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La increíble épica

domingo, 23 de febrero de 2014

William Holbrook Beard


William Holbrook Beard - Power of Death, 1889-90Power of Death, 1889-90

William Holbrook Beard - The Discovery Of Adam, 1891The Discovery Of Adam, 1891

William Holbrook Beard - It Rains It Shines, The Devil Whipping His Wife, 19th CIt Rains It Shines, The Devil Whipping His Wife, 19th C

William Holbrook Beard - The Fox  Hunter's Dream, 1859The Fox Hunter's Dream, 1859

William Holbrook Beard -The Witche's Ride, 1870The Witche's Ride, 1870

William Holbrook Beard - School Rules, 1887School Rules, 1887

William Holbrook Beard - Bear Carousal, 1870Bear Carousal, 1870

William Holbrook Beard - Divorce, 19th CDivorce, 19th C

William Holbrook Beard - The Four Seasons, Winter, 19th CThe Four Seasons, Winter, 19th C

William Holbrook Beard - Minerva Reflecting, 1870Minerva Reflecting, 1870

"William Holbrook Beard (1824-1900), was born into a family of portrait, animal, landscape, and genre painters in the small town of Painesville, Ohio, near Cleveland. He is best known for his satiric genre scenes featuring animals as stand-ins for human beings behaving badly. He frequently used bears as protagonists. The present work is less anecdotal, and more hauntingly compelling than many of his satirical works. In the upper scene, an innocent child has happened upon a peculiar wooden grate on the ground in a clearing of a misty field. Noises from below the strange construction attracted the child's attention and led him to kneel down and listen. In the lower, underground scene, which is rendered in an entirely different palette of earth tones and fiery furnace reds, Beard has painted a scene of a devil flogging his wife. Reminiscent of the work of Salvator Rosa, the subject is doubtless related to a literary source, but has a painterly rather than illustrational quality.

Basically self-taught, the young artist began his career painting with his older brother James Henry Beard, and then worked for several years as an itinerant portraitist in his home state. He moved to New York City in 1845, but by 1850 left the larger metropolis for Buffalo. There he established a studio and became close to a group of successful artists including portraitist Thomas LeClear (whose daughter he married) and Swedish-born landscapist Lars Gustave Sellstedt, Buffalo's principal mid-century painter. Beard remained in Buffalo until 1856, the year he left for a two-year tour of Europe. He traveled extensively, and met and painted with many American artists including Emanuel Leutze, Sanford Gifford, Worthington Whittredge, and Albert Bierstadt. Upon his return to the United States, he spent two more years in Buffalo before settling into apartments in the Tenth Street Studio Building in New York, home to many of the nation's most celebrated painters. After his return from Europe, Beard concentrated upon satirical animal subjects. As William Gerdts has noted, "One of his most characteristic and controversial of such paintings was his March of Silenus (Albright-Knox Art Gallery, Buffalo, New York), a classical theme reinterpreted with a drunken bear attended by an entourage of goats, which led to the artist's election as National Academician in 1862."

In 1866, he traveled West by train to explore the landscape, and in Colorado his companion was Bayard Taylor, a writer and lecturer. During the trip, he wrote home to his wife that the landscape was monotonous, that he was disappointed in seeing so few buffalo, and the life out West was too hard. As a result of the trip, his wanderlust was sated, and he turned increasingly to his imagination as the source of inspiration for the habits and environments of his wildlife subjects. Many of his later paintings showed animals as physically realistic but atypical in terms of their behavior."
- quote source

Artworks found at Heritage Auctions and Sotheby's.

William Holbrook Beard was previously shared on Monster Brains in 2008. 

jueves, 6 de febrero de 2014

OCHO NOCHES LOCAS

Adam Sandler posiblemente sea el cómico Americano que más tiempo lleva ostentando el título de “Rey de la comedia”. De hecho ya van para 20 los años que lleva cosechando éxitos en las plateas de medio mundo (menos en España donde por un lado, no acaba de caer bien y por otro, no termina de cuajar su humor) con un estilo que, aún basado en lo zafio y la escatología, no deja de ser excelsamente blanco y, por ende, muy americano.
Se ha pasado por la piedra a todos los Jacks Black, Bens Stillers o Chris Rock de turno, hundió la carrera de Rob Schneider cuando decidió dejar de ser su mega-amigo y directores  de prestigio autoral como Paul Thomas Anderson (en “Embriagado de amor”) o “indies” como Thomas McCarty (en “Con la magia en los zapatos”) o  Jason Reitman (en “Hombres, mujeres y niños”) cuentan con él en films que finalmente se convierten en atípicos, únicamente porque cuentan con Sandler como protagonista.
Y comediantes posteriores, como los de la factoría Apattaw, le muestran su respeto e incluso le ponen de protagonista, evitando el lucimiento de los cómicos de la casa, en sus películas (en “Hazme Reír”).
A título personal, a rasgos generales me gusta. Su carrera  es un compendio de malas y buenas películas en la que más o menos puedes intuir lo que te vas a encontrar, pero también puedes sorprenderte y hasta espantarte. Y comprendo su éxito en USA.
Y después de hablar de su éxito, toca hablar del mayor fracaso en su carrera, una película que se estrelló en los USA: ignoro el número de espectadores que logró reunir allí, pero en los cines españoles, no llegó a congregar ni 700. Vamos un fracaso de lo gordos, gordos, gordos. Quizás por eso es tan complicado hacerse con una copia (no pirata) de esta película, ya sea en DVD o en VHS.
Y es que “Ocho Noches Locas” es una excentricidad fruto de la megalomanía de Sandler, cuando para las navidades de 2002 estando en el mejor momento de su carrera (su segundo momento podría haber sido este verano cuando se estrenó “Pixels”, pero "Ant-Man" le ha quitado el puesto...), decide  jugar a ser Disney. Sabemos que es todo poderoso, y que cuando se le ocurre una idea, rápidamente contrata a una serie de currelas de estudio que convierten sus locuras de eterno adolescente en realidad, y todo con ese resultado aséptico incapaz de ofender a nadie. Pues el año que decide saquear las taquillas haciendo una película navideña, contrata todo un estudio de animación para que trabajen a su servicio y, posteriormente, pegarse la hostia. Y así nace “Ocho Noches Locas” en la que Sandler se convierte en personaje animado. ¿Cuál es el problema? Que siendo esta una película navideña (con judíos que celebran el Hanukáh) no se le ocurre otra cosa que enfocarla al público adulto, y como si fuera una de sus películas al uso, pero quizás más escatológica todavía… así, su personaje es un alcohólico y tenemos cosas tan desagradables como viejos con los pies deformes, renos que comen mierda, amputados con garfios y montones, montones de chistes de mierda, pis, culos y bello corporal. Todo ello servido como si fuera la más ñoña de las películas Disney, con sus numeritos musicales y su mensaje positivo y alentador de corte navideño. Claro, los padres que llevaron a sus hijos al cine fliparon en colores, y los adultos que querían ver a Adam Sandler, pasaron de ver la película “para niños” que este había hecho. Vamos que se queda en tierra de nadie, porque al final ni es una película infantil, ni es una comedia desmadrada de Sandler; es más cerda de lo normal, solo que animada por gente, que, por el estilo, es posible que vinieran de la factoría Disney.
Por otro lado, tampoco es que sea una película brillante, o súper divertida –es más, aunque su visionado es resistible, tiene partes bastante coñazo- y al final no tiene nada destacable más allá de la mera curiosidad que pueda generar un producto e estas características.
El argumento es una vuelta de tuerca al “Cuento de Navidad “de Dickens, pero en modo realista y sin fantasmas. Un alcohólico  que odia las navidades –por trauma infantil, como no- se tira los ocho días que dura el Hanukáh (la navidad judía) liándola parda, destrozando todo a su paso y cometiendo pequeños delitos. Como cada año se repite la historia, el Juez le condena a prestar ayuda al entrenador de baloncesto, un viejecito medio retrasado y con un pie más grande que el otro, que dice, que quizás en su cancha pueda enmendar al gamberro, o de lo contrario a 10 años de prisión; el individuo no escarmentará, pero mientras le jode al viejo la existencia, pronto se dará cuenta de que este hombre es una excelente persona y todo acabará como han de acabar esta pelis; asquerosamente bien. Luego hay una subtrama de una placa conmemorativa que quiere ganar el viejo…
Para ver por curiosidad, sin más.
Por otro lado, Sandler se pega la machada de hacer las voces de nada menos que cuatro protagonistas, mientras que el resto son habituales actores de doblaje americanos, con la excepción de John Lovitz o Rob Schneider, que ponen alguna que otra voz.
Dirige el asunto, un director de dibujos animados televisivo, que con “Ocho noches locas” debuta en el cine;  Seth Kersley.

viernes, 31 de enero de 2014

Robocop

Argumento

Robocop es todo un clásico, en un futuro no muy distante, Alex J. Murphy, agente de policía de Detroit, es asesinado en acto de servicio. Con el fin de frenar la delincuencia en la ciudad, las autoridades aprueban la creación de una máquina letal mitad robot, mitad hombre, a la que llaman Robocop. Para su fabricación, utilizan el cuerpo de Murphy. El experimento parece un éxito, pero la memoria del policía no está del todo destruida e inicia una cruel venganza de los tipos que lo asesinaron, esta película fue todo un exito y le gusto a todo el mundo, excelentemente dirigida y con grandes actores, muestra también un lado dramatico ya que el personaje principal es despedazado y olvida  por completo a su familia y a su vida anterior, en realidad no estamos muy lejos de lograr esto ya que DARPA, una agencia del gobierno estadounidense responsable de desarrollar tecnologías para uso militar, acaba de iniciar un proyecto insólito: construir Insectos Cyborg, seres híbridos mitad bichos y mitad robot.

viernes, 24 de enero de 2014

X-Men


image
X-Men - 2000
104 minutos  Acción - Sci Fi
Director: Bryan Singer
Escritor: Tom DeSanto y Brian Singer
Actores: Patrick Stewart, Hugh Jackman y Ian Mckellen
Calificación: 7/10


Argumento

Sin ser una maravilla, esta película despertó el interés del público y dio lugar a varias secuelas, la trama va así, en un futuro cercano, en un mundo donde crecen los prejuicios y el odio, los seres mutantes, el nuevo eslabón de la evolución humana, son considerados como rarezas científicas, seres rechazados y temidos por su condición, por ser distintos. Uno de sus máximos detractores es el senador Robert Kelly, un político de corte maccartista que trata de aprobar una ley que contemple los peligros que encierran los mutantes. Por su parte el profesor James Xavier, el telépata más poderoso del mundo, dirige una centro para mutantes donde se les enseña a controlar sus poderes y a insertarse en la sociedad. Entre los mutantes a su cargo se encuentran varios destacados; Cíclope, cuyos ojos emiten un rayo capaz de agujerear montañas, Jane Grey, destacada telépata y Tormenta, que es capaz de manipular los fenómenos atmosféricos a su gusto. Frente a este grupo de pacíficos mutantes se encuentra otro con claras ideas beligerantes con el mundo que no les acepta, son el grupo capitaneado por el doctor Eric Lehnsherr, más conocido como Magneto.
Fotos
xmen
 

lunes, 6 de enero de 2014

War is Menstrual Envy


Una de las cosas que me alucinan de Zedd es su capacidad de encajar en dos tendencias aparentemente tan distintas (y digo aparentemente, ahí están los Hermanos Kuchar para demostrar lo contrario) como son el cine trash y el cine experimental. Hace unos días leía un artículo escrito por un fan del horror de bajísimo presupuesto y entre sus ídolos citaba tanto a J.R.Bookwalter y Tim Ritter, dos de los mayores creadores de “cine” de terror esclavo de las fórmulas e infra-mercados vía formatos menores, como al mismo Nick Zedd. No, no pegan ni con cola. Pero el cine de Zedd tiene algo que lo hace atractivo cara al fan del terror, el gore, lo chungo y lo extremo. Comenzado lógicamente por esa imaginería grotesca y gran guiñolesca, seguido del sexo -incluso la pornografía- y acabando en el humor. Afortunadamente muy presente en casi todo lo que hace o hacía el muyayo. ¿¿ “Geek Maggot Bingo” en la misma estantería que “Robot Ninja” o “Eliminator”??. Esas son las cosas que otorgan a Zedd, en términos generales y sobre todo fuera de Estados Unidos, la etiqueta de oveja negra del mundillo “experimental”. Es así, queridos. Y yo lo encuentro maravilloso.
Pero vayamos a por materia. “War is menstrual envy” ("La guerra es envidia menstrual", toma geroma!) está fechada el año 1992 y se rodó en 16mm, aunque la post-producción se hizo video mediante, algo que canta un huevo, sobre todo con los títulos de crédito y los cromas, que son unos cuantos sanamente mal paridos. Por mucho que nos vendan la movida del largometraje (dura 1 hora y 17 minutos), en realidad estamos ante varios cortometrajes pegados entre sí. En su época Zedd soltaba el rollo de que si era un alegato anti-guerra situado en un futuro post apocalíptico con una nueva raza de seres  humanos mezclados con delfines y bla, bla, bla. ¡Pamplinas!. Lo que aquí tenemos es una combinación de ideas e imágenes extravagantes varias que van de lo estupendo, pasando por lo majo, hasta acabar en lo patético.
La peli arranca bien, con Steve Oddo escribiendo la palabra “War” en su pecho con una gillette. Sin truco. De ahí pasamos al segmento más coñazo. Kembra Pfahler, del grupo “The Voluptuous Horror of Karen Black”, fingiendo que bucea  gracias al efecto croma (las imágenes del fondo están sacadas de varios documentales en plan Cousteau) y que es súbitamente follada por unos tentáculos. Todo ello acompañado de un sonido estridente. Si esto hubiese durado 10 minutos sería genial, pero dura mucho más. DEMASIADO. Ahí me dije, “Joder, menuda mierda!”. Pero entonces termina bruscamente y aparecen una panda de personajes variopintos en la barra de un bar (uno de ellos interpretado por Nancy Leopardi, que luego haría algo de carrera produciendo para Asylum e incluso dirigiendo, ¡recórcholis!). Llega un matón (el cineasta y artista ruso Ari Roussimoff) y la lía a empujones. Al final la chica del bar se cansa, saca una escopeta y le revienta la cara de un disparo, efecto conseguido gracias a una careta de carnaval estupenda. Mientras el tío agoniza, aparece una enana y comienza a hacer cosas raras y luego otro tipo en pelotas que barre el estropicio. Yo con esta parte me lo pasé bomba. Tanto como para volver a centrar mi atención en la peli.
¿Y qué sigue?, pues muchos más delirios. El mismo Nick Zedd y varias amigas pintados de colores y haciendo el mutante, todo ello con la película en negativo. Un soldado que atraviesa con su bayoneta a un bebé de evidente goma. La Pfahler y la actriz porno y activista de notable delantera Annie Sprinkle calentando a un militar que ni se inmuta. Y luego ejerciendo la primera de monja liberando de sus vendas a un tío con la piel quemada para que Annie se lo zampe a lengüetazos. Según tengo entendido, la Sprinkle había follado tanto y tan variado, que para cambiar se echó por novio al superviviente de un incendio, ocasión que aprovechó el sagaz Nick Zedd para meterlos en su peli.
Una peli que poco después concluye, y que en el momento de su lanzamiento el cineasta la partía en tres cachos, en plan trilogía épica, y hacía dobles o triples proyecciones con ella, pero eso nos importa un pito. Aquí viene toda junta, ilustrada sonoramente no solo con ruidos, también con algo de rap y algún soundtrack mangado por ahí.
¿El resultado?, pues quitando la excesivamente larga parte de la “mujer pez”, me ha molado. Nick Zedd tira de esa “táctica” (que no técnica)  que tanto me gusta consistente en incluir en el montaje final errores, miradas a cámara y preguntas de los perdidos actores.
Desde luego no es pal gusto de todos los paladares, pero si te va el cine diferente, loco o raro, y te lo sabes tomar con sentido del humor, pues creo que podría recomendártela, siempre y cuando le eches un poco de paciencia en las partes más plomizas. Que las hay, pero son muchas menos de lo que es habitual en esta clase de demencias.

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