Director: Richard Donner
Argumento: Michael O'Donoghue, Mitch Glazer
Actores: Bill Murray, Karen Allen, John Forsythe
Todos conocemos la inmortal historia escrita por Charles Dickens, en la que un viejo avaro recibe la visita de tres fantasmas que le hacen replantearse su vida y ha sido objeto de múltiples adaptaciones, hasta los Teleñecos han aportado su propia visión con Michael Caine haciendo el papel del señor Scrooge.
Pero a este film le tengo un especial cariño, no solo por su dirección, sus actores secundarios o golpes de humor, si no también por su principal atractivo, que no es otro que su principal protagonista, el inolvidable protagonista de Los Cazafantasmas Bill Murray.
En este caso la trama sigue siendo la misma pero actualizada a nuestros días (mejor dicho a la época en la cual fue hecha, finales de los 80). Frank Cross es el ejecutivo de televisión tacaño, cruel y con un sentido del humor un tanto peculiar, tanto que parece hacer la puñeta a aquellos que lo rodean y no duda en despedir a un empleado el mismo día de navidad o hacer un mísero regalo a su hermano.
No tardará mucho tiempo en recibir una peculiar visita, tres fantasmas que le harán viajar a otras tantas etapas de su vida para que empiece a replantearse todo lo que ha estado haciendo. El primero que va a visitarle es el de las navidades pasadas, es un taxista un tanto peculiar encarnado por famoso cómico estadounidense Bobcat Goldhwait (recordado por su rol de Zeden la saga Loca Academia de Policía). El segundo fantasma, el de las navidades presentes, es un hada que utiliza un sistema un tanto peculiar ( y doloroso como Frank pronto averiguará ) para visitar su época, en esta ocasión bajo los rasgos de la actriz Carol Kane. Por último será el fantasma de las navidades del futuro, bajo los rasgos de Robert Hammond, el encargado de hacer entrar en razón a nuestro protagonista.
Huelga decir que tales viajes temporales y la visión de las acciones que ha ido haciendo a lo largo de su vida harán que Frank cambie su forma de ser y de pensar.
Otros actores que acompañan a Murrayademás de los citados son Karen Allen, recordada sobre todo por sus roles en la primera aventura de Indiana Jones o Starmande John Carpenter; Robert Mitchum, todo un ícono de la historia del cine y que no necesita presentación alguna, si no habeís visto nada suyo ya estáis tardando en ver La Noche del Cazador, La hija de Ryan o El Cabo del Terror; y el ahora televisivo John Glover, que interpretó al padre de Lex Luthor en Smallvilleo que un par de años después intervendría en la secuela de Gremlins.
El director de la cinta es Richard Donner, todo un especialista en el cine de evasión y al que se le recuerda sobre todo gracias al primer Superman; Lady Halcón o Arma Letal. La película es del año 1988 y fue rodada por Donner entre la primera entrega de Arma Letal y su secuela.
Este es uno de los típicos títulos que aunque hayas visto miles de veces no te cansas de hacerlo, incluso ahora empiezas a apreciar golpes de humor que previamente no lo hacías debido a que eras muy pequeño para apreciar la mala leche que destilan algunas frases o momentos de la película.
Una película muy divertida y que si bien no es ninguna obra maestra, ni lo pretende, cumple su cometido a la perfección, que no es otro que el de entretener a los espectadores durante poco más de una hora y media, y el objetivo queda de sobra cumplido.
Hace años en las televisiones se emitía siempre si o si, ya sea por cadenas públicas o privadas, ahora si la memoria no me falla apenas se emite y si lo hace son por canales de TDT. Una verdadera pena puesto que como ya vengo mencionando a lo largo del artículo es un título perfecto para toda la familia: tiene risas, drama y además moralina.
Sin ser demasiado edulcorada como otras producciones que se suelen estrenar por estas fechas (como son las típicas y tópicas historias de los niños que no creen en Santa Claus hasta que lo encuentran y descubren el verdadero significado de la Navidad) si que consigue emocionarnos, sobre todo en un momento en el que nuestro protagonista viaja al pasado y vislumbramos un momento en el que siendo pequeño es testigo de un momento que es capaz de arruinar la infancia al más pintado.
