La revista Variety dijo que el film aseguró que “puede ser un placer culpable para deleitar a los fans del género”. Además, añadió que “la cinta tiene una producción sólida, una mirada contemporánea aunque de alguna manera es deliberadamente vulgar, una cierta textura de film de clase B de género”.
Por su parte, la revista Screen International afirma que “gustará a los fans de Eli Roth, con varias escenas de muerte y con bellas mujeres, lo que le asegurará una buena cantidad de negocios. Su tratamiento liviano de los efectos del terremoto puede gustar a los fans del género, pero podría resultar desagradable para otros públicos”.
También a su favor tiene las pinceladas de gore que contiene la cinta que entusiasmará a los fans de Eli Roth (“Hostel”, “Hostel 2”).
En el Festival de Toronto la mayoría de las críticas eran bastante negativas, descrita como una película de terror "excesivamente apegada a la fórmula del género" (The Hollywood Reporter), o "personajes poco desarrollados e historia deficiente" (Toronto Film Scene), las primeras opiniones no habían quedado muy impresionadas con la cinta que muestra una mirada particular del terremoto del 27-F desde la óptica de un estadounidense (Eli Roth) de paseo por Chile. Finalmente, Screen afirma que Aftershock, pese a la destrucción que ofrece, "no es propiamente una película de desastres ya que estos son pocos y distantes entre sí, y se trata más bien de un híbrido entre el filme indie y el de horror".
En el Festival de Sitges, la cinta de catástrofes fue acogida con interés pero no ha dejado buen sabor de boca. La idea de inspirarse en los hechos sucedidos durante el terremoto de Chile en 2010 es acertado. Nos plantean desde el peligro que supone que les caigan encima las ruinas o la posibilidad de la aparición de un tsunami hasta la presencia de presos por las calles, fugados tras el terremoto. Pero la forma como hacen frente a la devastación, la muerte y la depravación es poco creíble así como la forma en la que caen como moscas los protagonistas.