Sinopsis: Un equipo de la revista VICE visita una comunidad religiosa que se ha alejado de la sociedad. Todo parece idílico, pero las cosas se encaminan a algo mucho más siniestro.
Impresión Inicial: Puede llegar a ser inquietante al mostrar una de las facetas más oscuras de la humanidad y la sociedad, pero cuenta con un desarrollo predecible y normalito.
Te gustará si te gustó: The Wicker Man,
The House of The Devil.
Guión y Desarrollo: Gran parte del tercer acto de está película presenciamos un espectáculo horrible, una muestra de la horrible influencia que puede llegar a tener una persona sobre las demás, o peor aún, de la desesperación a la que puede llegar el ser humano en su ansiedad de creer que existe algo “más allá” de este mundo. Es cruel ver esto sobre todo si sabemos que ocurrió de verdad (esta película está basada en el caso de la masacre de Jonestown).
Obviamente, gran parte del público del film sabe que esto va a ocurrir, aún desconociendo los hechos reales en que está basada es obvio tras ver el trailer o leer la sinopsis que esta película se dirige a este momento. La película no logra esquivar del todo esta bala, pero afortunadamente, al mostrarnos esa pequeña sociedad utópica como un sueño hecho realidad y una necesidad absoluta en que la gente parece feliz, lo que nos hace temer por su inevitable futuro... el problema es que esta parte se arrastra más tiempo del que debe, resultando un poco larga, aunque no insoportable.
El centro de la trama es el hombre al que todos llaman “Padre”, una figura imponente (por lo grande y gordo) y carismática y que resulta una perfecta representación de lideres religiosos y políticos que con capacidad de “control” sobre las masas, lo que los hace increíblemente peligrosos pese a su apariencia bonachona. Los tres protagonistas, los periodistas que están documentando el lugar (en contra de los planes del “Padre”) no son más que una excusa para presentar la historia en formato
found-footage, pues no están especialmente trabajado más allá de simples relaciones familiares: uno de ellos tiene una hermana en el campamento y el otro está próximo a ser padre (típico cliché para que apoyemos y suframos por ese personaje).
Ahora que menciono que es un
found-footage, debo agregar que es uno de los pocos que veo en que está casi justificado el uso de la cámara todo el tiempo, ya que lo justifican en el interés de documentar todo lo que está ocurriendo (son periodistas de Vice después de todo)... aunque por esta misma razón, la parte final también se alarga más de lo debido, ya que en una extraña decisión de edición, pasan mucho tiempo corriendo sin que anda ocurra, concluyendo en un PÉSIMO
deus ex-machina injustificado en último momento. Es tan malo esta excusa que literalmente parece que no sabían cómo hacer para terminar la historia.
Aspectos técnicos: A pesar de ser una película grabada a “cámara en mano” luce bastante bien (estamos acostumbrados a justificar una mala calidad de imagen en esta clase de films por esta misma naturaleza), lo cuál está justificado por la misma trama ya que es un equipo profesional de periodismo. El campo en el que ocurre la acción luce inicialmente como un verdadero Edén, con mucha naturaleza y de construcciones sencillas, que le dan un look mucho más realista en contraste con films de temáticas similares que gustan de llenarse de simbología religiosa macabra. Aquí la comuna parece la comuna hecha por la gente más decente del mundo, exactamente lo que se quiere representar.
La escena de la “masacre”, pese a su impacto, apenas cuenta con sangre o violencia, sin embargo está representada de una forma tan agónica y... simple, que no lo necesita para impactar.
Actuaciones: El show aquí es de Gene Jones como el “Padre”, que con una actitud increiblemente relajada, natural y simpática logra ser terriblemente incómodo, sobre todo cuándo descubrimos sus secretos y, más o menos, su retorcida lógica. Lo sigue Amy Seimetz como Caroline, a quien vemos interpretar casi tres papeles en el mismo personas: la chica amable y feliz que está reformando su vida en la comuna, una mujer actuando de forma errática y sospechosa y la fanática que vemos en sus últimos momentos. Genial.
Los tres protagonistas no son tan interesantes. Tenemos a A.J. Bowen que sale en todas las películas de terror independientes como el personaje principal y a un Joe Swanberg que, yo juraba, era Shawn Ashmore durante todo el film, cumpliendo con sus papeles en trabajos decentes pero nada memorables. El tercer miembro del equipo, Patrick, es totalmente olvidable.
Reflexiones: No caeré en la obviedad de escribir en este párrafo sobre la estupidez de la gente que permite ser manipulada espiritualmente de esta manera, quiero escribir es sobre la forma en es una película con una temática tan interesante cae en la... no mediocridad... o si, mediocridad.
The Sacrament es una buena película, no hay duda de ello, pero su planteamiento hace que debiera ser mejor. Los realizadores tenían muy claro el cuento de la comuna y la masacre, pero parece que no sabían con que llenar el resto de los 90 minutos, y el resultado, aunque no malo, queda a medias. Tal vez el error fue contar la historia desde el punto de vista de gente ajena a la comuna, pues escapa el horror de darse cuenta en que se estaban metiendo hasta que era demasiado tarde. No se, para la próxima película será.