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La increíble épica

viernes, 29 de agosto de 2014

Sinister

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
La trama nos cuenta como un escritor se traslada junto con su familia a una casa en la que la anterior familia fue asesinada, todos excepto la hija menor, que desapareció sin dejar rastro.
El punto fuerte de la primera parte del film son las cintas en Súper 8 que encuentra nuestro protagonista y que ve con el objetivo de continuar su investigación sobre lo que paso allí, a partir de ahí las cosas se empezara a torcer para él y su familia. Todas las grabaciones incomodan en mayor o menor grado y están rodadas de manera casi perfecta, acompañadas de una inquietante pero acertada banda sonora. Una clara prueba de que sin mostrar sangre (en abundancia) y vísceras, un asesinato puede impactar visualmente y más teniendo en cuenta también el hecho de que hay niños de por medio, en varias ocasiones sino en todas.
Poco a poco iremos sacando conclusiones de estos visionados, al igual que el protagonista, veremos pistas que la primera vez dejamos pasar y de esa manera, se mantiene nuestro interés a pesar de que durante los primeros cuarenta minutos de película apenas pase nada más que algún ruido de casualidad o un falso susto propinado por los  hijos del escritor paseándose por la casa de madrugada (aparte de otras manías algo extrañas como meterse en cajas sonámbulo o pintar en las paredes de la habitación).
Tiene sus contras, como por ejemplo el maquillaje de los niños fantasmas (lo que hace que la escena en cuestión más que miedo nos provoque una sonrisa aunque no durante mucho rato), que la ultima revelación este un poco cogida con pinzas o como ya he dicho mas arriba, el hecho de todo sea demasiado tópico y común si has visto mucho cine de terror, pero realmente nada que impida disfrutarla o que moleste demasiado mientras la estamos viendo.

jueves, 14 de agosto de 2014

Muestra de vampiros y zombis

Lo que hacemos en las sombras (Taika Waititi y Jemaine Clement, 2014)
La vampírica Lo que hacemos en las sombras
fue, de lejos, la mejor película de la jornada
Tras el fiasco de Chappie, miedo me daba la selección del segundo día del Syfy, pero, por suerte, mis temores eran infundados. Así, las cinco películas proyectadas ayer (además del cortometraje Safari) lograron, pese a la general falta de medios, resultados mucho más satisfactorios que el bochornoso film inaugural. Curiosamente, la selección incluyó dos cintas neozelandesas (Housebound y Lo que hacemos en las sombras) y dos japonesas (Tokyo Tribe y Hunger Z), además de la estadounidense Burying the ex (de lejos, la más convencional de todas). Pese al ritmo de algunas de las producciones y el retraso de la programación, el día transcurrió con alegría gracias, una vez más, al salero de la maestra de ceremonias, Leticia Dolera.

Housebound (Gerard Johnstone, 2014)
Inexplicablemente, Housebound ha sido
muy bien recibida por la crítica
Pero vayamos por partes. ¿Qué se puede esperar de un film que incluye frases como “No puedes pegar a un ectoplasma? Pues, en principio, muy poco. O eso parecía durante la primera mitad de Housebound, que nos insta a preguntarnos cómo logró el primerizo Gerard Johnstone ser nominado al New Zealand Film Award y el Fright Meter Award a mejor director. Sin embargo, la cinta va despegando y, sobre todo, convenciéndonos de que los momentos ridículos no inspiran la risa por casualidad, sino que están planeados para ello. Aceptado esto, empieza a tener lógica lo forzados que resultan el montaje y las interpretaciones. Y, al final, esta cinta sobre una casa encantada, una huésped que no puede abandonarla por problemas con la ley y una adolescente tan rebelde como sensata se convirtió en una experiencia divertida, gracias, eso sí, a los comentarios irónicos que despertó en la sala (a destacar el memorable momento del rallador de tomate, bien enfatizado por Dolera). Aunque irregular, nada sutil y a ratos bochornosa, es la película ideal para ver con amigos. Resumiendo: tan mala que es buena.

Tokyo Tribe (Sion Sono, 2014)
La estética modernista de Tokyo Tribe contribuye
al impacto de un musical más que peculiar
A continuación, Leticia Dolera introdujo Tokyo Tribe contando una supuesta anécdota de su director, Sion Sono, quien, aparentemente, se citó con una amiga de la presentadora para comer y se puso a mear directamente en la mesa. Desconozco si se trata de una historia real, pero, viendo la película, no resulta del todo inverosímil: sin duda, la mente de este director japonés es, como poco, peculiar. Eso sí, su carrera es impresionantemente prolífica, e incluye interesantes títulos como Cold Fish (2010), Himizu (2011), The land of hope (2012) o Why don’t you play in hell (2013). O sea, que la locura de Tokyo Tribe está más controlada de lo que parece. Esta adaptación del manga de Santa Inoue sobre guerras entre pandillas tiene la peculiaridad de estar narrado en su totalidad a ritmo de rap, convirtiéndose en uno de los musicales más extraños de la historia. El estrambótico diseño de producción y las exageradas interpretaciones convierten al film en una experiencia psicodélica pero extrañamente envolvente. Y eso que las discusiones sobre el tamaño de determinada parte de los hombres (el corazón, según Dolera) atraviesan la vulgaridad para terminar en un terreno inexplorado. El público (que no esperaba un musical en un certamen como éste) no sabía qué pensar, pero lo cierto es que nos encontramos ante uno de los films más interesantes de la jornada.

Burying the ex (Joe Dante, 2014)
El póster de Burying the ex juega
con los géneros de la cinta
Tras estas dos experiencias bizarras, fue un gusto descansar la mente en terreno conocido con Joe Dante, quien, en palabras de Dolera, sólo por Piraña (1978) y Gremlins (1985) siempre será un “Máster of Horror” (sí, pese a sus bodrios recientes). Su Burying the ex(literalmente, “enterrando al ex”) sería la típica comedia romántica de no regresar la exnovia del protagonista de los muertos con ganas de una eternidad de sexo y romanticismo. Vamos, que ha leído Crepúsculoy pensado “yo también quiero”. Precisamente una de las mejores actrices de la popular saga vampírica (Ashley Greene) es la encargada de encontrar a la molesta novia, enormemente ridiculizada por ser vegana y ecologista. No niego que el resultado de esto era a menudo hilarante, pero empieza a resultar cargante que se emplee el carácter ecologista de alguien como objeto de burla: tanto el veganismo como el ecologismo son caminos que se siguen con la intención de hacer de este mundo un lugar mejor y quien decida no seguirlos debería, al menos, cerrar el pico (sí, esto va también por algunas conversaciones desagradables que debí escuchar al término de la proyección). Para colmo, tampoco faltan los estereotipas sexistas. Dicho esto, contar con rostros conocidos como Anton Yelchine (protagonista de Como locos, de Drake Doremus, 2011) y Alexandra Dadario(heroína de la serie Percy Jackson) ayudó a que la cinta nos ofreciese un rato agradable.

Safari (Gerardo Herrero Pereida, 2014)
Curiosamente, el cuidado cortometraje Safari
contaba con la mejor calidad técnica de la jornada
Hasta ahora, cada obra tenía sus más y sus menos, pero ninguna rozaba siquiera la perfección. Por suerte, la cuarta cinta de la noche superó con creces las expectativas. Se trataba de Lo que hacemos en las sombras, un falso documental neozelandés que expone en clave de humor la vida cotidiana de los vampiros modernos. Dirigida por Taika Waititi y Jemaine Clement, la cinta debería aprovechar el éxito actual del subgénero vampírico para llegar a las salas comerciales. Sin duda lo merece, pues, tanto el reparto (encabezado por los propios directores y Jonathan Brugh), como el guion y el plano visual son más que notables. Ya es firme candidata a mejor obra del certamen, aunque espero que Song of the sea, Cub y Under the skin no se lo pongan fácil. Por cierto, la proyección de la cinta fue precedida de tres cosas: el beso entre la pareja que ya se besó el año pasado (en este caso, para conseguir la entrada gratis para ella…), otro beso entre Dolera y  un chico del público que afirmó que [·REC 3] era la mejor cinta de la saga (para quien ande perdido: Dolera es la protagonista de la irregularmente recibida obra) y el cortometraje español Safari, de Gerardo Herrero Pereida, enésima representación de un adolescente torturado que decide sembrar el caos en su instituto, metralleta en mano. Pese a lo manido el tema, se trata de una obra muy bien realizada e interpretada con un par de giros bastante interesantes. No en vano fue nominado al Goya a mejor corto de ficción.

Hunger of the dead (Naoto Tsukiashi, 2014)
En la línea de Battle Royale, Hunger Z explora el
papel de la juventud en la sociedad japonesa moderna
El día concluyó con la sesión golfa de Hunger of the dead (Hunger Z), revisión del subgénero zombi de Naoto Tsukiashi, en la que se echó de menos la presentación de Leticia Dolera (no quiero ponerme pesado, pero realmente su presencia engrandece el certamen). Tal y como cabía esperar, la película es bochornosamente gore, pero nadie esperaba tales muestras de romanticismo. Solo los japoneses podrían alternar planos estáticos de flores con música clásica con estridentes borbotones de sangre y diálogos terriblemente vulgares. De irrisorio carácter distópico, la película muestra una granja de humanos para zombis plagada de personajes excesivos en la que dos bellos jóvenes deben buscar la forma de sobrevivir. Aunque desagradable y algo pesada pese a su breve duración, la cinta cumplió su papel de locura de madrugada. Y, seamos sinceros, tras cuatro películas seguidas (cinco, contando el corto), esta era una forma perfecta de cerrar el día. Eso sí: no os molestéis en buscarla a menos que seáis fanáticos del género. Así concluyó el segundo día del Syfy 2015, ya titulado como “la muestra del amor”.



viernes, 1 de agosto de 2014

Skillet


Skillet se formó en Memphis, Tenessee alla en el año 1996 que fue cuando John Cooper, ex vocalista de Seraph, y Ken Steorts ex guitarrista de Urgent Cry, decidieron formar una banda. Viniendo de diferentes estilos de música, eligieron llamar a la banda Skillet, ya que el producto que pretendían desarrollar era "como tirar todo en una 'sartén', y ver que salía".3 Poco después, Trey McClurkin se unió a la banda como baterista temporal. Apenas llevaban un mes juntos cuando ForeFront Records mostró interés en ellos. Fue así como a finales de aquel año llegó su disco homónimo, que fue bien recibido por el público, entonces el trío continuó escribiendo material mientras iban de gira por los Estados Unidos.

viernes, 11 de julio de 2014

Leviathan
































Esta película recaudó  15 millones de dólares en cines USA, lo que nos indica que tampoco fue un gran éxito, sino mas bien un discreto film de serie B, maquillado de film de serie A, que no hizo gran cosa en taquilla.

La base argumental es que un base mineral a 16.000 pies en el fondo del mar se encuentra un buque ruso hundido hace ya muchos años, de nombre Leviathan.

Se hacen con su caja fuerte, en el que encuentran cintas de video, documentos y... ¡Vodka! Lo increible del esperpéntico guión es que ese vodka tiene una especie de virus, creado por ingeniería genética, que hace mutar a las personas en monstruos que son una mezcla de pulpo, pez, reptíl y humano. ¿Vaya cocktail, verdad?

Total que me quieren decir que algo tan importante y peligroso (un virus secreto) lo guardan en una petaca de bolsillo llena de vodka. Ridículo.

Total que los americanos se ventilan el vodka y se convierten en los monstruos. Es como una especie de epidemia, pues si te araña un bicho, te conviertes en uno de ellos (como las películas de hombres lobo) y si le cortas un tentáculo, de este se desarrolla un nuevo monstruo ( como en el film de La cosa).

Total que al final, los monstruos se mutan y se funden unos con otros, en una pobre versión de La cosa. Precisamente a uno de los tipos se le abre en la palma de una mano una boca dentada, copia reducida y clara, de la boca que se le abrió en el abdomen a uno de los científicos de la película de La cosa.

La película intenta recrear el ambiente de Alien, en una base submarina, con un grupo de personas atrapadas con unos monstruos mutantes. Por otro lado el bicho está bastante inspirado en el concepto de monstruo multiforme y contagioso de La cosa.

El monstruo es una mierda. Sencillamente su diseño me parece nada sorprendente o atractivo. La langosta asesina de Profundidad 6 es mas realista, está mejor hecha y parece mas creible.

Los interiores de la base submarina son bastante flojos. De hecho los de la película Profundidad 6, son mucho mejores y están mejor diseñados.

Esta película gana en las escenas exteriores bajo el mar, que son escasas en Profundidad 6 y que se reducen a diversos planos de maquetas.

Los actores.

Si este film cuenta con actores como Peter Weller (Robocop) y Richard Crenna (el coronel de los films de Rambo), bastante conocidos en aquellos años, la verdad que las interpretaciones en general son de echarse a llorar.

Peter Weller pone unas posturitas hablando, que son muy sospechosas. O cuando tira al final la bomba a la boca del monstruo, hace un gesto ridículo. ¿Y el moreno? Cuando su compañero contagiado le pide ayuda, el actor hace unos gestos que son ridículos.

En general nadie se cree lo que hace, nadie está convencido y la intensidad o credibilidad brillan por su ausencia.

Lo mejor es la dirección de George Pan Cosmatos, que hace lo que puede para levantar este producto tan defectuoso.

Resumiendo tenemos que comparando Leviathan con Profundidad 6:


Profundidad 6 tiene un mejor monstruo.

Profundidad 6 hace una mejor explicación de su origen.

Profundidad 6 tiene mejores interpretaciones.

Profundidad 6 tiene mejores decorados.

Leviathan tiene mejor escenas exteriores submarinas.

Leviathan tiene una mejor dirección.

Doy por ganadora Profundidad 6, que es un producto mas sincero y honesto.

Leviathan, cuando acabé de verla en el cine con un tía mía, me dejó muy decepcionado. "¿Eso es todo?"

La verdad es que la película ni me sorprendió, y por el contrario me pareció bastante predecible, aburrida y mas vista que el tebeo.

No deja de ser, como ya he dicho, un film de serie B con un guión malísimo (como se inflitra el virus en la base minera es bochornoso), malas interpretaciones, un monstruo que chirría por todos lados (me da igual que lo haya diseñado Stan Winston, que esta ocasión está muy por debajo de su buen nivel al que nos tuvo acostumbrado en vida) y con una sensación general pobre.

Mi pregunta es... ¿Cuando tiran el cuerpo fundido del hombre y la mujer al mar? ¿Recordais? Se baja la compuerta y se corta un tentáculo, del que LUEGO sale un monstruo. Ok. Entonces por esa regla de tres.... ¿Porque no los dos cuerpos de la pareja que se tiraron al agua, que estaban mutándose, no se han podido convertir en otro monstruo fuera de la estación?



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