Teniendo en cuenta que esta es la primera película de John Waters que salió de los circuitos de exhibición reducida de Baltimore, y que en plenos años setenta ya gozó de una distribución, sin duda, más amplia cuando entra en juego la “New Line” que lleva las películas de Waters a los cines ¿Hasta que punto Waters es un “artista” puramente underground? ¿Cuantos directores underground dieron en salto a Hollywood y gozaron de la distribución internacional de sus películas? Aquí llegaron incluso dobladas al castellano en los años 80/90 cuando ya gozaba de una gran popularidad.
Ergo ¿no es cierto que realmente, John Waters es un director mainstream que vende (incluso prostituye) la etiqueta Underground? Yo creo que si.
Obviando esto, y el hecho de que toda la estética por la que se hizo famoso y, por ende, hizo famoso a Almodóvar está copiada de los hermanos Kuchar (absolutamente coherentes con la etiqueta “Underground” y lo que conlleva), lo cierto es que este “Multiple Maniacs” vendría a ser la película de John Waters y su trouppe más pura y coherente con lo que luego nos vendió. Es más, diría que incluso “Pink Flamingos”, no deja de ser un remake inconfeso de “Multiple Maniacs”, a la que añade el mayor numero de cerdadas y provocaciones posibles con el fin de escandalizar a ese nuevo público que se acercaba e este llamado cine “Trash”, “Underground” o como demonios prefieran llamarlo.
Y es que mientras se rodaba, Waters ni se imaginaba que llegaría a donde llegaría, entonces es una película pura en el sentido de que no necesita de la guarrería y la provocación para transgredir, porque ya transgrede por si sola, inconsciente de que había una popularidad detrás de todo esto. Que aunque hay cerderío y elementos “Waters” a borbotones, no es una trasgresión tan obvia como la de la posterior “Pink Flamingos”.
Cuenta la historia de un “Freak show” que muestra al público una serie de aberraciones que incluyen maricas dándose besos reales, un yonki pasando el mono y posteriormente inyectándose, y la atracción final que es “Lady Divine” que aprovechará la coyuntura para capturar a quienes se dignen en ver el show, para robarles y asesinarles. Su ego es desmesurado y su novio, que está enamorado de una joven rubia, teme abandonarla porque sabe que “Lady Divine”, no dudará en matarle, por lo que planea su asesinato, mientras Divine, que finalmente se entera de su infidelidad, planeará lo mismo, no sin descubrir los placeres del lesbianismo, entre otras muchas cosas.
Todo seguirá cierta coherencia -en el universo Waters- hasta que hace acto de presencia una langosta gigante que, sin motivo aparente, violará a nuestra protagonista, incentivando así su propia locura y la de la película en general.
Pues probablemente sea una de las mejores películas de John Waters, solo porque está en bruto, en estado puro y porque en ella veríamos de forma genuina, todos los clichés, y obviedades del resto de la carrera de Waters hasta que se “mainstreamizara” del todo.
Porque además, está graciosa, simpática y entretenida.
En el reparto, la trouppe habitual de John Waters, compuesta de maricas, lesbianas, yonkies y transexuales formada por Mink Stoole, Edith Massey, David Lochary y, por supuesto, Divine.
Waters por su parte, tiene pendiente de estreno para este 2015 una cosa titulada “Kiddie Flamingos”, mientras que por otra parte, ha dado voz a uno de los personajes del largo de animación español “Mugworth” de Marc Fernández que verá vida videográfica este año a través de “Vial of delicatessens”.
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