Si se hubiese hecho una versión de “Los Goonies” protagonizada por mis amigos de mediados de los años ochenta, Frank habría interpretado a “Gordi”. ¿Por qué?, por lo obvio. Fue conmigo a E.G.B. y se podría decir que era la primera persona –hermano mayor aparte- con la que compartía apetencias cinematográficas. Incluso llegó a actuar en un buen puñado de mis cortos caseros de la época. En una ocasión hizo de guerrero post-apocalíptico subiéndose a una Vespino con el torso desnudo y una capa (para mayor ofensa de un anciano que pasaba por “el plató”). También fue el “gordo salido y obseso sexual” prototípico de todo “slasher” en nuestra propia tragedia con asesino enmascarado. Y, en general, solía interpretar al villano… seguramente por su físico, ya que el otro colega, que era cachas, siempre se llevaba al héroe de la función.
Frank heredó la cinefagia de sus hermanos mayores. Y uno de ellos entró a trabajar en una distribuidora, “Trebol Films”, lo que permitía que tuviese a su disposición posters y fotocromos de las películas del catálogo de la casa, siendo el quinto “Viernes 13” el que trajo más cola. La imagen del falso “Jason” que anduvo colgada en la pared de mi cuarto durante años fue cortesía del muchacho.
Y, llegando a la materia que nos interesa, “Trebol Films” trajo a los cines de España “Ghoulies”, uno de los más famosos y exitosos productos surgidos a raíz del “boom” de “Gremlins” producido por “Empire”, la factoría de Charles Band. Y sí, molaba mucho eso de ver a un monstruito verde cabezón saliendo del interior del váter. Incluso traumatizó a algunos niños allí en los siempre impresionables USA. Era un concepto brillante y muy atractivo. Y ahí estaba el problema, que al ver la película con semejantes expectativas, resultaba que los mentados “Ghoulies” tenían un papel muy secundario y para nada la liaban parda ni eran tan graciosos como los bichos de Joe Dante. Y encima gastaban un aspecto bastante poco espectacular, gracias a las artes limitadas aunque entrañables de John Carl Buechler. “Ghoulies” era una peli de terror adolescente al uso, solo que cambiando al asesino enmascarado por unos satanistas. That´s all.
A mi no me gustó. Me decepcionó. Me aburrió. La idea era demasiado buena para semejante monótono resultado. Sin embargo muchos picaron, tanto como para generar una secuela directa más o menos digna y un par más tirando a chungas, como la tercera en clave de comedia estudiantil y, muy especialmente, una cuarta totalmente desvinculada de la saga, con unos enanos enmascarados haciendo de “Ghoulies” y dirigida por el temible Jim Wynorski.
En realidad el auténtico devoto de “Ghoulies” es Víctor, pero el caprichoso destino ha querido que sea yo el que recibiera los fotocromos de manos del legendario y "missing in action" Alex Gardés, y aquí se los dejo (aunque desconozco si están todos) y, de paso, les dejo también el poster de “Trebol Films”… paradójicamente este y el respectivo fotocromo con el cartel son idénticos y podría parecer absurdo que ponga ambos… pero los pongo, porque me sale de los huevos y porque el poster conserva sus fetichistas pliegues.
En cuanto a “Trebol Films” y Frank, pues me temo que la primera no duró muchos años más y el segundo, anduvo rulando por mi vida un tiempo hasta que se fue a la mili, dejó de ser “gordi”, pilló novia, se casó… y hasta aquí puedo leer.
Frank heredó la cinefagia de sus hermanos mayores. Y uno de ellos entró a trabajar en una distribuidora, “Trebol Films”, lo que permitía que tuviese a su disposición posters y fotocromos de las películas del catálogo de la casa, siendo el quinto “Viernes 13” el que trajo más cola. La imagen del falso “Jason” que anduvo colgada en la pared de mi cuarto durante años fue cortesía del muchacho.
Y, llegando a la materia que nos interesa, “Trebol Films” trajo a los cines de España “Ghoulies”, uno de los más famosos y exitosos productos surgidos a raíz del “boom” de “Gremlins” producido por “Empire”, la factoría de Charles Band. Y sí, molaba mucho eso de ver a un monstruito verde cabezón saliendo del interior del váter. Incluso traumatizó a algunos niños allí en los siempre impresionables USA. Era un concepto brillante y muy atractivo. Y ahí estaba el problema, que al ver la película con semejantes expectativas, resultaba que los mentados “Ghoulies” tenían un papel muy secundario y para nada la liaban parda ni eran tan graciosos como los bichos de Joe Dante. Y encima gastaban un aspecto bastante poco espectacular, gracias a las artes limitadas aunque entrañables de John Carl Buechler. “Ghoulies” era una peli de terror adolescente al uso, solo que cambiando al asesino enmascarado por unos satanistas. That´s all.
A mi no me gustó. Me decepcionó. Me aburrió. La idea era demasiado buena para semejante monótono resultado. Sin embargo muchos picaron, tanto como para generar una secuela directa más o menos digna y un par más tirando a chungas, como la tercera en clave de comedia estudiantil y, muy especialmente, una cuarta totalmente desvinculada de la saga, con unos enanos enmascarados haciendo de “Ghoulies” y dirigida por el temible Jim Wynorski.
En realidad el auténtico devoto de “Ghoulies” es Víctor, pero el caprichoso destino ha querido que sea yo el que recibiera los fotocromos de manos del legendario y "missing in action" Alex Gardés, y aquí se los dejo (aunque desconozco si están todos) y, de paso, les dejo también el poster de “Trebol Films”… paradójicamente este y el respectivo fotocromo con el cartel son idénticos y podría parecer absurdo que ponga ambos… pero los pongo, porque me sale de los huevos y porque el poster conserva sus fetichistas pliegues.
En cuanto a “Trebol Films” y Frank, pues me temo que la primera no duró muchos años más y el segundo, anduvo rulando por mi vida un tiempo hasta que se fue a la mili, dejó de ser “gordi”, pilló novia, se casó… y hasta aquí puedo leer.