En el año 1997 dos ejecutivos de la productora australiana Village Roadshow Pictures (en co-producción con VRP y Warner Bros produjeron un montón de pelis como “The Matrix”, “Deep Blue Sea”, “Red Planet”, “La Reina de los Condenados” y un sinfín más) decidieron largarse de esta empresa y fundar junto al director David Michael Latt la productora/distribuidora The Asylum.
Al principio empezó siendo una pequeña compañía produciendo sub-productos que pocas veces tenían distribución y seguramente se quedaban en casa de los amigos, hasta que llegó la Blockbuster Inc. en 2005 y les propuso un trato. Querían que sus estanterías rebosaran películas sin tener que pagar muchos derechos (he trabajado en un videoclub y puedo afirmar que las películas comerciales para el pequeño empresario le salían por un ojo de la cara). Así que aprovecharon el estreno de Spielberg, “La Guerra de los Mundos” y les dijeron: “señores, queremos 100.000 copias de la película basada en la novela de H.G. Wells pero sin gastarnos ni una décima parte de lo que se gastó el rey midas”. Dicho y hecho.
A partir de entonces The Asylum empezó con sus mockbusters (mock sería como mofa) y de ahí, a ver si adivináis de donde proceden, surgirían películas como “Pirates of Treasure Island”, “Alien vs Hunter”, “I am Omega”, “Sunday School Musical”, “The Terminators”, etc.
The Asylum no destaca por sus brillantes efectos, ni sus penosas actuaciones o sus nefastos guiones, para un servidor lo que más destaca es que te demuestran que se pueden crear películas la mar de divertidas en tan solo poco tiempo y dinero. Para dar unas cifras aproximadas: una película la terminan, eso quiere decir el guión, la preproducción y la producción en aproximadamente un par y medio de meses. Con un presupuesto habitual de menos de un millón de dolares (que según afirman nunca han perdido dinero en ninguna de sus películas).
Su técnica es: mirar qué gran producción se está cociendo y grabar su particular versión para lanzarla directamente al dvd. Un negocio rentable. Y lo más curioso que han sido denunciados por grandes estudios por utilizar esta técnica. De ahí mi pregunta ¿Hace falta? ¿Tanto miedo tienen que su megapelícula sea un truño y que una productora como The Asylum les arrebate el público? o ¿Simplemente les corroe la envidia de que ellos si fracasan pierden enormes cantidades de dinero? La respuesta supongo que la sabrán ellos y como excusa de momento dicen que son unos copiones, cuando ellos mismos no se dan cuenta de que repiten la misma fórmula año tras año.
Bien, después de saber un poco más sobre The Asylum vamos a ver que tal les ha quedado esta versión de “La Guerra de los Mundos”.
No voy a hacer comparaciones entre el libro, la de Spielberg y ésta, ya que primero: no me he leído el libro y segundo: comparar la comercial con ésta, sería comparar un cucurucho de fresa y nata con uno de caca, de esa que sale con la diarrea, pero que tan bueno les parece a las chicas de “2 girls and 1 cup” y que a tanto público motiva, jijiji. Y es que tampoco se parecen en nada a lo que guión o situaciones se refiere. Así que solo me centraré en lo que me ha parecido la versión que ha hecho The Asylum.
Más bien no puede empezar: enseñando tetas de un fémina de muy buen ver. La cosa promete. También promete que haya dos actores de renombre, si más no, que seguro que más de uno los conoceréis, Thomas C. Howell y Jake Busey (que parece que le ha cogido el tranquillo con esto de la Asylum ya que este año lo vimos en “Nazis at the centre of the Heart"). Los efectos digitales están a la altura. Las máquinas alienígenas en forma de cangrejo están muy bien logradas, siempre desde la perspectiva global que la empresa nos puede ofrecer, y la historia aunque muy simplona pasa rápida, es eficaz y para los que os gusta bostezar, si os perdéis diez o incluso veinte minutos, enseguida le volveréis a coger el hilo.
Toda la trama de la película recae precisamente sobre Thomas C. Howell, un tipo casado que deja adelantarse a su mujer y su hijo en un viaje hacia Washington DC porque algo ha caído del cielo y quiere investigarlo. Cuando se da cuenta de que son alienígenas y que se están cargando a la humanidad, decidirá emprender un viaje para encontrarse con su familia. En su travesía le acompañará a ratos un militar, a ratos un cura y tropezará con la cara más amarga de un soldado que a perdido la cabeza.