Pese a las buenas intenciones declaradas tras el primer
certamen, al año siguiente continuaron los mismos problemas de un festival de
cine de género organizado en una localidad entonces muy lejana a Barcelona (recuerden:
no había autopista sino las curvas del Garraf) y con un objetivo mas turístico
que cinematográfico. Lo que probablemente no tenían en cuenta es que un género
como el fantástico (y sus hermanos de sangre: terror y ciencia-ficción) tiene
un fandom detrás, incluso en la España de 1969. Asi que se hizo un hueco y los
(pocos) aficionados acudían porque en una semana se podían tragar más películas
que las que de este tipo se estrenaban en un año. Y perdonaban los problemas y
la mala organización del mismo modo que en la era del vhs nosotros perdonábamos
las copias de quinta mano de la rareza gore de turno.
En esta segunda edición el certamen añadía la coletilla de
Terror, convirtiendose en la II Semana Internacional
de Cine Fantástico y de Terror. A los patrocinadores (ayuntamiento y sindicato
local de turismo) se unía el Ministerio de Información y Turismo mientras la
Escuela Oficial de Cine colaboraba en el invento con una selección de cortos y
organizando uno de los escasos actos paralelos: el primer encuentro de
dibujantes de historieta españoles.
Las proyecciones se seguÃan realizando en el Casino Prado, una sala que no estaba preparada para proyectar el formato scope. Las pelÃculas seguÃan llegando (cuando llegaban) en versión original sin subtÃtulos. Imaginen tragarse un par de olvidadas pelis checas a pelo. Y la programación anunciada no era de fiar. En el último momento, por ejemplo, el ministerio prohibió el pase de Fando y Lis. El presupuesto, por cierto, era bastante escaso: medio millón de pesetas de la época era una cantidad que no daba para muchos fastos.
En realidad el certamen no era más que un ciclo de pelÃculas, sin nada alrededor. No habÃa invitados de postÃn y el único acto destacable era una cena de clausura para que las autoridades se pusieran las botas mientras se codeaban con unos cuantos artistas (algunos melenudos y desconocidos: ese año, por ejemplo, hubo mucho dibujante despistado). Eso sÃ, ya no se acudÃa a pelÃculas ya estrenadas, excepto en el caso de la sección retrospectiva, un saco donde meter desde un revisto clásico de la Universal (el primer Frankenstein de Whale) a una joya entonces de visión imposible como la danesa Häxan.
Repasando las crónicas periodÃsticas de la época, veo que fueron cuatro las pelÃculas triunfadoras (ojo, no habÃa aún premios, me refiero al boca a boca): la mentada Häxan, El Manuscrito encontrado en Zaragoza, Peeping Tom (desconozco si se pasó la copia censurada que poco después se estrenó en salas de arte y ensayo) y Corruption. SÃ, la serie bé cuyo trailer colgué el otro dÃa y de la que hoy nadie se acuerda. Pero que allà causó un enorme impacto. Piensen que la pelÃcula incluÃa un concepto desviado de la sexualidad (la manÃaca), violencia gratuita y alguna teta y/o buen trasero esquivos. Y eso, entre un público no acostumbrado, causó estragos psicológicos de consideración. De hecho, auqnue algunos tÃtulos se censuraban, uno de los atractivos de los primeros años del Festival eran esas tetas esquivas y esas series bé que luego nunca se podrÃan ver en tierras celtibéricas.
También, repasando las crónicas, veo una serie de pelÃculas a las que no se prestó demasiada atención. TÃtulos hoy clasÃcos como Dracula, PrÃncipe de las Tiniblas, nada menos y a la que se consideró una mera secuela del primer Hammer, una más de vampiros (pues anda que no faltaban unas cuantas por llegar); La batalla de los Simios Gigantes, uno de los kaijus más divertidos de Honda (“una más de maquetas japonesasâ€); el bellÃsimo soviet-pulp Planeta Bur (tildada de rollo de cartón piedra aunque “afortunadamente estaba en ruso y nos evitamos soportar los diálogosâ€) o un buen puñado de series bé: Berserk, The Projected Man, Lo Spetro de Freda y Time Travelers; Mención a parte merece la brasileña Sueño de Vampiros, que siempre he querido ver pues una foto del filme turbó mi infancia: un grupo de vampiros colmilludos y pintorescos (sombreros de copa, cascos militares) se arremolinaban y sorbÃan a una jamona en top less.
Como ya hice en la anterior entrega, les dejo las crónicas publicadas en el número 12 de la mÃtica Nueva Dimensión. Sin duda las más completas. El reportaje de la revista es curioso. Se abre con cinco entrevistas: el dibujante Carlos Gimenez, el presidente del primer club de lectores de sci-fi, un quÃmico aficionado al género, el teórico Antonio MartÃn y una breve a Rafales. Luego continúa la crónica de las pelÃculas vistas y, finalmente, se valora el certamen, sus problemas e intrigas. La redacción de la revista se habÃa implicado en la selección de algún tÃtulo y la odisea para conseguir Häxan resulta más que una anécdota. El denso artÃculo se complementaba con cuatro páginas dedicadas al encuentro de los dibujantes españoles. También los he escaneado pero se los he pasado a Pepo para que los suba un dÃa de estos, creo que ese es su sitio.
1 - ANEXO UNO: SITGES 1969 en NUEVA DIMENSIÓN Núm. 12 (noviembre de 1969)
ANEXO DOS: SITGES 1969 - PROGRAMACION
ANEXO TRES : EL DETALLE
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