Dicen que las cosas no son como comienzan, sino como terminan. Y es cierto, yo lo se. Pero es que “The Victim”, la nueva película de Michael Biehn que prudujo “Aliens” y “The Divide”, quien dirige y escribe, no puede comenzar mejor, con la sexy Danielle Harris “H2” siendo follada en formato “for behind” por un tipo rudo en medio del bosque. Dicen también, me han contado, he oído, he leído, que algunas mujeres fingen en la cama, algunas, incluso, lo hacen tan bien, que podrían confundir al más perspicaz de los amantes. “!!Dios, dios, dios, dios...!!!”, ahí si que no hay margen a la duda, esa, está disfrutando, cualquier otra cosa, ponedla en entredicho... no es el caso de la menudita Danielle (el de disfrutar digo), que si ya como actriz, anda justita la chica, entre sábanas, o en lecho rural como es el caso que nos ocupa, transmite de todo menos pasión y esto, su partner, lo nota, porque a la práctica, esas cosas, me han contado, he oído, he leído, se palpan . Y cuando una no pone de su parte, la cosa está sentenciada al fracaso. En este caso, la falta de entusiasmo de la chica, se traduce en un desagradable accidente, su muerte.
Si amigos, Danielle Harris muere en la primera secuencia de la película, ¿como se os queda el cuerpo? Loco, claro que si, loco. Porque a ver, yo no se vosotros, pero ver a la Harris, no por guapa (que igual también), sino por icónica, pues era a priori uno de los principales puntos de interés de la cinta, marcharse de la fiesta antes de comenzar, malo. Robarle la ilusión a uno así de buenas a primeras, sin lubricar, pues aun peor. Por suerte, siempre nos queda el plan B, en este caso, Michael Biehn, no por guapo (que igual también), sino por icónico. Biehn, quien aquí, a modo de homenaje pajillero y guiño frikiniano a cierto apocalípsis de hojalata, interpreta a un tal Kyle (!!Dios, dios, dios, dios...!!!), termina siendo a la postre, la seductora galleta maría que flota húmeda sobre la acanelada natilla de marca blanca que uno degusta día si, día también, después de comer. Por si a alguno le queda alguna duda, dicha galleta, es lo mejor de tal experiencia gustativa.
Cuando uno maneja el cotarro, las cosas se hacen a imagen y semejanza del ente onanista. Vamos, que Biehn, en funciones de jefe supremo (si bien, siempre hay que rendir cuentas a Crom, señor del acero), hace lo que le brota de la punta del rabo y ni corto ni perezoso, se auto proclama juez y verdugo de su propia obra otorgándose todo el protagonismo de la misma. Y de paso, ya puestos, coloca a su mujer en la vida real, Jennifer Blanc “Among Friends”, justo a su ladito, luciendo palmito (aunque esta no tiene ni nada de guapa ni de icónica) como co-piloto de este simplón y descafeinado thriller que a la postre termina siendo la película.
“The Victim” se construye sobre una sencilla premisa para desarrollarse con la misma sencillez. Un relato plano y carente de sorpresas por más que uno se las espere a lo largo de su visionado. Curiosamente, es en lo vacuo de la historia, donde quizás resida el mayor encanto de ésta (con permiso de Biehn, claro), pues aunque bieHn, sabemos, que las mentiras son siempre mal, que se coge antes a un mentiroso que a un cojo, en “The Victim”, es la incredulidad del propio espectador a resignarse a creer, el poco fondo de este armario, lo que va alimentando su interés, su curiosidad por ver en que momento de la función, va a aparecer ese giro argumental que le deja a uno loco, aunque a la postre éste jamás llegue. El chasco para el final, eso si. Porque lo del final es de delito, que no somos tan tontitos señor Biehn, de verdad, no hacía falta, lo supimos desde que la rubia llamó a su puerta. Bueno, en cualquier caso, aunque falacia, aunque inocentemente tramposa, “The Victim” se deja ver en todo momento, pese a que no todos ellos se disfruten.
Apenas cinco personajes, una cabaña y un frondoso bosque, son los ingredientes para la tarta. De cocción lenta a base de mucha palabrería para ir deslizando como quien no quiere la cosa, las agujas del reloj y subidos todos a la chepa del bueno de Michael, que si bien como director y guionista no parece que vaya a ganarse (por el momento), la entrada en el Valhalla, como actor, el tío ya tiene mas tablas e igual, no por bueno, no por guapo (que igual también), por icónico. Su personaje me ha gustado, eso si. La gente recta y honorable, la gente que siempre intenta hacer lo correcto por más oscuras que sean las circunstancias que le rodean, siempre merecen mi admiración. Y este Kyle es uno de esos tipos, un caballero a caballo dispuesto a acudir en ayuda de la damisela en apuros, y eso que la chica lo hace de horror, lo siento Michael, estoy seguro de que tu esposa tiene muchas virtudes, pero la de interpretar (al menos, enfrente de una cámara) no es una de ellas.
Luego hay que valorar también como se merece (es decir, negativamente), la intentona por parte del director, de querer, como se suele decir coloquialmente, “vendernos la moto”. Para ello, éste utiliza en la narrativa de la cinta, una serie de flashbacks los cuales, supuestamente, deben tener el objetivo de ir enriqueciendo la trama al aportar nuevos elementos mínimamente importantes para la misma. Claro, para hacer esto debes manejar una historia que se preste a ello, debes hacer que cada uno de estos viajes temporales, le aporten algo al espectador, una pequeña pieza del puzzle que luego éste, pueda ir añadiendo a medida que pasan los minutos al conjunto de la obra. No es el caso de “The Victim”, aquí los flashbacks no aportan absolutamente nada, carecen del mas mínimo interés o transcendencia y en realidad, sirven para lo mismo que las en ocasiones, soporíferas divagaciones del guión, rellenar metraje.
Poco más que comentar de una propuesta tan vacía y poco bombástica como esta. Tan solo recomendable (y no pienso atender ninguna reclamación sin el ticket de compra), para incondicionales de Biehn, de Harris, o en su defecto, de los dos.
No hay comentarios :
Publicar un comentario