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La increíble épica

miércoles, 7 de marzo de 2012

The Furfangs

Aquí tenéis un nuevo corto dirigido por el italiano Andrea Ricca ("The Guardian"), quien se ha especializado en la creación de cortometrajes mediante el empleo del CGI y cero presupuesto.

En esta ocasión ha querido rendir homenaje a aquellos films de terror y ciencia ficción de los años 80, y más concretamente a "Critters" (algo que queda evidenciado viendo el diseño de las criaturas, aunque también podría tratarse de los hermanos bastardos de aquellos seres peludos y redondos que aparecieron en "Star Trek" llamados "Tribbles" o de una mutación de las albóndigas que sirven en el Ikea).

"The Furfangs" es un cortometraje de ciencia-ficción/horror con efectos especiales en 3D, que cuenta la historia de un hombre que se encuentra solo en su casa y de pronto es atacado por unas misteriosas y agresivas criaturas venidas del espacio.

El corto dura cinco minutos y fue realizado por sólo dos personas, el director Andrea Ricca y el diseñador gráfico 3D Gennaro Acanfora. La obra no contó con ninguna contribución económica y fue realizada con la única ayuda de una cámara MiniDV, un ordenador y un montón de buena voluntad. La música es obra de Gianfilippo De Mattia quien también hizo un trabajo excelente. Aquí tenéis el corto:


martes, 6 de marzo de 2012

Muestra de Cine Fantástico



Cartel de la 12ª Muestra Syfy de Cine Fantástico
Curiosamente, el cartel de la 12ª Muestra Syfy recuerda
a la recién estrenada Ex_Machina, gran ópera prima
La muestra dio comienzo con una interminable cola que llamó la atención de todos los viandantes ajenos al certamen. ¿El motivo? El preestreno de la esperada Chappie, tercer trabajo del sudafricano Neill Blomkamp, cuya ópera prima (District 9, 2009) fue nominada al Óscar a mejor película, no siendo su segunda obra (Elysium, 2013) tan bien recibida. Algunos espectadores llegaron a esperar hasta dos horas para verla, con lo que la decepción debió ser mayúscula. Y es que esta historia de un robot prodigio (molesta voz de Sharlto Copley) atrapado entre su deseo de amar (sí, tan cursi como suena) y su carácter destructivo (sí, excusa perfecta para la violencia gratuita) es uno de los mayores despropósitos de ciencia ficción de los últimos años. Nada se salva: ni las espantosas interpretaciones (pretender que los chillones músicos Ninjay Yolandi Visser son actores es de por sí vergonzoso, pero un pánfilo Dev Patel, un ‘malo-malísimo’ Hugh Jackman y una aburrida Sigourney Weaver tampoco ponen de su parte), el montaje (prestad atención a cualquier escena y veréis fallos de raccord sencillamente atroces) y el guion (si alguien encuentra un solo instante lógico en la narración, que avise). Gran parte de la culpa es, por supuesto, de un Blomkamp cuyo talento directivo es más que cuestionable.


Póster de Chappie, de Neill Blomkamp (2015)
El póster revela el (molesto)
carácter inocente del protagonista
El público no sabía si reír o llorar. Pero, claro, nos encontramos en el Syfy, así que se optó por lo segundo. Y, sin duda animados por el desenfadado ambiente, los espectadores parecieron pasar un buen rato entre los vergonzosos diálogos y las ridículas explosiones. Nos encontramos, sin duda, ante una de las peores películas del año, puesto que comparte por ahora con El destino de Júpiter, de los hermanos Wachowsky, y Samba, de Eric Toledano y  Olivier Nakache, ambas espeluznantemente fallidas. De todos modos, como obra inaugural de la Muestra cumplió su cometido. Y es que no hay nada como dar comienzo a un evento repleto de pequeños títulos bizarros con una superproducción cargada de patetismo que nos recuerda que el presupuesto no va ligado a la calidad. Quizá ahora los espectadores estén más receptivos a títulos como Tokyo Tribe, L.F.O. o Jamie Marks is dead. O quizá no, quién sabe.

Quien, como siempre, bordó su papel fue la maestra de ceremonias Leticia Dolera, cuya simpatía y espontaneidad siempre sacan una sonrisa al aparentemente cínico pero indudablemente cariñoso público. “La Muestra Syfy acoge cada año lo mejor del género”, señaló la presentadora, despertando fuertes carcajadas. Y es que la calidad no suele ser la prioridad de este certamen. Para colmo, cuando surge un film aclamado por la crítica, como el extraño Canino (2009) de Giorgos Lanthimos, se convierte en un chiste recurrente edición tras edición. Sin duda, el público de la Syfy (repleto de fanáticos de videojuegos y films fantasmagóricos de serie B) es más acorde a cintas como Hunger Z y Crazy Bitches (esperadas sesiones golfas del fin de semana) que al típico producto intelectual de los principales festivales, lo que no es ni bueno ni malo ni todo lo contrario, sino una genial muestra de identidad.


domingo, 4 de marzo de 2012

Only Lovers left Alive



Pais: Inglaterra

Director: Jim Jarmusch

Género: Vampiros

Sinopsis: Una mirada a las vidas “eternas” de Adam y Eve, una pareja de vampiros que llevan varios siglos juntos y que se aman profundamente pese a tener puntos de vista completamente diferentes sobre el mundo.


Impresión Inicial: Una bella y contemplativa poesía visual de Jim Jarmusch, donde descarga toda su frustración social.


Guión y Desarrollo: Como algunas de las anteriores películas del autor, Se puede decir que “no pasa mucho” en esta historia; No hay escenas de acción, no hay muchos personajes y la mayor parte del metraje consiste en charlas y momentos entre sus dos protagonistas; Eve es una vampira vestida de blanco habitante de Tangiers, donde se mueve descomplicadamente entre sus antiguos edificios y se siente completamente adaptada al mundo moderno. Su yang es Adam, que vestido de negro, rechaza la modernidad y vive recluido en su hogar en Detroit buscando el mínimo contacto posible con los seres humanos, a los que llama “zombies”. Ella lo llama a él usando un iPhone, el busca la manera más complicada de comunicarse usando viejos sistemas de audio y un televisor CRT.

Las interacciones entre ambos personajes van desde como hacer helados de sangre o rememorar encuentros con viejos personajes históricos hasta los deseos de Adam de acabar con su propia existencia (o en sobrevivir a la incómoda presencia de Ava, una vampira mucho más “moderna”), y cada momento entre ellos se siente no solo como entre dos amantes con total confianza y amor entre ellos, sino como seres realmente antiguos y sabios compartiendo información, asombrándose el uno al otro y amándose aún más, convirtiéndose en presencias casi hipnotizantes. Adam y Eve están por encima de la humanidad y mediante ellos Jarmusch expresa su descontento por el estado del mundo; ”Ya se están peleando por água? o aún lo están haciendo por petróleo”, pregunta en una ocasión para ponerse luego a lamentar como las grandes mentes humanas siempre han sido ridiculizadas e ignoradas. Adam esta cansado del mundo, sigue creando música porque es lo que ama, pero no desea reconocimiento de los “zombies” por ello, mientras Eve se considera una superviviente que simplemente se adapta al mundo como le toque, pero ambos también se pierden en la belleza del arte humano, Adam se embelesa ante la voz de una cantante libanesa o ante instrumentos musicales y gracias a ellos sabemos que aunque desprecie a la humanidad, en el fondo ama su potencial.
El resto de la narrativa del film es completamente visual y musical: el contraste de la blanquísima piel de los amantes contra su entorno, el uso de guantes y gafas de sol, una Detroit derruida y abandonada, la decoración del hogar de Adam, un hongo apareciendo fuera de temporada, todo esto para mostrarnos a unos personajes que realmente no pertenecen al mundo en que habitan y el cual lentamente se desentiende de ellos, conseguir sangre, vista aqui como una droga que les causa placer pero que consumen más por necesidad que por gusto, es cada vez más difícil y pronto solo les quedara su amor entre si.

Asumo que gran parte de público la verá como un film denso y lento. Las audiencias que busquen acción y horror no encontrarán nada de eso aquí, y el “público twilight” no tendrá el drama romántico que busca, ya que es una película mucho más introspectiva y, como dije inicialmente, contemplativa, que simplemente quiere que veamos el mundo a través de los ojos de estos seres inmortales, y por esa misma diferencia entre la naturaleza entre nosotros y ellos, tal vez no podamos comprenderla del todo.



Aspectos técnicos: La película luce increíblemente bella en todo momento, nada extraño teniendo a tremendo autor tras la cámara, pero notable tomando en cuenta lo realista que es en casi todo momento y grabada 100% in location. Aún así aparenta ser muy estilizada, pero saben que? mejor callo, ya que suena absurdo alabar la fotografía y cinematografía cuando ya sabemos de quien es el film (en serio, no lo he halagado lo suficiente?).

Como les dije anteriormente, la música es la base de la narrativa de la película, tanto las tonadas supuestamente compuestas por Adam como aquellas que acompañan el ambiente son sumamente bellas, lentas y melancólicas, provistas por el cantante Zola Jesus, Jozef van Wissem y por SQÜRL, la banda del mismo Jarmusch.



Actuaciones: Esa “extraña belleza” de Tilda Swinton y Loki Tom Hiddleston realmente los hace lucir como criaturas sobrenaturales, pero más allá de eso, la franqueza de sus interpretaciones y la naturalidad con la que interpretan a estos seres incomprensibles de miles de años los hacen dignos de un Oscar. Desde ya estoy esperando que la academia los tome en cuenta.

Siempre es un gusto ver a John Hurt y ponerle esa gracia indescriptible a su papel, mientras Mia Wasikowska tiene un rol completamente diferente a aquellos en que la he visto, como una vampira animada y más salvaje... que no me gustó tanto.



Reflexiones: Se nota que me gusta mucho Jim Jarmusch? si, yo se que hablar sobre él me saca mi parte más hipstercinéfiloelitista pero no puedo evitarlo, Night on Earth es uno de mis filmes favoritos, junto con Ghost Dog, Dead Man y de vez en cuando aún me pongo a pensar en Broken Flowers con Bill Murray. Me emocioné muchísimo hace años cuando me enteré que iba a hacer un film de vampiros, y ahora que por fin la he visto me siento enormemente satisfecho, porque esta película es exactamente lo que uno se imagina cuando le dicen que Jim Jarmusch hizo una película de vampiros.







jueves, 1 de marzo de 2012

'Boyhood': doce años de vida

Los doce rostros de Ellan Coltrane en Boyhood (Richard Linklater, 2014)
Doce años. Doce fotos. Doce rostros de Ellan Coltrane
Incontables son los acontecimientos históricos plasmados por el séptimo arte. Pero pocas son las películas que logran convertirse en verdaderos acontecimientos históricos. Pues bien, la bellísima (re)presentación de la vida que nos ha regalado Richard Linklater —limitarse a hablar de infancia sería infravalorar su envergadura— es innegablemente una de ellas. Boyhood (cuyo título original, 12 Years, se cambió a última hora para evitar confusiones con el 12 años de esclavitud de Steve McQueen) no es sólo un film único en su especie, sino un dinámico álbum fotográfico de valor incalculable. Tras un impresionante recorrido de críticas y laureles, esta obra maestra terminó quedándose a las puertas del Óscar a mejor película, pero lo cierto es que Boyhood está por encima de ello, pues, desde su estreno en el festival de Sundance el 19 de enero de 2014, ha traspasado el estatus de obra audiovisual para volverse una efeméride que perdurará eternamente como un retrato sin precedentes de la existencia humana.


Patricia Arquette lee Harry Potter a Lorelei Linklater y Ellan Coltrane en Boyhood (Richard Linklater, 2014)
El complejo personaje de Patricia Arquette nunca deja
de evolucionar (pero tampoco de ser una madre)
Por supuesto, la inigualable epopeya que tenemos ante nuestros ojos es fruto de la decisión del siempre arriesgado Richard Linklaterde rodar el film durante 39 días esparcidos a lo largo de doce años reales con los mismos intérpretes. Los detractores de Boyhoodclaman que su única fuerza reside en su modo de rodaje, pero eso es como afirmar que Interstellar (Christopher Nolan, 2014) no sería nada sin sus efectos especiales o que El gran hotel Budapest (Wes Anderson, 2014) perdería la gracia sin su diseño de producción. Las tres afirmaciones son tan ciertas como irreverentes, pues, partiendo de sus propias cartas, cada film confecciona un universo personal que debe evaluarse en su conjunto. Y Boyhoodhace uso del asombroso modo de producción para llenar de autenticidad las historias de la familia protagonista, con la que tardamos muy poco en identificarnos.

El equipo de Boyhood (Richard Linklater, 2014) en los Globos de Oro
Innumerables asociaciones dieron a Boyhood los
premios a mejor film, director y actriz secundaria
Pero, ¿cuál es esa familia? Pues, al contrario de lo que muchos llegaron a pensar hasta reconocer a alguno de sus miembros, no es una familia real, sino una formada por cuatro intérpretes que, eso sí, aprendieron a quererse y respetarse conforme pasaban los años. Y es que ninguno se había enfrentado antes a un proyecto siquiera similar. Para el papel del divertido pero ausente padre, el tejano Linklater contó con “su vecino” Ethan Hawke, a quien une una relación amistosa y profesional que tiene su principal exponente en la maravillosa trilogía iniciada en 1995 con Antes del amanecer [sobre la que podéis leer más aquí], cuyo modo de rodaje guarda bastante relación con el de Boyhood (cada cinta de la saga se rodó nueve años después de la anterior, con la misma pareja protagonista: Hawke y la francesa Julie Delpy). El importantísimo papel de la abnegada madre acabó en manos de la relativamente desconocida Patricia Arquette, quien terminó obteniendo con pleno merecimiento el único Óscarrecibido por la cinta (además de innumerables galardones internacionales), momento que aprovechó para dar un acertado discurso feminista convertido rápidamente en tendencia mundial. Ambos intérpretes se enfrentaron en su día a la curiosa pregunta “¿qué harás durante los próximos doce años?” y respondieron con la debida valentía (aceptando, entre otros lances, que el mundo los viera envejecer ante sus ojos en sólo dos horas y media).

Ellan Coltrane y Ethan Hawke en Boyhood (Richard Linklater, 2014)
Hasta toparse con Boyhood, Ethan Hawke pensó que la
trilogía de Antes de... sería lo más especial que haría
Aún más importante era la elección de los dos hijos. Para la primogénita, Linklater tuvo claro desde el principio que contaría con su propia hija, Lorelei Linklater, lo que sin duda supondría un problema menos a la hora de organizar contratos de duración tan larga (prohibidos por ley a partir de los siete años); curiosamente, fue el único miembro del reparto que llegó a desear que su personaje muriera para apartarse del proyecto (aunque, por suerte, la idea rápidamente se esfumó de su cabeza). Para el papel del protagonista (llamado Mason), muchos chicos fueron entrevistados, pero Ellan Coltranefue seleccionado con rapidez por la marcada personalidad que irradiaba incluso a los siete años (apoyada por el carácter liberal y artístico de sus padres). Tanto su naturaleza como la de Lorelei probaron ser muy diferentes a las mostradas por sus personajes al principio de la cinta, lo que sin duda terminó influyendo en el desarrollo de la misma. Ver a ambos crecer —mutar— ante nuestros ojos es una experiencia única y maravillosa, un auténtico acto de fe en la magia del séptimo arte.

Zoe Graham y Ellan Coltrane en Boyhood (Richard Linklater, 2014)
El amor es clave de Boyhood, pero la reflexión
ocupa el lugar del manido romanticismo
Y es que la clave de Boyhood radica en la fusión de su reparto con los personajes, a los que cada uno de ellos aportó sus propias experiencias (y las de las personas que los rodeaban) para dotarlos de características tan profundas como verosímiles que acentúan el carácter cuasi-documental de la obra. De hecho, aunque Linklater partía de una idea preconcebida (principalmente para la cándida introducción y la nostálgica —como no podía ser de otra manera— conclusión), el ingenioso cineasta fue rehaciendo el guion cada año en función del material rodado, adaptándolo a las circunstancias políticas y sociales que rodeaban a los personajes y al propio desarrollo personal de los intérpretes. Obviamente, las escenas relacionadas con la edición del sexto libro de Harry Potter o la elección de Barack Obama como presidente, por ejemplo, sólo podían planificarse sobre la marcha. A este respecto, resulta curiosa la conversación entre padre e hijo sobre la posibilidad de que se rodasen más películas de Star Wars, algo que resultaba tan incierto en su día como certero es ahora. No nos encontramos, por tanto, ante un guion al uso (lo que ha despertado pereza entre algunos espectadores), pero no por ello escasean los momentos de impacto, sensibilidad, melancolía y hasta absoluta hilaridad. Como la vida misma. Y es precisamente la procesión de momentos cotidianos lo que dota al final del film de una fuerza insuperable, siendo el último discurso de la madre un auténtico momento de inflexión que nos desgarra el corazón. Pues, en ese momento, los personajes ya han pasado a formar parte de nuestra familia. Y hemos aprendido a preocuparnos por ellos más de lo que hemos hecho nunca con personajes de ficción.

Ethan Hawke, Ellan Coltrane, Patricia Arquette, Libby Villari y Lorelei Linklater en Boyhood (Richard Linklater, 2014)
Boyhood nos invita a celebrar los momentos más
importantes de la vida de sus protagonistas
Pese a que Hawke, Arquette, Coltrane y Linklater conforman la indiscutible alma de Boyhood, el reparto se completa con innumerables intérpretes que, durante mayor o menor tiempo, forman parte de las vidas de los protagonistas. Algunos los —nos— acompañan durante dos o tres años seguidos y otros aparecen y desaparecen de forma discontinua, ayudando con su presencia (o falta de ella) a la credibilidad del relato. Tan emotiva es la reaparición de personajes a los que habíamos olvidado como triste resulta la desaparición de otros con los que habíamos llegado a conectar, pero lo cierto es que la continuidad de la vida es por completo volátil y así la plasma el film. Del mismo modo, el carácter pasajero de las modas queda de manifiesto en el constante uso de piezas musicalesdistintas (a menudo tarareadas o cantadas por los propios personajes), así como en la evolución del vestuario de Kari Perkins, que alterna estilismos más clásicos con otros más exagerados en función de la etapa que atraviesan los personajes. Por cierto, el director de fotografía inicial, Lee Daniel, se apartó del proyecto por motivos personales a mediados del mismo (algo comprensible, dada la extensión del mismo), dejando paso a su asistente, Shane Kelly, uno de los pocos miembros del equipo técnico que vivió la creación de la cinta prácticamente en su totalidad; os reto a encontrar el momento del enlace, pues, si algo ha logrado Linklater, es una laudable estética unificada a lo largo de los doce años.

Ellan Coltrane en bicicleta en Boyhood (Richard Linklater, 2014)
El impresionante montaje de Boyhood ganó
el premio Eddie del Sindicato de Montadores
Y, hablando de continuidad, el montaje de la cinta, confeccionado por la habitual colaboradora de Linklater, Sandra Adair, resulta clave a la hora de plasmar el paso del tiempo sin necesidad de títulos o disoluciones. De hecho, el propio tiempoes un personaje más de la historia, a la que inunda de sorpresas y misterios. En una escena, Mason ve con lágrimas en los ojos cómo su padrastro le fuerza a cortarse su largo y sedoso pelo; en ese momento, el piropo de una compañera de clase vale mucho más que las palabras de su madre, quien lo consuela recordándole que volverá a crecer; pero, antes de que —dentro y fuera de la pantalla— nos demos cuenta, los meses han vuelto a transcurrir y el chico recorre las calles del barrio en bicicleta, con el viento ondeando sus renacidos cabellos. Pero no todos los cortes son tan axiomáticos: a veces, basta un momento del diálogo para informarnos sobre el tiempo transcurrido, así como de los cambios vividos. Lejos de plasmarse con detalle, las relaciones de los protagonistas con los personajes que los rodean se reflejan con el carácter de un álbum de fotos incompleto en el que pasamos del noviazgo a la ruptura sin contemplar el proceso intermedio. En la vida, lo importante no es la meta, sino el camino, pero a veces basta un par de tramos para entenderlo: siempre es ahora mismo.

Richard Linklater abraza a Ellan Coltrane el último día de rodaje de Boyhood (Richard Linklater, 2014)
Richard Linklater abraza a Ellan Coltrane el último
día de rodaje, tras doce años de maravilloso trabajo
Por desgracia, la fragmentación del relato ha llevado a muchos a ver Boyhood como un film carente de finalidad o sentido en el que Linklater se limita a filmar la realidad sin visión de conjunto, siendo la anécdota de los doce años el único aliciente. Nada más lejos de la realidad: el modo de rodaje no es en absoluto la meta, sino el camino. Y, paso a paso, nace la magia de una historia que logra plasmar la cotidianidad de la vida humana con naturalidad sin olvidarse por ello del ingenio y la trascendencia. Porque Mason se aparta del carácter irreverente de la mayoría de adolescentes para asumir una perspectiva de la vida que ya oteamos desde las primeras escenas gracias a la maravillosa mirada con que el chico asimila la realidad que lo rodea, desde los fracasos sentimentales de su madre hasta los comentarios banales de sus compañeros de clase. Cargado de un fuerte espíritu crítico y nostálgico, Mason crece buscando el sentido de la existencia y, aunque al despedirnos de él a los dieciocho años está lejos de haberlo encontrado, hay una madurez en su modo de contemplar el mundo sólo alcanzada tras los doce años de evolución; con la hermosa melodía del “Hero” de Family of the Year en la cabeza, resulta difícil no emocionarse ante el reflexivo adulto en que se ha convertido el adorable infante que conocimos hace un par de horas. Y no sólo eso: al término de Boyhood, mantenemos las mismas dudas vitales del principio, pero somos conscientes de que la incertidumbre que a menudo nos invade no nos convierte en absoluto en extraños. Y así, aprendemos a sentirnos un poco menos solos.


lunes, 13 de febrero de 2012

The Master of the Fertility of the Egg

Master of the Fertility of the Egg - Opera Nova Curiosa,  1695Opera Nova Curiosa,  1695

Master of the Fertility of the Egg - A Concert Of Animals, Birds and Stylised Figures, Late 17th - Early 18th CenturyA Concert Of Animals, Birds and Stylised Figures, Late 17th - Early 18th Century

Master of the Fertility of the Egg - Grotesque Scene With Animals, Late 17th- early 18th CenturyGrotesque Scene With Animals, Late 17th- early 18th Century


Maestro della Fertilità dell'Uovo or Master of the Fertility of the Egg is the name given to a yet to be identified painter active in the second half of the 17th and early 18th century in Brescia. The name is based on a work entitled La fertilità dell' Uovo (The Fertility of the Egg), which depicts dwarfs, geese and lobsters hatching eggs and is in the collection of the Milwaukee Art Museum.

The art historian Mariolina Olivera was the first to isolate a group of works by this master in her 1990 monograph Faustino Bocchi e l'arte di figurar pigmei. She placed the master in the circle of Faustino Bocchi, an artist active in Brescia around the same time and known for his genre paintings with dwarfs. The master’s oeuvre distinguishes itself from Bocchi’s more dreamlike work through its biting, satirical edge.

The identity of the Master of the Fertility of the Egg has yet to be determined. Some art historians have suggested he was Bernardino Dehò (1675-1717) from Cremona while others have pointed at Angelo Esseradts, known as ‘il Fiammingo’ (the Fleming), whose name was also Italianised as Everardi. Everardi was Bocchi’s teacher and introduced the bizarre and grotesque elements of Flemish art to Brescia.

The works of this master typically depict grotesque figures (usually dwarfs) and animals engaging in various human activities. The works generally ignore space and are characterized by strong foreshortening. The figures are often portrayed in profile and stand out against the dark, mostly flat backgrounds. This gives them the impression of being cut out.  The persons and animals in the compositions engage in disorganised actions and reactions. The compositions are full of absurd and grotesque elements and it is often difficult to make out what exactly is going on. The master’s raucous style appears to constitute some form of 'moral zoology'. The absurd characters are possibly intended to show the madness of the human condition, and the vanity and ridiculousness of life. - quote source



Artworks found at Sotheby's 

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