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La increíble épica

sábado, 21 de mayo de 2011

Cosmopolis

Etsa película es bastante lenta, la vida es un camino. La duda es si somos capaces de atravesarlo atajando o lo recorremos en su totalidad. Es importante también ser consciente de que para recorrer ese camino cada uno necesita un tipo de calzado diferente, el hecho de recorrerlo solos o acompañados es ya algo circunstancial, pero de el hecho de que la vida es un camino, a nadie nos plantea ninguna duda.

Por supuesto, Cosmopolis es un camino, uno de esos largos donde no hay atajos, es un camino lleno de ratas, ratas hambrientas y salvajes, ratas bien vestidas y con el frío en la mirada. Su director, David Cronenberg (hola de nuevo sr. Cronenberg!) lo que hace en esta película es mostrar la irracionalidad de un mundo de poder despiadado a través del diálogo, un diálogo constante, que encierra toda la podredumbre de un mundo gobernado por el capitalismo y la apatía, un diálogo incesante que lo cubre y lo disfraza todo, una narración atropellada e inconexa que encierra mas secretos de los que desvela, porque el mundo de los secretos nos pertenece a los espectadores y como tales, somos nosotros quienes tenemos que hacer un esfuerzo fatigoso por ver más allá de lo que se dice, para entender algo de lo que se expone. Creo que el esfuerzo compensa al finalizar la película, todos los esfuerzos compensan de una forma u otra.

Partimos de que "Cosmopolis" es una adaptación cinematográfica de una novela absolutamente metafórica escrita por Don DeLillo en 2003 , y que Cronenberg lo que hace es rodar una sucesión de situaciones donde la acción viene dada por las palabras, donde el movimiento reside en los significados y en las interpretaciones, donde la lentitud es el impulso y la realidad es sólo una fantasía.

Eric Parker es un joven y poderoso hombre de finanzas que maneja los hilos económicos de la cuidad a su antojo y bajo la mas absoluta deshumanización. Es un niño jugando a ser dios, en un mundo marcado por la constante evolución tecnológica, reveses económicos y una atroz falta de empatía y sentimientos.

Parker sólo quiere un corte de pelo en la peluquería en la que se cortaba el pelo de niño y para lo que tiene que cruzar la cuidad por completo en limusina, en un día de revueltas anárquicas, custodiado por su personal de seguridad, que constantemente le advierte de un ataque inminente hacia su persona. El peligro no es impedimento para Parker, mas bien es su motivación y la sensación de poder morir en cualquier momento es más un nexo con la poca humanidad que le queda que un temor real. El hecho de que lo único que le haga luchar por algo sea ese corte de pelo, no es otro indicativo mas, que el vacío interior de este personaje, pues esa peluquería es la unión que le queda con el YO que algún día fue y que sabe que ya nunca volverá.

En el camino, Parker recibe numerosas visitas en su limusina de muy diferentes pelajes. Con cada una de ellas se produce un diálogo que no tiene nada que ver con el siguiente y que hace que el hilo argumental se pierda por completo (un beso para aquellos que se salen del guión constantemente) para dejar en el aire sólo ideas desestructuradas que no completan a ningún personaje, pero que esbozan fundamentos y relaciones opuestas. Así Parker deja entrever cómo son sus relaciones laborales y afectivas, poniendo de relieve un imperante egoísmo y materialismo que no le puede hacer feliz de ninguna manera. Al final del camino y con un corte de pelo a medias ( que buscando la simbología, podría llevarnos a la conclusión de que su vida no es mas que la mitad de lo que se le supone que debería ser...me explico, un dinero que no es capaz de proporcionar felicidad, un poder que no es capaz de proporcionar respeto, y una apatía que sólo puede ser superada por un dolor autoinfligido, muestra, que todo es la mitad de lo que se supone que debería ser en un mundo ya no digo ideal, sino, normal), se encuentra con su opuesto, con la amenaza y la realidad de un antihéroe de proporciones bíblicas, un enemigo que es el único que finalmente le entiende y supongo que es lo mas cercano a un amigo que nunca va a tener, un hombre que dice llamarse Benno Levin y que está absolutamente reventado. Se produce entonces un duelo grandioso, y de lejos, lo mejor de la película, pues no se enfrentan Parker- Levin, lo que se enfrenta es el capitalismo y la anarquía, y ambos salen perdedores, pues Parker es ya un hombre destruido por sí mismo que sólo quiere acabar con su existencia y Levin es su contrario, pero está igualmente destruido y en la batalla dialéctica sale perdiendo aún más, si cabe.

De lo que no cabe duda, al menos para mi, es de que un factor determinante a la hora de decidir si aguantas la película mas de veinte minutos o directamente desistes en tu empeño en verla con cara de circunstancia, es la interpretación que cada actor da a los personajes, y hablo de interpretación pura y dura, porque en "Cosmopolis" es imposible empatizar con ninguno de los personajes, pues el rasgo característico de todos ellos es la absoluta frialdad y un discurso caótico que no conduce a ninguna parte. Y aquí entra la elección del casting, que desde mi punto de vista es inmejorable, ya que el Robert Pattinson que nos estomagaba en sus anteriores trabajos, se convierte en pieza clave para "Cosmopolis" con sus inexpresividad y su pose atormentada, pues el hecho de que este chico (y dándole el beneficio de la duda), me parezca un actor plano como él solo, le ha ayudado tantísimo para meterse dentro de Eric Parker ( y teniendo mis sospechas de que ni él mismo sabe de qué va la película que ha interpretado), que no imagino un actor mejor elegido que él. De hecho creo que Pattinson nació para interpretar este personaje, de la misma manera que Christian Bale nació para interpretar a Patrick Bateman (y sí amigos, hay semajanzas...). Por otra parte tenemos la breve, pero intensísima actuación de Paul "hayalgoquenohagasbien?" Giamatti, que se exhibe como un titán bajo la piel de Benno Levin y que devora cada palabra que pronuncia para vomitarla en pantalla y ser lo mejor de "Cosmopolis".

Y ahora si me preguntáis si la película es buena, os diré que no me arriesgaré con ninguno de vosotros, esto si que ya son gustos y esta vez en mayúscula y negrita. A mi me ha gustado mucho, yo me sentí cómoda en la limusina y en el final una sonrisa en mi boca (y unos breves aplausos) lo dijeron todo por mi, pero no nos engañemos, esto es puro Cronenberg y ya sabemos lo que eso significa, que habrá un tipo de público que no soporte el tedio que le produce la falta de sentido lógico y mascado y habrá otro que se esfuerce y llegue al final del camino.
No es una propuesta fácil, de hecho es una de las películas mas complejas sobre las que he tenido que escribir. Este Cronenberg se aleja mucho de Videodrome o Crash, pero definitivamente su manera de comprender la alienación me fascina y ese pesimismo imperante en toda la película me envolvió por completo.

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