Un grupo de gente va a parar a un pantano, y son atacados por un enorme y deforme asesino de colosal fuerza.
Tenemos aca una mezcla divertida de sangre, tripas y gore.
Como las piezas encajan con calzador, y la pelicula asi lo pretende, desconectas tu sensor criticón por una vez y te diviertes un momento, siendo asi un festival para los sentidos más extremos del ser humano. Un divertimento visual y visceral como pocos, disfrutando una tremenda caceria final a manos del maniaco de turno Victor Crowley.
El personaje de Crowley en cuestión, es una mezcolanza de serial killer, chico con pasado perturbador y monstruo de la matanza de Texas, algo muy extraño, pero que se hace querer, de aquella manera, claro está.
La película no enseña una historia, ni crea personajes profundos, ni en buscar originalidad.
En realidad la película va al grano y se concentra en la diversión: un sin fin de gore, muy buenos maquillajes, muertes super-brutales, escenas de acción y persecuciones sin tregua.
En eso la película es efectiva, entretiene y cumple con creces: es un verdadero festival para el aficionado al cine gore sin contemplaciones.
Este film viene a ser una especie de replica contemporanea y potenciada del esquema slasher de los 80, de por ejemplo la saga Viernes 13.
Encima la película tiene cameos de famosos rostros del cine de terror moderno como Robert Englund (Pesadilla en Elm Street), Kane Hodder (saga Viernes 13), Tony Todd (saga Candyman), etc...
Un film sencillo, sin pretenciones, pero que es honesto y tremendamente divertido. Ojo al reperterio de muertes porque es la pera. La de la cabeza siendo desgarrada por las poderosas manos del asesino.