Director: Joe Dante
Argumento: Chris Columbus
Actores: Zach Galligan, Phoebe Cates, Hoyt Axton
Durante estas fechas a todos nos gusta trasladarnos a nuestra infancia y rememorar la ilusión con la que vivíamos estos días: la familia, los regalos, las vacaciones escolares… y el cine.
Y es que desde bien pequeño el que aquí escribe ya era un gran aficionado al cine y aprovechaba las vacaciones navideñas para quemar sus películas preferidas en su flamante video VHS.
Entre esas cintas había una que ocupaba un lugar privilegiado, una historia navideña que mezclaba el humor con el terror y en el que aparecían unas entrañables criaturas que marcaron la infancia de toda una generación, efectivamente, estamos hablando de Gremlins.
A todos nos hubiera gustado tener un Mogwai como mascota y por supuesto habríamos cumplido a raja tabla con sus “instrucciones de uso”:
- No exponer al Mogwai a las luces brillantes y no debe recibir luz del Sol, ya que ambas le matarían.
- Nunca darle de beber agua y no debe mojarse.
- Y la más importante, nunca bajo ningún concepto hay que alimentar al Mogwai después de la media noche.
También le habríamos enseñado a cantar nuestras canciones preferidas con ayuda de nuestros viejos teclados Casio y hasta le dejaríamos leer nuestros comics mas preciados.
El paso de los años no le ha hecho ningún daño al maravilloso recuerdo que tengo de Gremlins, y pese a que todavía no he conseguido hacerme con ningún Mogwai de carne y hueso si os dais un paseo por mi guarida encontrareis todo tipo de merchandising relacionado con el film: figuras, peluches, camisetas… y estos días encontrareis a Gizmo coronando mi “particular” Belén.
Acabo de volver a ver la película, y no voy a escribir ninguna reseña sobre ella, no voy a analizarla ni hacer ninguna masterclass, simplemente voy a disfrutar de los recuerdos que me ha evocado y de la ilusión de ver una película como si de nuevo tuviera diez años.
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