiar la sangre de la cama y toda lo angustioso de la situación. Es una prueba de las barbaridades que han debido pasar dentro de la habitación.


 

 

miércoles, 11 de mayo de 2011

Daredevil


 Abogado empeñado en defender causas perdidas durante el día, temible justiciero enmascarado por la noche, Daredevil/Matt Murdock patrulla por las calles y los tejados de Nueva York, concretamente por el barrio conocido como Cocina del Infierno, para impartir justicia a los criminales. Su ceguera no le impide ser un temible combatiente. Posee unos sentidos superdesarrollados, que le permiten “ver” interpretando los sonidos, a partir del mismo accidente que le privó de la vista. El héroe de Marvel Comics es el primero en ser invidente y es además uno de los más cercanos al mundo de las Artes Marciales.

Todo tipo de estilos de lucha y de armas se nos presentan en esta adaptación de un cómic protagonizada por Ben Affleck (Daredevil) y Jennifer Garner (Elektra) y dirigida por Mark Steven Johnson basándose en las referencias que el guionista y dibujante Frank Miller desplegó en las viñetas de los años 80. Así, sus tramas incluían personajes propios del mundo de las Artes Marciales como los ninjas y subrayaba el dominio de dichas artes por parte de Daredevil.
Repleta de secuencias de acción, la película incluye varios estilos de lucha, como Kung Fu, Kárate, Boxeo y lucha elemental con puños, así como combates con armas, como Shuri-ken, Nunchaku e incluso un bastón de ciego. Así pues, mientras Daredevil lucha con su bastón, Elektra es experta en la lucha con Sais; el asesino a sueldo europeo Bullseye (Colin Farrell) tiene una extraordinaria puntería y mata instantáneamente con cualquier objeto que le caiga entre las manos, desde los cuchillos y los clips de oficina hasta los naipes, pasando por las agujas hipodérmicas; y el mafioso Wilson Fisk, alias Kingpin (Michael Clarke Duncan), practica algunas llaves de lucha libre así como la lucha elemental con puños.
Las artes marciales tradicionales se mezclan con la utilización de cables y la aplicación de la informática. El equipo de coreógrafos vino desde Hong Kong, capitaneado por el especialista de Artes Marciales Cheung Yan Yuen, toda una leyenda viva del cine de acción en su país, que además es hermano de Yuen Woo Ping, coreógrafo de “Matrix”, “Los Ángeles de Charlie” o “Tigre y Dragón”, e hijo de Siu Tien Yien, el maestro de “Las 36 cámaras de Shaolin”.

Tres meses antes de que se iniciara el rodaje de las secuencias de acción, Ben Affleck inició un plan de entrenamiento intensivo de lucha supervisado por el coordinador de especialistas Jeff Imada y el entrenador de lucha británico David Lea para que sus movimientos en la pantalla resultaran creíbles a los espectadores. Affeck aprendió lucha con los puños, varios estilos de Kung Fu y algunas nociones de boxeo. La consigna a seguir era presentar combates totalmente distintos en cada tramo del film, evitando la repetición. Puesto que los protagonistas no cuentan con poderes especiales (excepto los supersentidos de Daredevil), el objetivo de los responsables del film era conseguir el mayor realismo posible para las secuencias de combate. El resultado es muy positivo, con la idea de la presencia de la ley de la gravedad en cada pelea y un estilo físico brutal.
Tanto Affleck como Jennifer Garner y Colin Farrell interpretaron sin dobles la mayor parte de las escenas de acción, bastantes de ellas de cierto riesgo. Sin embargo, en algunas peleas con cable Affleck contaba con un doble, Brad Martin, que habitualmente ejerce como sustituto en las escenas de riesgo de George Clooney y que ha trabajado como especialista en la serie “Buffy, cazadora de vampiros” y en los largometrajes “Batman Forever”, “Mortal Kombat”, “Alien resurrección” o las dos secuelas de “Matrix”.

Jennifer Garner, por su parte, aplicó su entrenamiento en artes marciales recordando algunas de las técnicas que aprendió cuando protagonizaba la serie de televisión “Alias”.


Ideado, como no, por Stan Lee, Daredevil surgió en 1964 como respuesta al momento de incertidumbre social que se vivía en Estados Unidos, dominado por una política absorbida por la Guerra Fría y el miedo colectivo ante un ataque nuclear por parte de la Unión Soviética. La vulnerabilidad y los defectos del personaje se identifican con el ambiente de indefensión que experimentaba el hombre de la calle en aquella época.


Daredevil (o Dan Defensor como lo conocimos al principio en España) fue el primer superhéroe en presentar una minusvalía física, una ceguera, y representa la figura de un hombre que se enfrenta a sus impedimentos y los supera sin dejar que nadie ni nada le cierre las puertas. Un hombre sin miedo. Sin embargo, también es un hipócrita porque defiende la justicia a través de la ley por el día y por la noche imparte el orden por su cuenta. No confía en los tribunales y cuando el sistema deja suelto por error a un criminal entonces entra en acción Daredevil, que sabe que la justicia es como él: ciega. Como muchos personajes del universo de los superhéroes, la muerte de un ser querido, en este caso su padre, marca el comienzo de sus hazañas como justiciero enmascarado. En su caso, da comienzo a la búsqueda de venganza: a la caza del responsable de la violenta muerte de su progenitor, un boxeador de segunda categoría en horas bajas, cuando Matt apenas era un niño. Aunque también le impulsa a estudiar Derecho con el fin de defender a los más desfavorecidos.

Daredevil no tiene superpoderes sino un poder especial: puede entender y crear un mosaico con todo lo que hay a su alrededor para saber lo que le rodea, así como también tiene desarrollados los otros sentidos como el oído, convertido casi en un sonar. No obstante, sigue siendo ciego técnicamente y debe llevar un bastón y leer en Braille. Para darle realismo a su ceguera, Ben Affleck llevaba unas lentes de contacto oscuras, de color azul, con las que estaba realmente ciego. El actor invidente Tom Sullivan ayudó a Affleck y a Scott Terra, intérprete de Matt Murdock de joven, a actuar como si fueran ciegos.

TRATAMIENTO MENOR DE MARVEL COMICS

Independientemente de la popularidad del héroe del comic, a lo largo de estos últimos años la factoría Marvel nos ha ofrecido dos grupos de films: los de gran tratamiento y los de menor tratamiento. “X-Men”, “Spider-man” y “Iron Man” forman parte de este primer grupo, que reunió un gran presupuesto, talento en el equipo técnico y artístico, y unos buenos resultados en taquilla. El segundo grupo, los de tratamiento menor, está formado por los films de “Punisher”, “Motorista Fantasma”, “Elektra” y “Daredevil”. Estos últimos vapuleados por la crítica oficial.

El largometraje de Johnson toma muchos elementos de la etapa de Frank Miller, de donde surge la relación entre Murdock y Elektra, el asesinato de esta a manos de Bullseye o el papel de Kingpin (un villano salido de las viñetas de Spider-man) de principal enemigo. A nivel visual, en cambio, se basa en los dibujos de Joe Quesada a partir de un guión de Kevin Smith, “Diablo guardián”, transcurrido de los números 1 al 8 del volumen 2 de la colección. No obstante, también se permitió libertades como transformar los trajes de los protagonistas en ajustados modelos de cuero brillante (¿posible lectura sadomasoquista?) y darle el papel de Kingpin a un actor negro, Michael Clarke Duncan.

“Daredevil” (2003) no llegó a los 180 millones de beneficios esperados, sobre un coste de 78 millones de dólares, ni tampoco conectó con el público ni la crítica. La fría e insípida visión de los personajes, prescindiendo de los pliegues de la personalidad de éstos y potenciando las escenas de acción, hace del film un producto de entretenimiento puramente palomitero.



miércoles, 10 de marzo de 2010

Dead Snow

Parece ser que los escandinavos también se han subido al tren del cine fantástico "Made in Europe", aprovechando quizá, el éxito cosechado por las producciones salidas de países como Francia o el Reino Unido, ya son unas cuantas las películas que han conseguido traspasar las fronteras de las frías tierras del norte y llamar la atención de crítica y público, títulos como "Funny Games" (incluso remakeada por Hollywood), "Frostbitten, "Rovdyr", "Cold Prey" (secuela incluida) o la más reciente y posiblemente más impactante, esa deliciosa historia de amor adolescente llamada "Déjame Entrar", una de las mejores películas de vampiros que ha visto servidor en los últimos años (en las antípodas de lo que ha sido esa edulcorada atracción de feria para quinceañeras llamada "Crepúsculo"), por citar algunas.

"Dead Snow" es una de esas películas que uno espera con interés después de conocer su argumento, la idea de mezclar elementos tan interesantes y por que no decirlo, dispares, como nazis y zombies en una misma película, no puede pasar desapercibida para ningún aficionado, ni siquiera para algún que otro director, pues casualidad o no, corría hace unos días un fuerte rumor sobre un nuevo proyecto del oscarizado Peter Jackson, que tenía a un grupo de nazis zombies como protagonistas en una rocambolesca misión de viajar al pasado y eliminar al mismísimo Jesucristo (parece que el amigo Jackson está deseando desfilar otra vez por la alfombra roja).


"Dead Snow" nos llega desde Noruega de la mano de Tommy Wirkola, quien hace su primera incursión en el fantástico, a medio camino entre el cine de terror y la comedia gore más desenfrenada, con un montón de guiños a los clásicos del género, en especial a la saga de "Posesión Infernal", siendo unas cuantas las secuencias extraídas directamente del universo Raimi, homenajeando los ya míticos movimientos de cámara que patento el propio Raimi en su mítica trilogía, incluso llegaremos a ver un pequeño homenaje en forma de "sketch" del todopoderoso, y no me refiero a ese hippie apestoso de Jesucristo, no, estoy hablando del legendario Ash.

Aunque sólo fuera por estos momentos, ya merece la pena adentrarse en el universo "Dead Snow", pero las película de Wirkola aún tiene más cosas que ofrecer, de entrada una historia de zombies de lo más inusual, con grandes dosis de humor (pese a no ser una comedia en plan "Dance of the Dead" o similares) y unos personajes (los tres protagonistas) que se convertirán en clásicos con el paso de los años si es que ya no lo son, y sin duda sus rostros se verán representados en cientos de avatares de foro y similares.

La película tiene dos partes claramente diferenciadas, una primera un tanto lenta (incluso aburrida) llena de clichés y con poco o nada realmente destacable, que sirve para ponernos en situación y que puede llegar a desesperar a los más impacientes, y una segunda (los últimos 40 minutos) de auténtica locura, humor, sangre, situaciones absurdas a la par que geniales, etc...Un festival de humor negro y vísceras que ningún aficionado debería perderse.

Conclusión, "Dead Snow" es una divertidísima y original propuesta destinada a los paladares más bizarros, espectacular por momentos pese a que no estamos hablando de ninguna superproducción, todo lo contrario, pues en algunos momentos sus limitaciones se hacen bastante palpables, incluso llegando a resultar un tanto cutre, pero da igual, "Dead Snow" no tiene nada que demostrar en ese aspecto, pues consigue hacernos disfrutar con una película diferente e irreverente llena de violencia gratuita y un montón de guiños al género, y ahí la cinta cumple a la perfección, y que a pesar de unos aburridos y prescindibles 45 minutos iniciales, es una experiencia 100% recomendable para los nostálgicos amantes de las viejas glorias del cine gore.



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