Sinopsis: Cosas muy extrañas están pasando en el hogar de Lisa Johnson, pero solo ella parece darse cuenta de ello.
Lo se, esa sinopsis es increíblemente vaga y común, seguro que es el punto de partida de no decenas, sino cientos de películas de terror... pero está es diferente a la mayoría de ellas, créanme.
Antes que nada debo aclarar algo, hay un giro en la trama que se resuelve al final del primer acto; Es una “sorpresa” que ya hemos visto varias veces en otras películas y los que estamos más familiarizados con el cine de terror podemos adivinarlo en menos de 5 minutos; por eso es bueno que la película no trate a este giro como una gran revelación, de hecho, este mismo es explicado en la sinopsis detrás de la caja de la película. De todos modos, prefiero no contar de que se trata, ya que creo que el total desconocimiento con el que abordé esta película es una de las razones por la que la disfruté tanto (aunque la verdad es que, cuando sabemos lo que está pasando, falla en cualquier intento de asustarnos, aunque la verdad, tampoco es que lo intente demasiado).
Pero la principal razón es sin duda su director. Vicenzo Natali no es cualquier cineasta, a el debemos films de culto como el maravilloso Cube o la perturbadora Splice (y varios episodios de Hannibal), y esta película derrocha su estilo por todos lados. Su talento se nota en el fantástico escenario creado para la película, que pese a desarrollarse casi por completo en la misma casa, la dota de mucha(s) personalidad(es) gracias a su gran manejo de la iluminación y ángulos de cámara. En manos de otro director esta película podría haberse convertido en una del montón, pero gracias a él puedo decir que es una pequeña joya.
Abigail Breslin, la (ya no tan) pequeña de Little Miss Sunshine y Zombieland tiene el papel estelar y hace un buen trabajo como la chica confundida que no sabe bien lo que está pasando, pero el que realmente brilla aquí es el gran Stephen MacHattie (no lo veía desde Pontypool!) en el rol del villano, un hombre de apariencia normal pero que guarda en su interior una maldad que trasciende al más alla... y hablando de eso, es extraño como ofreciéndonos una visión tan interesante del inframundo y la naturaleza de los fantasmas y apariciones, el guión se fuerza a “explicarnos” las cosas a pesar de que las está mostrando tan claramente. Hay muchos momentos intrigantes y misteriosos en el film, y aunque todos se explican satisfactoriamente, queda muy mal oirlo de boca de los personajes cuando la cámara y los escenarios no dejaban lugar a dudas sobre los hechos. Esto lleva a que muchas escenas se alarguen innecesariamente, y aunque en ningún momento me llegó a aburrir, si me hizo mirar el reloj, ya que una vez que todas las piezas estaban en su lugar (o estaban próximas a quedar), la película se negaba a avanzar. No es un gran problema, pero es bastante notorio.
Disculparan esta reseña tan ambigua, ya que creo que no dejó nada claro sobre la trama del film, pero lo prefiero de ese modo. Aunque Haunter no va a ser muy recordada y ciertamente es una película menor de Natali comparado con su anterior trabajo, es un film agradable e intrigante, perfecto para una noche cualquiera.
Lo se, esa sinopsis es increíblemente vaga y común, seguro que es el punto de partida de no decenas, sino cientos de películas de terror... pero está es diferente a la mayoría de ellas, créanme.
Antes que nada debo aclarar algo, hay un giro en la trama que se resuelve al final del primer acto; Es una “sorpresa” que ya hemos visto varias veces en otras películas y los que estamos más familiarizados con el cine de terror podemos adivinarlo en menos de 5 minutos; por eso es bueno que la película no trate a este giro como una gran revelación, de hecho, este mismo es explicado en la sinopsis detrás de la caja de la película. De todos modos, prefiero no contar de que se trata, ya que creo que el total desconocimiento con el que abordé esta película es una de las razones por la que la disfruté tanto (aunque la verdad es que, cuando sabemos lo que está pasando, falla en cualquier intento de asustarnos, aunque la verdad, tampoco es que lo intente demasiado).
Pero la principal razón es sin duda su director. Vicenzo Natali no es cualquier cineasta, a el debemos films de culto como el maravilloso Cube o la perturbadora Splice (y varios episodios de Hannibal), y esta película derrocha su estilo por todos lados. Su talento se nota en el fantástico escenario creado para la película, que pese a desarrollarse casi por completo en la misma casa, la dota de mucha(s) personalidad(es) gracias a su gran manejo de la iluminación y ángulos de cámara. En manos de otro director esta película podría haberse convertido en una del montón, pero gracias a él puedo decir que es una pequeña joya.
Abigail Breslin, la (ya no tan) pequeña de Little Miss Sunshine y Zombieland tiene el papel estelar y hace un buen trabajo como la chica confundida que no sabe bien lo que está pasando, pero el que realmente brilla aquí es el gran Stephen MacHattie (no lo veía desde Pontypool!) en el rol del villano, un hombre de apariencia normal pero que guarda en su interior una maldad que trasciende al más alla... y hablando de eso, es extraño como ofreciéndonos una visión tan interesante del inframundo y la naturaleza de los fantasmas y apariciones, el guión se fuerza a “explicarnos” las cosas a pesar de que las está mostrando tan claramente. Hay muchos momentos intrigantes y misteriosos en el film, y aunque todos se explican satisfactoriamente, queda muy mal oirlo de boca de los personajes cuando la cámara y los escenarios no dejaban lugar a dudas sobre los hechos. Esto lleva a que muchas escenas se alarguen innecesariamente, y aunque en ningún momento me llegó a aburrir, si me hizo mirar el reloj, ya que una vez que todas las piezas estaban en su lugar (o estaban próximas a quedar), la película se negaba a avanzar. No es un gran problema, pero es bastante notorio.
Disculparan esta reseña tan ambigua, ya que creo que no dejó nada claro sobre la trama del film, pero lo prefiero de ese modo. Aunque Haunter no va a ser muy recordada y ciertamente es una película menor de Natali comparado con su anterior trabajo, es un film agradable e intrigante, perfecto para una noche cualquiera.