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La increíble épica

jueves, 12 de abril de 2012

Harry Brown


La violencia viaja sobre una bicicleta que corre desbocada, agitada y frenética; observa nerviosamente el escenario que tiene por delante y es ahi cuando encuentra a su victima, una pobre alma cuyo infortunio le ha llevado a toparse cara a cara con ella. En ese momento se producen los estallidos; con el cuerpo inerte sobre el piso, la irracional carrera continúa, y sólo encuentra su fin de la única manera posible, sea por lógica o por cierta justicia divina: un nuevo estallido el cual frena su locura y la derriba, dejando otro cuerpo sobre este camino sembrado por el odio.

El mejor thriller de acción que se haya ejecutado dentro del cine británico encuentra un momento muy especial durante los años 60 y 70´s . Grandes titulos vieron la luz, los cuales hoy en dia han ganado el status de films clásicos: el frío y explosivo "Get Carter", "la intrigante "El molino negro", la sofisticada y audaz "The italian job", o la cerebral "Ipcress", por citar sólo algunas. Todas ellas tienen en común el notable protagonismo del gran actor británico Michael Caine, famoso en todo el mundo y reconocido hasta por mi abuelita. Sir Maurice Joseph Micklewhite, su titulo y nombre real (su nombre artistico lo adquiere tras escoger el nombre de Michael seguido del apellido Caine, el cual tomó apresuradamente del film "El motín del Caine"), es uno de los mejores actores del cine de por lo menos 5 décadas que lleva de carrera, y cuya edad actual es de 79 años. Ha ganado dos veces el premio Oscar, tres Globos de Oro y un BAFTA a lo largo de su trayectoria, por lo que su participación en la pantalla es una garantía de un trabajo impecable.




Filmado en Elephant and Castle, un barrio en Londres, como asegura el propio actor a poca distancia de donde él creció; un lugar el cual al año siguiente de la realización de esta pelicula fue demolido en gran parte. Quizás lo que vemos en pantalla no es más que el preludio de una suerte ya echada para aquella construcción, convertida en la ficción en refugio de una maldad que se esparce entre su población jóven, un gérmen de la violencia callejera que actúa impunemente haciendo presas del miedo al resto de sus habitantes.

"Harry Brown" se inscribe en la larga lista de titulos sobre justicieros urbanos. De este modo, nos recuerda a aquella entrañable saga de "El Vengador anónimo", protagonizada por el mítico actor Charles Bronson, donde se convertía en un "vigilante nocturno" que salía a las calles para acabar con la delincuencia; una ira en busca de venganza sobre un grupo de criminales responsables del asesinato de su esposa; luego de otros tantos culpables de la muerte de su hija ("Vengador anónimo 2") y después de más criminales, asesinos de un buen amigo suyo ("Vengador anónimo 3", y probablemente "Harry Brown" se parezca más a esta pelicula), en lo que fueron las tres primeras entregas de la saga, dispensándome el no haber visto las otras dos secuelas.




Pero la imágen de Michael Caine tambien es una fuerte presencia del cine de antaño, razón por la cual otro recuerdo ineludible salta a la memoria, y es el del buen filme "Get Carter", otra historia de sabor amargo donde Caine es un asesino, menos acequible aún que el Paul Kersey de Bronson pues se trata de un gánster frío y despiadado que inicia un recorrido cargado de violencia en busca de vengar a su hermano muerto. El propio actor ha marcado diferencias respecto de su nuevo personaje frente a aquel recuerdo, pues Harry Brown es un hombre maduro adolorido por el reciente fallecimiento de su esposa, y que se ve envuelto en un conflicto empujado por las circunstancias que le rodean. La enfermiza violencia de aquel barrio pobre de la cual es testigo lo alcanza personalmente, cuando su mejor amigo, un veterano igual que él, es asesinado salvajemente en plena calle.

Brown, un ex-soldado y combatiente en la frontera de Irlanda, recuerda en silencio esos viejos dias hasta el momento en que siente que el deber lo llama nuevamente: se trata de otra guerra, pero como él mismo reconoce aqui no hay razones en conflicto, pues no se responde a interés o ideal alguno. El anciano deja escapar esa atracción que guarda por la violencia, cuando observa por su ventana los asaltos y las agresiones sobre gente inocente por parte de aquellos autoproclamados dueños de la calle , pero sobretodo el dia en que desenfunda su arma y acaba con su primer enemigo, al cual incluso antes del tiro de gracia le cuenta una anécdota de guerra enterrada en su memoria durante muchos años. Harry Brown despierta su lado justiciero en modo crepuscular, observando a aquellos jóvenes sumidos en una ira demencial que resulta incomprensible para el soldado, por lo cual vuelve al frente a acabar con este nuevo enemigo siguiendo una estrategia militar que funciona a la perfección de no mediar el inconveniente de su endeble salud.


El director del film es el jóven realizador Daniel Barber, en lo que constituye su primer largometraje. Se comenta que su buena suerte de contar con un actor de la talla de Michael Caine se debe a la identificación que éste tuvo con su personaje a causa de dos factores, uno: el viejo barrio del State, un lugar familiar para él, y dos: la coincidencia argumental sobre el pasado militar de Brown, cuando el actor tambien cuenta con su experiencia como soldado del ejército inglés. Asimismo, el film se luce con un elenco competente que incluye a los británicos Ian Glen, David Bradley, Liam Cunningham y a la actriz Emily Mortimer.

Más de un comentario ha marcado el paralelo existente entre este film y el titulo del director Clint Eastwood "Gran Torino". Sin desmerecer esta cinta británica, pensamos que la obra del cineasta norteamericano es superior, principalmente por un mayor realismo que se hace notorio de principio a fin, mientras que "Harry Brown" resulta efectiva, cautivante y hasta conmovedora, pero padece de cierto efectismo con regusto complaciente para su público, al cual no hace sino darle aquello que ofrece.

De todos maneras, el carisma de su protagonista, su impecable actuación y la de todo su elenco, asi como la correcta realización de su novel director hacen de este film una aventura digna de verse, en la medida en que además puede renovar nuestra esperanza en una sociedad mejor y más justa. Por qué no.


jueves, 22 de marzo de 2012

Las 20 películas ganadoras del Óscar protagonizadas por mujeres

Si algo ha puesto de manifiesto la 87ª edición de los premios de la Academia es el machismo aún existente en el mundo del cine, donde las mujeres lo siguen teniendo complicado para obtener buenos papeles y encabezar los films de éxito. No lo digo (sólo) por el discurso de Patricia Arquette, sino porque los ocho films nominados a mejor película estaban protagonizados por varones (aunque el personaje de Felicity Jones en La teoría del todo, de James Marsh, es clave). Ante esta situación, decidí repasar la historia de estos galardones, comprobando que, a lo largo de sus 87 ediciones, únicamente veinte películas con papeles femeninos protagónicos se han llevado el Óscar principal a casa, siendo sólo nueve las obras protagonizadas innegablemente por mujeres. Doy paso al listado:

Bessie Love y Anita Page en La melodía de Broadway
Bessie Love y Anita Page en La melodía de Broadway
La melodía de Broadway (Harry Beaumont, 1929). En el primer gran musical de la historia del cine, dos hermanas (Bessie Love y Anita Page) buscan la fama y el amor en el teatro de Ziegfield de Broadway. Aunque enormemente exitosa en su día, hoy en día la película ha sido olvidada y se considera una de las peores ganadoras del Óscar a mejor película, que, por cierto, fue el único que ganó. Beaumont y Love fueron nominados a mejor director y mejor actriz, respectivamente.

Joan Crawford en Gran Hotel
Joan Crawford en Gran Hotel
Gran Hotel (Edmond Goulding, 1932). Gracias al impresionante reparto encabezado por Greta Garbo, John Barrymore, Joan Crawford, Wallace Beery y Lionel Barrymore, la adaptación de la novela de Vicky Baum fue todo un éxito. Curiosamente, ninguno de sus intérpretes fue nominado por la Academia, que sólo nominó al film en la categoría principal… y terminó concediéndole la estatuilla, dándose un caso único en la historia de estos galardones. Aunque se trata de una obra claramente coral, está incluida en esta lista a raíz de la relevancia de los papeles de Garbo y Crawford, quienes, pese a no compartir un solo plano, parecen luchar a muerte por nuestra atención como las grandes divas que eran.

Una O'Connor y Diana Wynyard en Cabalgata
Una O'Connor y Diana Wynyard
en Cabalgata
Cabalgata (Frank Lloyd, 1933). Las desventuras de una familia se convierten en un épico —aunque demasiado melodramático— reflejo de la historia de Gran Bretaña. Nos encontramos por tanto ante un reparto coral, pero los papeles de Diana Wynyard (nominada al Óscar) y Una O'Connor son cruciales. Eso sí, que este film venciera a 42nd Street (Lloyd Bacon), Dama por un día (Frank Capra) y Soy un fugitivo (Mervyn LeRoy) se considera uno de los grandes sacrilegios de estos premios. De hecho, cuando el nombre de Frank (Lloyd) fue anunciado como vencedor, todos pensaron que se trataba del otro Frank (Capra), incluyendo este último, quien vivió uno de los momentos más humillantes de la historia de los Oscars; por suerte, le compensaron al año siguiente.

Claudette Colbert en Sucedió una noche
Claudette Colbert en
Sucedió una noche
Sucedió una noche (Frank Capra, 1934). Esta agradable cinta, clave del éxito posterior de la comedia romántica de calidad (aunque rara vez tanta), sentó un precedente al imponerse a la poderosa Cleopatra, de Cecil B. DeMille, dejando claro que la Academia no se dejaba impresionar por los números. Curiosamente, ambas contaban con el protagonismo de Claudette Colbert. Todavía considerada como una de las mejores películas de todos los tiempos, nos encontramos ante la primera cinta que obtuvo los cinco Oscars principales, incluyendo el de mejor actor para Clark Gable, quien co-protagoniza el film.

Vivian Leigh en Lo que el viento se llevó
Vivian Leigh en Lo que el viento se llevó
Lo que el viento se llevó (Víctor Fleming, 1939). Pese a la altísima competencia de este año (que incluía films tan masculinos como La deligencia, de John Ford, y Caballero sin espada, de Frank Capra), esta cinta mítica se hizo con ocho premios Oscars (además de dos honoríficos), incluyendo los de mejor actriz para una extraordinaria Vivian Leigh y mejor actriz secundaria para Hattie McDaniel, primer intérprete afroamericano oscarizado (por encima de su compañera de reparto, Olivia de Havilland). Cierto es que Clark Gable encabezada el cartel, pero es curioso que la película más exitosa de todos los tiempos tenga una esencia tan femenina, constituyendo la Scarlett O’Hara de Leigh el personaje femenino más memorable de la historia del cine.

Joan Fontaine y Judith Anderson en Rebeca
Joan Fontaine y Judith Anderson en Rebeca
Rebeca (Alfred Hitchcock, 1940). Tras años de éxitos en su Reino Unido natal, Hitchcock fue recibido en Hollywood con el único Óscar a mejor película de su carrera (aunque nunca ganó el de mejor director). Por su parte, Joan Fontaine, quien encarnó con aplomo al personaje del título, debió esperar al año siguiente para obtener el suyo por Sospecha, del mismo cineasta. Pese a ser acusado (con argumentos bastante claros) de misoginia, Hitchcock creó algunos de los mejores papeles femeninos de la época. Con Rebeca, se impuso a Las uvas de la ira, de Tom Ford, e Historias de Filadelfia, de George Cukor; casi nada.

Teresa Wright y Greer Garson en La señora Miniver
Teresa Wright y Greer Garson en La señora Miniver
La señora Miniver (William Wyler, 1942). Tras varios films donde las mujeres compartían protagonismo con los hombres, nos encontramos ante el primer título de esta lista claramente encabezado por una mujer. Así, Greer Garson dio vida al personaje del título y recibió uno de los seis Oscars de la cinta, dando un discurso de agradecimiento tan largo que instó a la Academia a limitar la duración de los mismos. Su compañera de reparto, Teresa Wright también se llevó el suyo por su lacrimógeno papel. Muchos cuestionan hoy el triunfo de esta cinta, pero lo cierto es que en su día jugó un gran papel reconfortante para un mundo en guerra. Y eso vale más de lo que cualquiera de sus contrincantes pudiera ofrecer.

Anne Baxter y Bette Davis en Eva al desnudo
Anne Baxter y Bette Davis en Eva al desnudo
Eva al desnudo (Joseph L. Mankiewicz, 1950). Tras siete años de triunfos masculinos, dos magníficos films protagonizados por mujeres compitieron duramente por los Oscars este año: El crepúsculo de los dioses, de Billy Wilder, y Eva al desnudo, que finalmente convirtió en oro seis de sus catorce nominaciones. Por primera y última vez en la historia de estos galardones, cuatro actrices optaban al Óscar por el mismo film: Anne Baxter y Bette Davis en la categoría principal y Celeste Holm y Thelma Ritter en la categoría secundaria; pero ninguna ganó. Este excelente retrato de las rencillas internas del mundo del espectáculo posee uno de los mejores guiones jamás escritos y es a menudo definida como la mejor ganadora del Óscar a mejor película de la historia. Además, fue el primero en conseguirlo sin un solo actor protagonista.  

Leslie Caron en Gigi
Leslie Caron en Gigi
Gigi (Vincente Minnelli, 1958). Muchos lo considerarán el peor film de esta lista, pero lo cierto es que Gigi logró nueve Oscars (los máximos obtenidos hasta el momento) e inició una nueva era dorada del cine musical, que llevaba años sin ser debidamente reconocido por la Academia. La dulce Leslie Caron encarnó a la protagonista de la entretenida cinta, beneficiada de la colorida ambientación parisina y la pegadiza banda sonora. Eso sí: ninguno de sus intérpretes fue siquiera nominado.

Natalie Wood en West Side Story
Natalie Wood en
West Side Story
West Side Story (Robert Wise y Jerome Robbins, 1961). La versión moderna (y musical) de Romeo y Julieta contó con el protagonismo de Natalie Wood y Richard Beymer y el apoyo secundario de Rita Moreno y George Chakiris. Empero, sin duda son ellas quienes brillan con más fuerza en una cinta donde el montaje y las canciones se pusieron por encima de los propios personajes. La película ganó diez excesivas estatuillas, incluyendo la primera (y última) a mejor dirección compartida por dos realizadores (quienes, por cierto, no se llevaban nada bien). If you can fight in America, life is all right in America!

Audrey Hepburn en
My fair lady
My fair lady (George Cukor, 1964). Al ser doblada a traición en las canciones, Audrey Hepburn se quedó sin nominación por uno de sus trabajos más icónicos, pero está claro que My fair lady, la adaptación de la obra Pigmalión, no sería ni por asomo lo mismo sin ella. Así lo probó su compañero de reparto, Rex Harrison, al ofrecerle la mitad de su estatuilla en su discurso de agradecimiento. Además de ese, este glamuroso musical  obtuvo otros siete premios gracias a su magnificencia visual y sonora. El despampanante atuendo de Hepburn en esta cinta es uno de los más famosos del séptimo arte, siendo vendido por 34 millones de euros. Por cierto, nos encontramos ante la única cinta oscarizada del mítico George Cukor, considerado el director de mujeres por excelencia gracias a cintas como La dama de las camelias (1936), Ha nacido una estrella (1954), Les girls (1957) o Viajes con mi tía (1972).

Julie Andrews en Sonrisas y lágrimas
Julie Andrews en Sonrisas y lágrimas
Sonrisas y lágrimas (Robert Wise, 1965). Por segundo año consecutivo, un musical protagonizado por una mujer se hacía con el Óscar a mejor película. Y, curiosamente, esta vez la protagonista era Julie Andrews, quien tenía el papel de Hepburn en la versión teatral de My fair lady. Pese a su peligrosa cursilería, la película ganó cinco estatuillas y sigue siendo una de las obras más populares de todos los tiempos. Este mismo año, la Academia celebró su 50ª aniversario con un homenaje interpretado por la mismísima Lady Gaga.

Shirley McLaine y Debra Winger en La fuerza del cariño
Shirley McLaine y Debra Winger en La fuerza del cariño
La fuerza del cariño (James L. Brooks, 1983). Tras casi veinte años sin un solo triunfo femenino, este melodrama se convirtió en la segunda película de la historia en alzarse con el Óscar sin un personaje principal masculino. En ella, Shirley McLaine y Debra Winger encarnan a una madre y una hija que deben afrontar la dureza de la vida mientras aprenden a quererse tal y como son; ambas compitieron por la estatuilla, pero finalmente McLaine obtuvo la primera (y última) de su carrera. Probablemente se trate de la única mención merecida de la cinta, pero lo cierto es que, dada la escasa competencia del año, da gusto que la Academia recordara que el cine no necesita un hombre en cada plano (ni una mujer desnuda tampoco).

Meryl Streep en Memorias de África
Meryl Streep en Memorias de África
Memorias de África (Sidney Pollack, 1985). Pese a contar con diecinueve nominaciones y tres Oscars, muchos consideran que este es el año que la gran Meryl Streep debería haber ganado, sí o sí, la estatuilla. Empero, Geraldine Page competía por octava vez al Óscar y ya era hora de premiarla (suerte que lo hicieron, pues dos años después la actriz falleció a los 62 años). De todos modos, Memorias de África no habría obtenido siete Oscars de no contar con el protagonismo de la excelente Streep, cuya transformación en la mujer danesa que intenta sacar adelante una granja en África es verdaderamente impresionante. De todos modos, cada interpretación de la actriz es un auténtico regalo, siendo una pena que la mayoría no pertenezcan a films de verdadera calidad.

Jessica Tandy en Paseando a Miss Daisy
Jessica Tandy en
Paseando a Miss Daisy
Paseando a Miss Daisy (Bruce Beresford, 1989). Jessica Tandy se convirtió, a los 80 años, en la actriz más anciana que gana la anhelada estatuilla dorada. Además, la cinta obtuvo las menciones de mejor película, guion adaptado (a partir de la obra teatral de Alfred Uhry) y maquillaje pese a no optar siquiera al concerniente a mejor dirección. Aunque (tal y como señala el título) la historia se cuenta desde el punto de vista de Morgan Freeman, Paseando a Miss Daisy puede darse con un canto en los dientes, pues pocas quinielas apostarían por una pequeña cinta protagonizada por una mujer anciana como triunfadora en Hollywood. Eso sí, la escasa competencia del año le puso el triunfo en bandeja de plata.

Jodie Foster en El silencio de los corderos
Jodie Foster en El silencio de los corderos
El silencio de los corderos (Jonathan Demme, 1991). ¡Por fin! Por fin gana el Óscar una película protagonizada por una mujer sin melodramas ni canciones. Y esa no es otra que la fantástica adaptación de la intrigante novela de Thomas Harris, que se convirtió en la tercera (y última hasta la fecha) película en alzarse con los cinco Oscars principales, incluido, por supuesto, el concerniente a mejor actriz para una impresionante Jodie Foster cuya sutiliza contrasta fuertemente con los espasmos de Anthony Hopkins; el duelo interpretativo es fascinante.

Kate Winslet en Titanic
Kate Winslet en Titanic
Titanic (James Cameron, 1997). La película más taquillera de la historia del cine tiene al amor como indiscutible protagonista. Y es que, pese a la magnificencia de los efectos visuales, la banda sonora y el diseño de producción, esta película es imperecedera gracias al protagonismo de Leonardo DiCaprio y Kate Winslet, quienes se convirtieron rápidamente en grandes estrellas. Ella fue nominada al Óscar a mejor actriz, siendo curioso que Gloria Stuart fuera candidata como mejor actriz secundaria por interpretar al mismo personaje en el otoño de la vida: Rose, cuya narración actúa de hilo conductor de la emotiva cinta. Pese a que la película obtuvo 11 Oscars, ambas perdieron en sus respectivas categorías.

Gwyneth Paltrow en Shakespeare in Love
Gwyneth Paltrow en Shakespeare in Love
Shakespeare in Love (John Madden, 1998). El título engaña, pues, pese a la importancia del personaje de Joseph Fiennes, son ellas quienes elevan la categoría del film: Gwyneth Paltrow (eso sí, disfrazada de hombre la mitad de la película) como la inspiración del escritor y Judi Dench como Isabel I. A ellas fueron dos de los siete excesivos premios recibidos por la cinta, siendo Dench una de las ganadoras del Óscar interpretativo con menos tiempo en pantalla (ocho minutos repartidos en cuatro escenas). Esta deliciosa comedia romántica suele aparecer en las listas de peores films oscarizados, pero cuenta con el beneplácito de la crítica y millones de espectadores.

Catherine Zeta-Jones y Renée Zellweger en Chicago
Catherine Zeta-Jones y Renée Zellweger en Chicago
Chicago (Rob Marshall, 2002). Aunque el Moulin Rouge de Baz Luhrmann reavivó al género musical, Chicago se llevó los honores al año siguiente. En él, Richard Gere es un abogado que ayuda a mujeres a salir impunes pese a haber asesinado a sus maridos (dando una vuelta de tuerca a la igualdad de género). Renée Zellweger y Queen Latifah fueron nominadas al Óscar por sus atractivos papeles y Catherine Zeta-Jones se llevó el suyo con pleno merecimiento. Ante la pastosidad de Gere, ellas salvan la función con su fascinante carisma y sorprendentes dotes musicales. Por cierto, este es el sexto musical de la lista.

Hilary Swank en Million Dollar Baby
Hilary Swank en Million Dollar Baby
Million Dollar Baby (Clint Eastwood, 2004). Es curioso que el patriótico y conservador Eastwood sea el responsable de una de las pocas ganadoras del Óscar protagonizadas indiscutiblemente por una mujer. Ella es Maggie, una mujer perdida en la vida que busca ahogar sus penas en el boxeo excelentemente interpretada por Hilary Swank, quien recibió su segundo Óscar a mejor actriz tras el recibido en 1999 por Boys don’t cry, de Kimberly Peirce. Curiosamente, en ambos casos se trata de papeles muy masculinos. Al igual que Vivien Leigh, la irregular Swank ganó las dos (únicas) veces que fue nominada. Tristemente, ha transcurrido una década desde entonces y Million Dollar Baby sigue siendo el último film de este listado.

Hasta aquí los veinte únicos títulos ganadores del Óscar a mejor película pese a estar protagonizados por mujeres. Y digo “pese” porque está demostrado que la igualdad de género aún tiene un largo camino por recorrer en la industria del cine. Y el problema no es que la industria del cine sea machista al otorgar premios (apenas se me ocurren films de mujeres que debieran haber ganado el Óscar y no lo hicieran), sino que lo es al producir proyectos, provocando una triste escasez de personajes femeninos potentes. Eso sí: la culpa no pertenece sólo a guionistas, directores y productores (mayoritariamente varones), ya que los estudios se limitan a depositar su confianza en las películas que prevén exitosas y los propios espectadores han demostrado preferir a los héroes masculinos aunque no sean conscientes de ello. Corresponde por tanto a todos nosotros trabajar porque el mundo alcance la necesaria igualdad de género, que en pleno siglo XXI no debería ser siquiera un tema de conversación.


miércoles, 21 de marzo de 2012

Crimson Peak




Está protagonizada por ese par de tremendos actores que son nos cuenta de una mansión en las montañas Inglesas del Siglo XIX, donde la joven autora Edith Cushing (Mia “Stoker” Wasikowska) comienza a descubrir que su esposo Sir Thomas Sharpe (Tom “Loki” Hiddleston) no es lo que aparente. También la protagoniza mi amadísima Jessica “Yo maté a Bin Laden” Chastain y Charlie “Drift Compatible” Hunnam. Originalmente iba a ser protagonizada por Emma Stone y Benedict Cumberbatch.

Aquí tenemos la primera imagen oficial del film.

miércoles, 14 de marzo de 2012

The Last Dragon















Esta divertida película tuvo un costo de 10 millones de dolares, y recaudo solo en cines de los Estados Unidos mas de 33 millones, siendo un gran éxito de taquilla. Imaginemonos un film un poco rollo Karate Kid (1984) que fue un exito comercial de la hostia, ahora con actores negros, no blancos, que luchan entre ellos osea vease malo-poderoso contra joven-bueno e inexperto. Entre todo ello y muchas escenas en gimnasios de Harlem y peleas, tenemos Vanity (aquella belleza exotica que volvio loco a Julio Iglesias en su tiempo, y vivieron un recordado romance) animando la funcion, un monton de numeros musicales, ambientes discotequeros y video-clips, y encima numerosas escenas de films de Bruce Lee, del que el protagonista de esta aventura, es un fan aferrimo. Recapitulemos: mucha musica, mucha luz, mucha discoteca de los 80, peleas, artes marciales, bruce lee... ?Que mas puede faltar? Ah, si... Un grupo de blancos haciendo el payaso, en un sin fin de golpes comicos y transformistas, y encima... !Al final el bueno y el malo pelean y tienen poderes magicos! El malo se ilumina con un aura roja y el bueno con un aura dorada, y al darse de hostias, saltan rayos y chispas y su puta madre, en plan Dragonball. Total que el film, loco como pocos, unico e imposible, y con una combinacion de elementos alucinantemente dispar, logro encajar todo ello en un guion tan risible como insostenible, pero la jugada funciono. vaya que si lo hizo... Poderes magicos, artes marciales, peleas, musica, Vanity... Un film para mi de culto, porque es unico en verdad, y como no, bastante entretenido si se mira con simpatia y sin exigencias. UNA CURIOSIDAD MUY EXCENTRICA, llena de mucha musica y colores. 

sábado, 10 de marzo de 2012

Someone Behind You



  • Año: 2007


  • Pais: Corea


  • Director: Nayato Fio Nuala y Oh Ki-hwan


  • Género: Fantasmas (?)


  • Versión: DVDRip





  • (Antes que lo olvide, pueden seguirme en Letterboxd para leer allí mini-reseñas mías de toda clase de películas, no solo de terror)


    Sinopsis: Ga-in es una joven estudiante que descubre que una especie de maldición en su familia hace que las personas a su alrededor tengan el impulso de asesinarla.



    Al igual que una buena parte de las películas de terror coreanas, Someone Behind You (presentada como Voices en algunas ediciones en DVD) luce increíblemente bella gracias a un estupendo trabajo de cinematografía, pero eso es realmente lo único realmente favorable que tengo para decir de ella, ya que aunque no es una mala película, si es bastante genérica y en ocasiones incluso aburrida, y es una lástima ya que tenía un planteamiento bastante interesante y misterioso.



    La idea principal en juego es que las personas que en algún momento sienten celos, envidia o rabia con la protagonista son invadidas por un poderoso deseo de asesinarla. Este es un elemento que ya habíamos visto antes en muchas historias y tratado de muy diferentes maneras desde Tomie hasta The Happening o The Crazies. Incluso hasta me recuerda a la saga Final Destination, pero la idea que nos plantean al principio del film de que esto puede ser el resultado de una maldición hace que nos intrigue un poco, sobre todo teniendo en cuenta que la película se desarrolla en una sociedad tan competitiva como la surcoreana, en que la envidia y los celos están a la orden del día; sin embargo, el impulso se pierde casi de inmediato y la película frena de golpe cuando la protagonista decide, al igual que todos los demás protagonistas de películas de terror de la historia, investigar sobre lo que está pasando, pero sin ningún éxito real.

    Es aquí cuando la película se pone rara, ya que de la nada emerge una “Historia B” que involucra al novio de la protagonista y a pesar de que no tiene nada que ver con la trama principal termina ocupando el clímax del film. No logro entender cual es la lógica detrás de este cambio, pero simplemente no funciona y desvía la atención de la trama principal, lo cual le resta fuerza a las revelaciones finales (que de todos modos resultan bastante decepcionantes).


    Hace unos diez años yo era un fanático absoluto del cine de terror oriental y películas como Ringu, Ju-On, Noroi, o A Tale of Two Sisters fueron unas de las principales razones por las que me volví un seguidor del cine de terror. Hoy en día no logro encontrar la misma “magia” en las películas de este género. Decidí ver una película de hace unos años, como esta, pero todavía no encuentro ese film que me recupere la fe en el horror asiático.

    Sigo buscando.







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